Capítulo 58:

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[Taehyung]

Entreabrí los ojos, esperando encontrarme a Jin o su humano, sentados en la silla. La imagen siempre solía ser la misma. Si era el caso de Jin, estaría pendiente de mí nada más hubiera escuchado mis párpados desplegarse. Si al contrario, era su humano, pues la imagen era de un chico rubio sentado en la silla, con algo de bollería entre sus manos y una revista que variaba según el día. La última había sido sobre la vida en las profundidades del mar.

- ¿Hyung? –murmuré con apenas un hilo de voz. Inmediatamente, a los pocos segundos, apareció Jin por la puerta, buscándome preocupado con la mirada. Al verme, se acercó y empezó a inspeccionarme más de cerca. En verdad, comenzaba a agobiarme, pero tampoco le culpaba. Seguro que mi aspecto daba pena. – Estoy bien, ah... ya vale, hyung...

- ¿Y Namjoon? ¿A dónde se ha ido ese idiota? –se puso en pie, echando otro vistazo a la habitación, y teniendo como resultado, la más absoluta nada. – ¡Será malnacido! ¡Cómo ha podido dejarte solo! –fue a la puerta y se asomó antes de gritarle. – ¡KIM NAMJOON! – seguidamente, hasta yo fui capaz de oír la puerta cerrándose torpemente y los pisotones acompañados de un sonido metálico acercándose al cuarto. – ¡Taehyung se ha despertado y no estabas ahí!

- ¡Perdón, perdón, estaba en el baño! –se excusó, entrando en la sala mientras terminaba de abrocharse el cinturón con una mano y la revista de las profundidades marinas en la otra. Tomó inmediatamente asiento y me sonrió. – Lo siento, amigo. Lo humanos cagamos. –inmediatamente, puso una expresión pensativa, frunciendo las cejas, y se giró parcialmente hacia Jin. – ¿Los vampiros también cagáis?

- ¡Namjoon!

- ¿Qué? –alzó las manos con actitud inocente. – Es una pregunta completamente normal. Hasta las princesas cagan. – Jin rodó los ojos y el rubio volvió a mirarme a mí. – Pero eso no sale en los cuentos. Como el sexo.

- Serás idiota... –Jin se acercó de inmediato, ignorando a Namjoon y sentándose a mi lado de nuevo. – ¿Te encuentras mejor, bebé? –debía verme muy mal para que estuviera tan cariñoso conmigo. Solo por ello, se me tensó el estómago y quise vomitar. Estaba sufriendo, y de nuevo por mi culpa.

Miré al pelirrosa y asentí, intentando aparentar un mejor estado del que sentía. Me fui a incorporar, y aunque en el primer intento resbalé, terminé consiguiendo pegar la espalda al cabecero de la cama. Fue sorprendente hasta para mí. Jin fue a decir algo, pero una tercera voz, ajena a nuestra conversación, se le adelantó por un par de segundos.

- Aquí dice que como bebéis sangre, cagáis morcilla –yo me reí, aunque no supiera que era la morcilla, pero la cara de Jin no dejaba atisbo a nada más que enfado e indignación. Cuando Namjoon se percató de esta, bloqueó el móvil en el que se encontraba leyendo la información, y lo guardó inmediatamente en su bolsillo del pantalón. – No he dicho nada.

- ¿Puedes callarte? –el rubio asintió e hizo como que cerraba una cremallera en su boca, más seguidamente me miró, expectante por una respuesta. Sonreí y me encogí de hombros, incapaz de responderle al no saber a qué se refería. – ¿Entonces estás mejor?

- Ahá –asentí y sonreí de nuevo. Hacía mucho que no sonreía. Luego fui a hablar, pero sin esperarlo, mi cabeza empezó a doler enormemente. Me mareé y tuve que cerrar los ojos con fuerza, tensando la mandíbula mientras esperaba para que pasara cuanto antes.

Jin me ayudó a recostarme de nuevo, y Namjoon, sin saber qué hacer, se dedicó a alisar la manta que había a mis pies, con total delicadeza. Cuando le miré, acababa de aplanar una arruga. Levantó el pulgar, satisfecho, y sonrió. Si hubiera tenido fuerzas, me habría reído.

- De verdad que me encuentro mejor, hyung... –Y hablaba con total sinceridad. Hacía unos días me costaba hasta abrir los ojos, y hoy hasta había despegado la espalda del colchón. Se podía considerar un enorme avance, por poco que hubiera durado.

- Debe ser la sopa que tomaste ayer.

- ¿Qué? –no entendía a qué se refería.

- Estabas medio inconsciente. Creo que tu cuerpo tenía más capacidad sobre él que tu mente, y conseguiste comer un poco.

- Pero hyung, no tengo hambre...

- ¡Basta ya con eso, Taehyung! –exclamó, asustándome por lo inesperado del grito. Por el sonido de los latidos de Namjoon, el tampoco estaba preparado para tal reacción. Jin se frotó la frente con cansancio y negó. Al instante, se inclinó sobre mí y dejó un beso en mi frente. – Perdona, no sé qué me pasa últimamente...

- Los humanos lo llamamos estrés.

- ...

- Y definitivamente no voy a hacer ningún comentario con doble sentido acerca de posibles formas para combatirlo –prosiguió Namjoon tras la mirada fulminante que le propinó el pelirrosa. – Y prometo no ir a cagar mientras esté cuidando a Taehyung –añadió en un intento de arreglarlo. – ¡En serio, me pondré un tapón si hace falta!

- Namjoon, cállate –respondió el pelirrosa suspirando. – Me quedo yo, no importa.

- N-no, hyung –quise gritar, pero apenas para hablar, y por suerte o desgracia, sentía como la inconsciencia volvía a llamarme de nuevo. Como mínimo, no iba a quitarle el poco rato de descanso que Jin tenía. – quiero que se quede Namjoon... –se giró a mirar al rubio, quien tras tener una expresión de absoluta sorpresa, miró a Jin y sonrió orgulloso, ignorando el verdadero motivo de mis palabras.

Tras casi diez minutos que nos costó convencer al pelirrosa para que se marchara, mis ojos se cerraron y tan solo escuchaba la acompasada respiración del humano que leía una revista sentando sobre la silla de madera, junto a mi cama.

- Namjoon...

- ¿Sí? –ni levantó la vista de la página.

- ¿Jin hyung me dio sangre? –asintió – ¿Sangre de quién? –me mostró el antebrazo, el cual tenía un pequeño pinchazo en la parte interna del codo. – ¿Y me la tomé? –volvió a asentir.

- No toda. Pero lo suficiente como para que Jin se calmara por un rato. –tragué saliva, sintiéndome culpable. – No despertabas.

- Lo siento.

- No pidas disculpas y come. Es simple. –hablaba desde el otro lado de la hoja. Cerré los ojos y decidí no molestarme en abrirlos de nuevo. – El estrés puede conllevar consecuencias graves. Y no sé cómo será en vampiros, pero tampoco quiero comprobarlo con Jin.

- Lo siento.

A pesar de todo, lo últimode lo que me lamenté antes de dormirme, fue de haber roto la promesa de Hoseok. Y no podía sentirme más miserable.

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Tercer capítulo de la maratón. Ni me deis las gracias porque llevaba tanto tiempo sin subir que solo me merezco latigazos e ir a confesarme. Osloveo.

Milk FangsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora