[Namjoon]
Normalmente la gente se suele sentir incómoda cuando la observan comer. No es agradable tener un par de ojos clavados en cada bocado que te llevas a la boca, como si fuera un espectáculo. La persona termina sintiéndose sucia o desagradable y deja de comer al instante o se marcha a otro lado. Por suerte para mí, me daba exactamente igual.
- ¿Tu humano no sabe comer con la boca cerrada o qué? –di un trago al segundo batido que me había servido y observé con desinterés de dónde procedía la voz. Era una de las chicas del sofá que se encontraba viendo la tele, una con trenzas. – Ni siquiera le estoy mirando y ya me da asco.
- ¿Cómo puedes quejarte de algo que no ves? –respondió Jin. Aún así, me echó una de esas miradas que te intimidan hasta la vesícula, y como buen humano que quería mantenerse con vida, al menos hasta conseguir algo con la criatura de pelo rosa que tenía en frente, cerré la boca y seguí mi festín de esa forma.
- Veo la cara de Jihoon. Está traumatizándose.
- Es asqueroso... – murmuró quien supuse que era el tal Jihoon. Tenía una voz tan grave que casi podía compararse con la mía. Incluso estuve a punto de proponerle hacer una colaboración con algún tema, o que al menos lo intentara, pero dada la situación quizás no era el mejor momento. – Puedo oler el sonido que hace al comer. Realmente puedo hacerlo.
- Deja de mirar entonces, idiota –escuché una palmada y supuse que Jin había utilizado su mano para enfatizar sus órdenes de nuevo. Sonreí para mis adentros y seguí con mis tortitas, aunque obviamente sin despegar los labios. No quería ser el siguiente en probar su mano, al menos no de esa forma. – Y tú –apareció de nuevo a mi lado, apoyándose en la silla de mi lado. – cuando termines de comer, trataremos varios asuntos.
- ¿Eso quiere decir que nos lo vamos a comer? –de nuevo una voz femenina. Comenzaba a cansarme tanto comentario sobre dejarme seco. – ¡Me pido los mus-
- No te pides nada –sonreí a Jin, quien puso cara de asco y siguió hablando sin mirarme. – La norma sigue en pie. Nadie le toca sin mi permiso.
- Lo quiere solo para él...
- ¡Yukwon, te he oído!
Seguí comiendo, disfrutando de esa surrealista situación y de lo bien que le quedaba la camisa al pelirrosa. Ni siquiera ahora, sabiendo lo que realmente era, conseguía comprender su belleza. Al parecer todos los demás de la casa también eran vampiros de esos, pero no le llegaban ni a la suela de los zapatos.
Poco a poco el salón comenzó a quedarse vacío, al igual que la mesa. Parecía un maldito pozo sin fondo, y estaba disfrutando de ese desayuno como si me fuera la vida en ello, lo cual era gracioso porque podía resultar hasta literal.
- ¿Te parece gracioso el tenedor? –preguntó Jin sentándose en la silla de mi lado. Era la primera vez que me dirigía la palabra desde que había empezado a comer, al menos sin mandarme callar o insultarme.
- Pensaba en que esto parece una de esas últimas comidas que les dan en la cárcel a los condenados a muerte. –respondí antes de meterme el último pinchazo en la boca, dejando el plato completamente vacío. – Delicioso.
- ¿Y eso te hace gracia?
- Si me he reído, es porque algo de gracia me hará –me recosté en la silla y le miré, acariciándome el estómago. Seguía plano, pero yo sentía como si hubiera engordado veinte kilos que habían ido directos a esa zona. – ¿no crees?
- Estás loco.
- No es la primera vez que me lo dicen –respondí indiferente. Me incorporé para terminarme el último vaso de zumo que me había servido hace rato, y seguidamente apoyé un codo en la mesa, mirándole con interés. – ¿Y bien?
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Milk Fangs
Fiksi Penggemar† ¿No es suficiente que me refleje en tus ojos? ¿También necesitas un espejo? †