Capítulo 16:

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[Taehyung]

¿Podía existir algo más genial que un viaje en familia? ¡Pues sí! ¡Un viaje en familia concretamente para la noche! Era uno de mis días preferidos en todo el año, una noche entera para hacer lo que quisiera con un humano. Incluso hubo veces que Jin nos trajo dos, hasta tres si recordaba bien el año en el que estábamos en guerra y las desapariciones no nos supondrían un gran problema. Las guerras entre humanos nos beneficiaban enormemente.

El caso es que Jin, quien siempre se ocupaba de organizar esta salida, había escogido un pequeño apartamento en la costa de un pueblo. Ni siquiera era en la costa del pueblo, era en la costa de la costa de la costa del pueblo. Estaba tan alejado de todo que el humano podría chillar con todas sus fuerzas y ni un pájaro le oiría. Me emocionaba con solo imaginarlo.

Y por eso mismo me encontraba frente a la escuela de mi queridísimo mellizo, el cual me consideraba un atentado contra cualquier humano de su entorno, para convencerle de que viniera. Iba a ser una salida legendaria, nada que igualar a la de los demás años.

- ¡Incluso traerán gorritos de fiesta! –exclamé ilusionado al castaño, quien me escuchaba con atención, sonriendo a cada una de mis palabras. – Yongsun dijo que el mío tendría aliens pintados. Como los que salen en la serie esa que echan por las mañanas, que hay un humano con un alien rosa de ojos muy grandes, y que puede transformarse en cualquier cosa y...

- ¿Ves series de dibujos? –preguntó de inmediato. Yo asentí sonriente, luego me detuve, preguntándome si era algo muy extraño entre humanos ver series de dibujos infantiles. Llegué a la conclusión de que no, así que me encogí de hombros y volví a asentir. Hoseok rió.

¡Ah, cierto!

Mientras esperaba a que Jimin saliera, me encontré a ese humano que tan bien olía. Y ¡ah, realmente parecía una droga! Cuando me acerqué a saludarle, olvidando todas las advertencias de Jimin, no pareció muy confiado, pero tampoco duró mucho. Le dije que estaba esperando a mi hermano y decidió quedarse a hablar un rato conmigo, alegando que tampoco tenía muchas ganas de entrar en clase. Resultó ser un encanto de humano, cosa que no me extrañaba después de oler su sangre. Era el humano perfecto.

Y además sabía escuchar.

Después de veinte minutos hablándole sobre la salida -obviamente cambiando ciertas palabras y omitiendo temas como que somos vampiros y vamos a darnos un banquete con alguien de su especie.- él seguía escuchando como si fuera el primer minuto. Y no de la forma que lo hacía Jin a veces, fingiendo prestarme atención. O Yoongi, que directamente me decía "tú sigue hablando, que yo te escucho" mientras se iba y me dejaba solo. No. Hoseok me escuchaba de verdad, y sonreía a todo lo que decía. Era tan agradable que podía compararse a su aroma.

- ¿Y dices que a tu hermana se le ocurrió la idea de los gorros?

- Ahá. A Yongsun. Dice que son adorables y que quedan tiernos en todo tipo de seres vivos. Yo soy tierno, así que seguramente me quedará genial. Puede que hasta me ponga dos.

- Seguro que sí –sonrió de nuevo, mostrando aquel bonito hoyuelo que tanto me llamaba la atención. Minutos antes había intentado tocarlo, pero cuando me moví, Hoseok se asustó tanto que decidí no hacer nada que pudiera resultar raro de nuevo, por lo que me limité a hablar e intentar no pensar mucho en lo bien que sabrían sus entrañas. – ¿Y dices que tienes una hermana entonces?

- Ahora somos once hermanos.

- ¿Ahora? –preguntó extrañado. Mordí mi labio inferior con nerviosismo y terminé asintiendo mientras desviaba mi mirada al suelo, fingiendo atarme los cordones.

Milk FangsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora