Capítulo 13:

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[Hoseok]

De cada cinco partidas, conseguía que mi equipo ganara dos, lo que era un grandísimo avance teniendo en cuenta que hasta hacía tres días perdía todas las que jugaban, ya fueran cinco, veinte o cuarenta y siete. Supongo que la práctica sin descanso terminó dando sus frutos. Práctica sin descanso a los videojuegos, sí. ¿Y por qué?

Por Jungkook.

Ese maldito niño no podía haberse buscado un hobbie más sencillo, como saltar a la comba o leer. No. A él tenían que gustarle los videojuegos, y yo como el peor idiota del mundo, le seguí la corriente para conectar con él. Y por ello terminé faltando a clase -detalle que no me importaba en absoluto- para quedarme todo el día mejorando mis habilidades con el maldito mando que no paraba de vibrar a cada disparo que le metían a mi personaje.

Llevaba casi cincuenta partidas cuando me llegó un mensaje de Jungkook al móvil, al cual acudí casi corriendo, desesperado por encontrar un motivo que me alejara de esa diabólica máquina imposible de manejar a la que llamaban PlayStation. Tan solo era un mensaje preguntándome que dónde estaba, pero me demoré en responderle como si me hubiera preguntado por el sentido de la vida.

Después de eso decidí que mis ojos no podrían soportar otra derrota más. O victoria. Estaba tan saturado de videojuegos de armas que ni siquiera tenía cuerpo para diferenciar entre ganadores o perdedores, así que decidí echarme un rato en el sofá acompañado de mi gruesa manta marrón y una botella de zumo.

Allí aproveché para coger mi block de notas y centrarme un rato en el caso. A penas había avanzado esos días, pues estaba más pendiente de acercarme a la única relación que encontré con Park Jimin, es decir, el friki de los videojuegos. Hasta ahora, Jungkook era la única persona a la que el platinado se había acercado a hablar, y eso me frustraba hasta niveles inimaginables, porque precisamente, el pelinegro no era alguien accesible.

Lo que tenía de Park por ahora, eran pequeñas observaciones y datos que había ido recogiendo a medida que lo observaba en la escuela y autobús. Cosas como que siempre llevaba un brick de fresa -muy probablemente relleno de algo que no era batido de fresa-, o que conseguía controlarse endemoniadamente bien, permaneciendo con una tranquilidad absoluta a pesar de estar rodeado de alumnos.

En general Park Jimin tenía un comportamiento desconcertante, demasiado correcto, quitando la base más extraña de todas, que quisiera permanecer entre humanos siendo él un vampiro.

Desde siempre, los vampiros se han sentido superiores a los humanos, viviendo en una especie de sociedad secreta a la cual, obviamente, nosotros no tenemos acceso ni información, o eso es lo que pretenden. Además de que el número de ellos ha aumentado notablemente debido a que ahora la imprudencia es mayor, y muchos de los convertidos en la actualidad, no pasan ni una semana antes de cometer un asesinato o terminar convirtiendo a otro humano. Sí, asqueroso y aterrador a partes iguales.

Eso me daba otra pista para saber que Park Jimin no tenía los años que aparentaba. Ni siquiera veinte o cien más, no. Park Jimin probablemente llevaba vivo centenares de años, quizás trescientos o cuatrocientos. Imposible saberlo por su físico, pero ese autocontrol no sería típico de un vampiro recién convertido.

Cuando llegué al pueblo, estaba convencido de que vivía en una comuna de vampiros, que quizás eran una familia de seis o siete como mínimo, pero luego cambié de opinión. Luego, viendo su comportamiento, me planteé la idea de que realmente viviera solo. Sería extraño, sería diferente y completamente inusual, pero no imposible. Y eso estuve planteándome hasta que le vi en la lavandería acompañado de otro chico.

Taehyung dijo que se llamaba.

Dijo muchas cosas en ese momento. Que era el hermano de Jimin y sabía que íbamos a su colegio, por lo que no sería la primera vez que nos había visto. Probablemente había seguido a Jimin hasta la escuela en algún momento, y por la cara que tenía el platinado mientras su "hermano" hablaba, no debían llevarse muy bien.

Ese sí que era un claro de un vampiro recién convertido, o al menos que no pasara de los veinte años de conversión. A penas pudo aguantar tres segundos sin echárseme encima fingiendo que le gustaba el olor de mi jersey. Era un niño, parecía un maldito niño sin control. La contraparte total de Park Jimin.

Y el detalle que volvió a dejar en claro, que Park Jimin no vivía solo. Ni a solas con el maniático de sonrisa rectangular que se hacía llamar Taehyung, no. Park Jimin tenía una familia, y yo iba a descubrir cuál era y luego desgarraría la garganta de todos ellos. Y todo eso a ser posible sin toparme con el castaño, porque no iba a engañarme, ese niño estaba loco, y lo quería lejos de mí todo el tiempo. A cuanta más distancia mejor.

¿Por qué iba a empeñarme en negar que me daba miedo? Sería ridículo no temer a ese ser. Vampiro y encima recién convertido, es decir, una auténtica máquina de matar de las formas más sádicas y dolorosas que existen.

Una parte de mí me impulsaba a encargarme primero de él. Me decía que si no lo hacía ya, luego sería tarde. Que ese chico de ojos brillantes era una amenaza para el pueblo, y que solo yo podía detenerlo. Me impulsaba a ser un héroe, sin capa y armado con cuchillos, pero un héroe.

Y otra parte de mí me sentaba en el sofá con una botella de zumo a apuntar detalles con nombres claves en un estúpido block de notas. La parte coherente, por la cual probablemente seguía vivo hasta ese día. Una parte que me había empujado a huir en vez de actuar en muchas ocasiones, una que me había salvado la vida más de una vez.

Una parte a la que no hice caso en ese momento. La ignoré y apunté una "V" en mi cuaderno, pensando en Taehyung. Vampiro. Él sería mi vampiro, sería mi verdadero objetivo. Y por primera vez en mi vida, arriesgaría esta, ignorando a la voz de la coherencia.

¿Una idiotez? Podría ser. Pero en ese momento, con la gran letra cubriendo toda la página, repasando cada centímetro, cada curvatura y sombra de esta, mi confianza subía. Tal y como su inicial indicaba, era un vampiro. Era una simple "V".

Era un monstruo con apariencia adorable, y era completamente mío, porque solo yo en este pueblo podría acabar con él. Y lo haría, definitivamente lo haría.

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¿Que mierda le pasa a Hoseok que últimamente se está poniendo jodidamente precioso? Es decir, más de lo normal. No lo entiendo. Creo que es un atentado o algo.

 Creo que es un atentado o algo

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