En cuanto la primera semana transcurrió, nada gradual había sucedido aún. Los medios continuaban dando premisas sobre el hundimiento de Gold Business, sobre los secretos que dicha compañía ocultaba, sobre los asuntos conspirativos en donde el propietario se veía involucrado de forma creciente.

   Sin embargo, a los tres días de haberse hecho la denuncia por parte de Violet, su tiempo de permanecer escondida había finalizado.

   Después de que el poli se diera cuenta de quién era ella, no podíamos contar con la seguridad de que no sucumbiría ante el dinero que los medios podían ofrecerle a cambio de la información más deseada por todo el país.

   Por eso, en el cuarto día, volvió a la escuela.

—No puede ser —Wally espetó.

—¿Es esa...? —Austin no terminó la frase.

   Yo estaba tan confuso y asombrado como ellos. No se suponía que debía estar aquí, no con toda esta gente presente; que no dudaría en publicar la nueva noticia guion rumor del colegio: la hija prodigio había reaparecido de la nada, y se dirigía directamente hacia mí sin ningún tipo de sutileza.

—Chicos... —Fiona llegó hasta nosotros, acompañada por Jane, pero ambas se detuvieron en seco en cuanto observaron la escena.

—Mierda —soltó Jane, de pronto.

   Violet llegó hasta mí.

—Hola —dijo, como si nada.

—Hola —contesté, con un nudo en el pecho.

—¿No vas a decir nada más? —cuestionó ella, con su aire típico de chica atrevida, sexy y seductora.

—Creo que ya sabes lo que estoy pensando —repliqué, todavía murmurando.

   Era consciente de que medio instituto tenía sus ojos puestos en nosotros y en la escena que estábamos montando en la entrada del edificio.

   Y era consciente de que mis amigos me veían con los ojos puestos como platos.

—¿En escaparnos al armario del conserje y quedarnos allí durante largos minutos? —Se acercó hacia mí— Puedo saltarme Literatura, después de todo Crane aún me tiene paciencia.

   No resistí y la tomé de la muñeca. La llevé lo más apartado que pude, aunque seguía sintiendo la mirada inquisitiva y acusadora de mis amigos detrás.

—¿Qué demonios haces, Violet?

—Vuelvo a mi vida normal, ¿tú qué crees? —Arqueó una de sus cejas— Mi padre no me va a impedir que haga lo que quiero.

—¿Vida normal?

—Al menos su nuevo concepto —objetó, sonriéndome y acariciando mi brazo de arriba a abajo.

—Tienes a todo el país en tu busca —susurré, perdiendo los nervios—. Tu padre básicamente ha puesto precio en tu cabeza, todos están perdiendo el control. La prensa...

—Si la prensa así lo quiere, tendrá su premisa de éxito internacional —tomó mi mano. Miré nuestro contacto como si no pudiera creerlo—. Me he hartado de huir, de esconder mi verdadero yo, de fingir ser alguien que no soy. Mi padre me ha controlado toda mi vida; no pienso permitir que lo siga haciendo ni un segundo más. Y por eso mismo...

   Llevó sus manos a los costados de mi cara y me atrajo hasta juntar nuestras bocas. Podía sentir la desesperación en el beso, y sus ruegos en cuanto a que no la abandonara en esto.

Silver and GoldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora