Para cuando tuve que ir a mi siguiente clase, no encontré ni a Fiona ni a Jane para que me guiaran a través de los pasillos, pero dado que había recibido ayuda las dos veces anteriores, sabía guiarme solo... Más o menos.

   Mi clase era dentro del aula C-01. Eso significaba que debía volver al pasillo de mi primera clase y luego seguir los números. Fácil.

   Pero no tanto, porque ya me había perdido entre toda la gente. No quería preguntar por indicaciones, realmente me negaba a hacerlo, pero no tenía otra opción aparentemente.

   Finalmente, llegué al salón por mi cuenta; porque al parecer ignorar a los nuevos debe ser tradición aquí. De esas no teníamos antes, que yo recuerde.

   Me senté en uno de los bancos junto a la ventana, porque me apetecía prestar atención a otra cosa que no fuera mi vida.

   Pero no pude disfrutar de la vista demasiado tiempo porque un chico entró corriendo y de forma atolondrada a la clase, con miles de papeles en los brazos y recitando maldiciones. Y entonces antes de llegar a su asiento, cerca del mío, se le cayeron varias cosas.

—¿Necesitas ayuda? —dije.

—No puedo creerlo, ¡no puedo creerlo! —Exclamaba él— Sé que es el primer día, pero es tan estresante, anotar miles de cosas que dicen los profesores, todos los libros que conseguir...

—Soy Max Silver —al menos, debía hacer un intento.

—Wally Jackson —se presentó rápidamente mientras recogía todos sus papeles—. Esto me pone cada vez más nervioso...

   Y entonces más estudiantes entraron junto al profesor. Wally tomó asiento frente a mí, mientras ordenaba sus cuadernos.

   El profesor era nuevo, nadie en el salón lo conocía. Eso me hizo sentir menos incómodo como lo estuve en las clases anteriores, pero de igual manera yo seguía siendo el nuevo en cada clase.

   Se presentó como... Bueno, ya no recuerdo su nombre. De hecho, hasta me sorprendía lo bien que venía recordando hasta ahora, pero bueno, no soy perfecto.

   Lo que no pude sacarme de la cabeza durante la clase es a Violet. Debió ser porque fue a la única clase en la que no se presentó desde hoy, o porque quizá ni siquiera la compartíamos. Daba lo mismo, no podía detenerme de revivir mentalmente nuestro encuentro en la biblioteca y hacerme mil preguntas sobre ella. ¿Es realmente una zorra? Eso dicen, pero...

   El resto de la clase me quedé en silencio, tranquilo, hasta que sonó el timbre y aproveché para preguntarle a Wally Jackson dónde quedaba el casillero de Violet Gold.

—¿Para qué quieres saberlo? Ella es una...

—¿Zorra? —atiné a adivinar.

—Iba a decir desagradecida, egocéntrica, malvada y egoísta chica, pero también así suelen describirla.

—Si soy honesto —me colgué la mochila sobre un hombro—, ella no me atrae en lo más mínimo. No físicamente, quiero decir...

—¿Eres gay? —Wally alzó ambas cejas.

   La pregunta me dejó perplejo. Bueno, no me esperaba que él reaccionara así.

—No —fruncí el ceño—, simplemente... Quiero saber más sobre ella.

—Todo lo que necesitas saber es que si ella te lo ofrece, no ocurrirá una segunda vez —aclaró mientras salíamos al pasillo—; o eso dicen. Y que pisoteará tu corazón de la manera más cruel que se le ocurra.

Silver and GoldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora