Capítulo 61:

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[Taehyung]

Aún no sabía cómo iba a decírselo. Sentado en lo alto de un árbol, esperando su vuelta, mordía mi labio con nerviosismo, valorando la idea de marcharme. Una idea que de ninguna forma tenía cabida en mis opciones, pues era Hoseok la persona de la que estábamos hablando. Jamás me separaría de él por voluntad propia, o no por mucho tiempo, por lo que era una idiotez hacerlo si las consecuencias terminarían siendo las mismas.

Probablemente habría podido seguir comiéndome la cabeza durante horas, pero un pequeño tubo de papel, con un lazo verde enrollándolo y sujetándolo de esa forma, ascendió hasta casi darme en la cara. Por acto reflejo lo agarré, y pude comprobar, sorprendido, que era mío. Cuando miré hacia abajo, me encontré al pelinegro, con la manos en los bolsillos de su chaqueta y dándome la espalda, mirando a la nada.

- Baja –no sonó como una orden, más bien como un permiso. De cualquier forma lo habría hecho, por lo que no tardó ni dos segundos en tenerme tras él, de pie, agarrando el papel con ambas manos. – Me ha dado en la cabeza.

- ¿Mh? –suspiró y se giró, mirándome y apartando rápidamente la vista de nuevo, con indiferencia, como si yo no me estuviera muriendo por volverle a ver. Por que nos volviéramos a ver como hacíamos antes.

- La cosa esta –señaló el tubo entre mis manos con la barbilla. – Se te ha debido caer. Ten más cuidado a la próxima.

- Es para ti –dije sin pensar, extendiendo ambas manos y bajando la vista avergonzado. Esperé varios segundos a que lo cogiera, pero el tiempo pasaba y yo seguía sintiendo el peso del papel en mis palmas. Alcé de nuevo la cabeza y le miré extrañado. – ¿No lo vas a coger?

- ¿Me lo has lanzado a la cabeza desde ese árbol? –preguntó incrédulo, casi con la misma expresión que se me quedó a mí al escucharle.

- ¿Qué? ¡No, claro que no! –exclamé indignado, aunque quizás en otra ocasión, con otro aura y ciertos sucesos no tan recientes, habría entrado perfectamente en mi comportamiento. Hoseok suspiró de nuevo y agarró el papel, deshaciéndose del lazo y guardándolo en su bolsillo antes de desenrollarlo y comenzar a leerlo en voz baja. – Es una nota de disculpa – me sentía más cómodo hablando sabiendo que parte de su atención estaba en el papel y no en mi persona. – Rompí la promesa.

- ¿Eh? –ni siquiera había terminado de leer y ya me miró esperando una explicación oral. Agaché la vista, avergonzado, y comencé a revolver las hojas con mis pies mientras hablaba. – ¿Qué significa esto?

- Bebí sangre de otro humano. Dos veces. –mordí mi labio, sintiendo una presión tan grande en el pecho que esperaba ponerme a llorar de un momento a otro. – La segunda vez, casi una botella entera. Lo siento.

- ¿Cómo?

- Ayer. Necesitaba verte y no tenía casi fuerzas. Lo siento muchísimo.

Ambos nos quedamos en silencio. Quizás era por mis nervios, pero apenas podía escuchar su respiración. Lo principal era su sangre fluyendo, luego las hojas secas arrastrándose junto a mis pies. Su voz no tardó en abrirse paso entre los puestos.

- ¿Solo te alimentaste dos veces desde que... –se detuvo en esa palabra, sin saber cómo proseguirla. Yo lo sabía. Desde que me pidió que me marchara. Él terminó decantándose por otra alternativa. – ...nos separamos?

- Te prometí que solo bebería de ti.

Apretó con fuerza el papel, desencadenando una rabia que fui capaz de percibir antes de que abriera la boca. Incluso me asusté, alejándome un par de pasos. Era irónico, un vampiro asustándose de un humano. Y para mi sorpresa, junto de nuevo los labios, inspiró profundo, y al exhalar relajó todo su cuerpo, tranquilizándose.

A pesar de todo, cuando alzó la vista y me miró, como yo tanto ansiaba, temblé.

Sus ojos estaban completamente oscuros, e independientemente de los rastros de la noche en vela, las lágrimas y tan recientes traumas sufridos, podía atisbar a ver un enfado tan grande que ni pude apartar la mirada. Tragué saliva y tan solo recé para no haber hecho nada malo, para que no me odiara.

- Acabo de enterrar a mi amigo porque te elegí a ti sobre él –declaró serio. Parecía que sus palabras se realzaban más con el sonido de fondo del bosque. – si mueres, mi decisión no habrá valido la pena y además de asesino, seré un inútil.

- Pe-pero...

- Aliméntate de mí mientras esté a tu lado –respondió. Asentí cohibido, porque eso sí que había sonado como una orden, y no podía siquiera plantearme no cumplirla. – Pero si yo no estoy para cuidarte, cuídate tú solo.

- ¿No vas a quedarte conmigo? –pregunté temeroso. Después de todo, seguía sin verme capaz de superarlo, pero si me lo pedía, lo haría por él. Viviría por él y sin él. Quizás el mismísimo infierno, pero como había dicho, acababa de enterrar a su amigo por mí, y precisamente ese era el sitio que yo me merecía.

Hoseok chasqueó la lengua y antes de poder reaccionar, se lanzó a abrazarme. Me rodeó y enterró mi cabeza en su pecho sin ningún cuidado, totalmente impulsivo. Y luego comenzó a llorar. Podía escucharle, podía oler las lágrimas y sentir sus espasmos con cada sollozo, pero a pesar de todo, cuando intenté apartarme para observarle, se limitó a acentuar el agarre, manteniéndome así.

Sin darme cuenta, yo también comencé a llorar.

- Por favor, quédate conmigo –rogué como un niño. Era lo que más quería en el mundo, y solo con eso me permitiría ser egoísta. Simplemente, me rompía por dentro ni siquiera intentarlo. – Por favor.

- Perdóname.

Lo siguiente que escuché fue la carta de disculpa cayendo al suelo, el rastro que dejó alejándose poco a poco entre las hojas, y con ello, casi pude sentir que respiraba, aunque me fuera literalmente imposible.

Hoseok no se marchó.


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Lo de dedicar capítulos, aunque no haya suficientes, haré mención a las personas que falten en el capítulo final o la nota. Dont worry beibes. SI NO LO HICIERA DEBERIAIS DEJAR DE LEERME Y BOICOTEARME PORQUE ESCRIBO GRACIAS A TODES VOSOTRES.

Milk FangsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora