[Hoseok]
Les daría a todos su merecido. Realmente demostraría que estaban equivocados, que podía conseguir la cabeza de cualquier vampiro sin ayuda de nadie. ¡Realmente podía hacerlo, no era un inútil como todos pensaban!
Desde pequeño mis padres, descendientes de cazadores de vampiros, perdieron toda su fe en mí como alguien en quien dejar sus esperanzas para que siguiera con aquella profesión. Y en el fondo no les culpo, pues a pesar de que mis habilidades no eran malas, mi valentía flojeaba por todos lados. Era una persona excesivamente miedosa, ¡sí, lo aceptaba, y qué con eso! No era motivo suficiente para que me fuera imposible acabar con un chupasangre, tan solo tendría que hacer frente a mis miedos y ya está.
Y precisamente por eso me encontraba en un pueblo a las afueras de la ciudad, casi delimitando el país, matriculado en un curso que ya había aprobado hacía un año, y dedicando las veinticuatro horas del día a seguir la pista de un grupo de vampiros que según mis fuentes merodeaban por el pueblo.
Hasta ahora solo tenía sospechas sobre una persona, el motivo por el cual había tenido que plagiar varios documentos y colar datos falsos para inscribirme en un curso que ya había pasado.
Park Jimin.
Estaba seguro en un noventa y cinco por ciento de que era un vampiro. Había posibilidades de que simplemente fuera un humano excesivamente atractivo y de perfecta apariencia con una muy mala suerte para vivir siempre cerca de crímenes de desangramiento y que por casualidad tuviera antepasados exactamente iguales a él.
Es decir, que ese cinco por ciento no existía. Era un vampiro y punto.
¿Y por qué no acababa con él y ya está? Sería fácil, o al menos teóricamente no habría dificultad alguna. De cualquier forma, dejando al lado que mis temores me impedían hasta acercarme a menos de dos metros de él, también había que tener en cuenta que pocos vampiros viajaban solos. Solían ser una especie que siempre viajaba en grupo, llegando a crear familias con las que vivían incluso milenios sin si quiera compartir sangre, o al menos sangre en el momento que eran humanos.
El caso era que Park Jimin tenía familia, tenía más vampiros a los que podía guiarme sin saberlo, y en el momento que lo hiciera, yo acabaría con todos. Acabaría con cada uno de ellos y volvería a casa para restregarle mi victoria a los que no confiaron en mí, es decir, todo el mundo.
Y mi plan comenzaría con aquel chico pelinegro que había hablado con Park Jimin en el autobús. En el momento que este primero bajó del vehículo y se pegó el golpe del siglo, vi el momento perfecto para acercarme a él. Bueno, no exactamente en ese instante, más bien esperé a estar con él a solas, más concretamente en los baños, cuando se estaba limpiando la sangre del labio que había comenzado a sangrarle.
- Toma –le tendí un pañuelo al tiempo que me colocaba a su lado, sonriendo amigablemente. Si había algo que nunca me fallaba, era mi sonrisa. Solían decir que me era fácil transmitir confianza con ella. – He visto tu caída de antes –el chico bufó pero tomó el pañuelo de mala gana, mojándolo en agua y limpiando el pequeño corte del labio. – ¿Estás bien?
- Claro. No ha sido nada.
- Ha sido un buen golpe, en realidad.
- No ha sido nada –repitió con brusquedad, arrugando el pañuelo y lanzándolo a la basura. Encestó con un solo tiro, y eso que el cubo estaba bastante lejano. No pude negar que me impresionó. – Gracias por preocuparte. Adiós.
- ¡Ey, esp- –me cerró la puerta en la cara. Rodé los ojos y la abrí rápidamente, buscándole entre la multitud de estudiantes y alcanzándole con pocas zancadas al divisarlo por el pasillo. – No me diste tiempo a presentarme –declaré una vez estuve a su lado. Él me miró con desagrado, pero no fue tan maleducado como para ignorarme. Se apartó de todo el tumulto de personas, llevándome con él, y estrechó la mano que le tendí. – Me llamó Jung Hoseok y soy nuevo en el pueblo. Encantado.
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Milk Fangs
Fanfiction† ¿No es suficiente que me refleje en tus ojos? ¿También necesitas un espejo? †