Extras

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[Yoongi]

Me recosté en el regazo de Jiho mientras este conducía. Tenía intención de dormir sobre este, pero el continuo traqueteo del camino me avisó a los dos segundos de que sería imposible, y cuando Taehyung, quien sí había podido dormirse, se despertó poco después, no necesité más razones para asegurar que no pegaría ojo en todo el trayecto.

- ¡Yo también quiero tumbarme como Yoongi! –exclamó desde el fondo del coche. Jiho bufó una risa, y cuando me asomé por curiosidad a echar un vistazo, pude divisar a Taehyung colocándose con dificultad sobre Hoseok, Yukwon y Jimin. – ¡Ay, deja de doblar la rodilla! –se quejó a este último.

- ¡Deja de tumbarte encima de mí!

- ¡Deja de tumbarte encima de Jimin! –alegó el menor de todos desde el fondo de coche. Rodé lo ojos y me recosté de nuevo sobre Jiho. Aún me costaba acostumbrarme a los nuevos miembros de la familia.

No les odiaba, me eran bastante indiferentes, en verdad. Incluso podría decirse que había terminado cogiendo un poco de cariño a Namjoon. Pero esto era demasiado. Sinceramente, eran demasiados, y estaban detrás nuestro, en el coche, acompañándonos a nuestra maldita y tardía luna de miel.

- ¿Me recuerdas de nuevo lo inútil e idiota que eres por dejar que vengan? –le espeté al rubio que conducía, con los ojos cerrados e intentando acostumbrarme al movimiento del coche. Al instante, sentí como una mano comenzaba a acariciar mi mejilla, y no pude evitar soltar una pequeña sonrisa. – Sigues siendo un idiota y un inútil.

- Eres tú quien sabe negarse de los dos –amplié mi sonrisa, ligeramente orgulloso de sus palabras. Era cierto. Se me daba de maravilla decir que no. – Me lo preguntaron cuando estabas dormido.

- Te lo preguntó Taehyung. Podrías haberle hasta ignorado.

- ¡Sí, claro! ¡Para que luego venga su novio y me obligue a comer asquerosa comida de humanos! –reprimí unas maliciosas risas, recordando aquel día en el que Yukwon, Whasa y Jiho tuvieron que tragarse un bote de zumo de limón entero por haber fingido que Taehyung no existía durante casi dos horas. Hoseok era un humano que no se andaba con tonterías, y en cierto modo, me relajaba que estuviera al lado del castaño. – Al menos conseguí una caseta apartada solo para nosotros.

- Sigues siendo un inútil.

- Al menos ya no soy un idiota.

- Y un idiota, cierto –agregué arrimando mi mejilla inconscientemente a su mano, buscando más caricias. No le veía, pero casi podía visualizarle con esa sonrisa de prepotencia. – Ni se te ocurra hacer una foto –murmuré al sentir como las caricias cesaban. Inmediatamente, su mano volvió al lugar que le correspondía. – Y deja de pedirle a Taehyung en voz baja que me haga él una.

- ¡No estoy haciendo eso!

- ¿Aquí es donde tengo que pulsar para que salga la foto? –preguntó el castaño, probablemente inclinado sobre nuestro asiento. Para él no existían asientos en el coche, tan solo un epacio que podía usar hasta para hacer el pino si le entraban ganas. – ¡Jiho, hazme caso!

- No sé de qué me está hablando –murmuró contra mi oído al tiempo que se esforzaba más en las caricias.

- ¡Hobi, me están ignorando otra ve-

- ¡NONONONONO, TAN SOLO NO LE HABÍA ESCUCHADO BIE-

Y luego el coche se desvió, y Yukwon gritó, y Hoseok gritó más alto, y la rueda pinchó y cuando abrí los ojos, estaba el rubio sujetándome con una mano, la otra en el volante, y una cara de arrepentimiento que no pude hacer otra cosa que suspirar. Realmente era una lucha continua entre enfadarme y no hacerlo con ese sujeto.

- Hemos pinchado –declaró avergonzado. Asentí y me incorporé para echar un vistazo afuera, sacando la mitad del cuerpo por la ventana. Cuando volví a entrar, tras rodar los ojos por haber pillado al rubio mirándome descaradamente el culo, eché otro vistazo a la parte trasera del coche.

Taehyung estaba completamente colocado sobre Hoseok, haciéndole de muro, o manta o especie de araña vampírica con las extremidades tan extendidas que una le aplastaba el moflete a Jimin. Yukwon estaba boca abajo y Jimin pegado contra el cristal. En la última fila tan solo podían apreciarse algunas manos y piernas saliendo de entre los asientos.

- ¿Estáis bien? –pregunté mientras sacaba el móvil para llamar a Jin y avisarle de lo sucedido. Él iba con Namjoon y las demás chicas en otro coche. Me arrepentía enormemente de no haber escogido su vehículo para el viaje.

Salí del coche tras Jiho, echando un vistazo a mí alrededor. A unos metros había varias piedras, las cuales probablemente nos habían hecho pinchar, aunque la mayor parte de culpa la tuviera el desgaste del neumático. De cualquier manera, eso no fue lo que más llamó mi atención, sino el que hubiéramos llegado a para a una explanada preciosa en medio del campo. A lo lejos comenzaba el bosque y se oscurecía más el terreno. No me lo pensé dos veces antes de lanzarle el móvil a Jiho y saltar el pequeño riachuelo que separaba el camino del césped.

- Llama a Jin y dile que vamos a hacer una parada aquí.

- ¿Aquí? –casi ni terminó la frase antes de que me tumbara en medio de la explanada, con los brazos cubriendo mis ojos y una ligera sonrisa extendiendo mis comisuras. – No me digas que vas a dormirte de nuevo –me recriminó mientras caminaba hasta mí. Podía escuchar sus pisadas abollando la hierba, y cuando estuvo junto a mí, agarré su pierna sin mucha fuerza. – ¿Qué haces? –palmeé el suelo varias veces, indicándole que se sentara a mi lado. – ¿Por qué siento que me tratas como a un perro? –no respondí, tan solo palmeé con más fuerza hasta que le escuché suspirar y seguidamente sentarse. Sonreí y rápidamente me coloqué sobre él, abrazándome completamente a su muslo.

- Ahora llama.

El rió pero lo último que mis oídos atisbaron antes de que cayera dormido, fueron las teclas del teléfono abriéndose paso entre los agradables sonidos de la naturaleza del lugar.

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Sí. Hay extras.

Cuando termine dedicaré los capítulos al azar entre los que comentaron y ezaz cozaz de humanoz.

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Milk FangsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora