Capítulo 62:

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[Jungkook]

Sentí como si fuera la maldita Bella Durmiente, pero con el cambio de que me desperté solo. Y que era un chico. Pero realmente parecía que hubiera dormido cuatrocientos años, solo con abrir los ojos casi podía escuchar el chirrido de las puertas antiguas. Quizás eso era lo que se sentía tras una noche de borrachera. No podía asegurarlo, jamás había ido a una.

- ¿Estoy de resaca? –me froté los ojos, incorporándome en la cama y solté un enorme bostezo antes de mirar a mi alrededor y comprobar que aquel cuarto en el que me encontraba, no era el mío. No era de nadie que conociera, aunque en verdad, pocos cuartos ajenos conocía. – ¿Dónde estoy?

- Por un momento pensé que no ibas a despertar nunca –me giré hacia la voz de Hoseok, quien estaba entrando al cuarto con dos bricks de chocolate. Abrió uno y me lanzó al regazo. No tardé ni medio segundo en imitarle y comenzarlo a beber. Me moría de sed. Y de hambre. No exageraba cuando sentía que habían pasado mil años mientras dormía. – Has dormido casi dos días.

- ¿Solo? –alzó una ceja, con la pajita entre sus labios, y negué. – Olvídalo –murmuré antes de comenzar a beber de mi batido. No volví a hablar, hasta que todo su contenido estuvo en mi estómago. Hoseok aún seguía con el suyo, cosa que agrandaba mi hambre. – ¿Dónde estamos?

- En casa de Taehyung.

- ¿Qué pasó ayer? –seguí preguntando. Necesitaba orientarme, pues por ahora era lo único que podía hacer, aunque realmente no me importara mucho. Seguía vivo, y si hacía cuentas y realmente había dormido dos días, mañana había escuela. – O anteayer, lo que sea. No me acuerdo de nada.

- Saliste con Jimin. – Intenté hacer memoria, incluso coloqué los dedos en el puente de mi nariz, dándome una actitud más pensativa, pero pasaban los segundos y seguía estando todo tan negro como cuando me había despertado. – Os encontrasteis con Thaeil y conmigo –añadió. Tragó mal al decir eso y tuvo que detenerse unos instantes. – En los recreativos. Daban bebidas gratis.

- ¡La reinaguración, cierto! –exclamé más animado cuando las imágenes comenzaron a llegar a mi mente. Inmediatamente, todo comenzó a cobrar más importancia a medida que empezaba a recordar. Daban bebidas gratis y Jimin me besó. ¡Me besó! – ¿Y Jimin? ¿Está aquí? –Hoseok asintió. No parecía muy cómodo con la situación. – ¿Pasó algo? No me digas que me emborraché.

- No estás de resaca, Jungkook –respondió a la primera pregunta que había formulado desde que desperté. Supongo que eso era una buena noticia. No había estado borracho y por lo tanto no había hecho el ridículo. – Surgieron unos problemas...

- ¿Y Jimin? –volví a preguntar ansioso. Realmente tenía ganas de verle, y de paso, de que me aclarara varias cosas. Me sentía en una burbuja solo de pensarlo. – Tengo que hablar con él.

- Jungkook –me tendió otro brick de chocolate que se sacó del bolsillo. Él aún seguía con el suyo y yo no tardé ni medio instante en comenzar a beberme mi segundo. – no sé como decirte esto...

- ¿Hm? –no podía despegar los labios de la pajita.

- Eres un vampiro –seguí asintiendo, incitándole a seguir hablando. No entendía nada, pero el batido estaba riquísimo y la voz de Hoseok era bastante agradable, aunque sonara ligeramente decaída. – Ahora estás bebiendo sangre.

- ¿Ah? –inmediatamente me detuve, haciendo un grandísimo esfuerzo, y saqué la pajita para verter un poco del líquido en mi mano y comprobar sus palabras. Quizás estaba mentalizado de que todo eran tonterías, porque cuando unas gotas rojas cayeron sobre mi mano, mi rostro se descompuso. – ¿Por qué me has dejado beber sangre? ¡Esto no tiene gracia, idiota! –exclamé asustado e indignado. Inconscientemente, apreté con demasiada fuerza el brick, y antes de darme cuenta, todo su contenido me llovió por encima, paralizándome en el acto. – te... voy... a... matar... –murmuré sin poderme mover. Esta broma no se la perdonaría jamás.

Milk FangsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora