Capítulo 41:

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[Taehyung]

Si el programa ya era aburrido en un principio, menos atención de mi parte consiguió una vez sentí ese aroma entrando nuevamente por mis fosas nasales. Fruncí el ceño y empecé a absorber más rapidamente de uno de los batidos que le había robado otra vez a Jimin.

- Prueba solo un poquito. -Miré a Hoseok un par de segundos, aún con mi ceño fruncido, y aparté rapidamente la vista, encogiéndome más sobre mí mismo y alejándome hasta tocar el otro extremo del sofá. Él, aún con el dedo alzado y la pequeña gota de sangre brotando de la yema de este, suspiró y redujo nuevamente la distancia. - Vamos, Taehyung, han pasado cuatro días ya...

- No voy a volver a beber de ti, ya te lo he dicho. -realmente sentí mi corazón doler al decir eso. Olía bien. Olía descaradamente delicioso y yo estaba negándome a probarlo a pesar de que me lo ofrecían en bandeja. Di otro trago al batido de Jimin y clavé de nuevo la vista en la aburrida serie de televisión.- Déjame.

- Oh, vamos, no puedes enfadarte para siempre... -acercó su dedo a mis labios y yo tuve que unir estos últimos en una finísima linea para no tener contacto con su sangre. Era un momento decisivo, saber si ganaría mi tozudez o mi instinto. Ambos tenían un papel protagonista en mi día a día, así que no podría a delantar la victoria de ninguno. - Taehyung, solo fue una broma.

- Pensé que estabas muerto.

- Tan solo lo pensaste unos seg-

- ¡Estuviste aguantando la respiración casi dos minutos! -el batido estalló entre mis manos, manchando casi todo el sofá y la cara de Hoseok, de sangre, lo cual solo consiguió enfadarme más. Ahora tendría que volver a casa a coger más.- ¡Me hiciste llorar!

- Paré al instante, no exageres.

Le miré fijamente, desbordando indignación por mis pupilas, recordando cada segundo de la situación que se dio hacía unos días. Realmente pensé que lo había matado, que me había sobrepasado y estaba muerto. ¡Y luego resultó ser todo una maldita broma del muy estúpido! ¡Por eso odiaba a los humanos! Dos minutos sin respirar, riéndose por dentro mientras yo me moría de miedo por fuera.

- Eso no se hace. Es muy cruel. -escupí con rabia. Mi labio inferior comenzaba a temblar, como si el puchero que lo ocupaba fuera a desbordarse. Tan solo pude repetir las mismas palabras de segundos antes mientras inconscientemente recreaba la traumática escena en mi cabeza. - Pensé que estabas muerto... pe-pensé que te había... que te he había...

Antes de que la primera lágrima cayera por mi mejilla yo ya había salido corriendo a su cuarto, escondiéndome debajo de sus sábanas hasta cubrirme por completo con ellas. Solo en ese momento pude llorar tranquilo, fuera de la vista de cualquiera, de la suya más concretamente.

Aunque no tardó ni medio segundo en aparecer acompañado de dos toques en la puerta.

- Vete -murmuré ahogadamente bajo las sábanas. Luego se escucharon los pasos y un peso hundiendo parte del colchón. - Vete -repetí debilmente, aunque sabía de sobra que nadie cumpliría mi orden.

- Solo era una broma -a medida que el colchón se hundía, cada vez más cerca mío, la voz también aumentaba. Era más y más clara. Luego sentí unos brazos rodeándome sobre las mantas y mis lágrimas volvieron a desbordarse de nuevo. - no sabía que te asustarías tanto, Tae...

- ...

- Lo siento de veras.

- ...

- No lo volveré a hacer, te lo prometo.

Milk FangsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora