Capítulo 22:

4.8K 876 414
                                    


[Hoseok]

La tercera vez en el último minuto que miraba el móvil. Estaba tan pendiente del maldito dispositivo, que hasta Jungkook, quien se encontraba viciado al videojuego en pantalla frente a nosotros, notó mi distracción.

- ¿Se puede saber con quién hablas?

- Taehyung –respondí sin atreverme a pulsar las teclas para responder al mensaje.

Eran simples. Me preguntaba si podíamos vernos. Si podía venir a mi casa. Y no me fastidiaba porque no quisiera, de hecho no habría sido la primera vez en los últimos días. Cierto que era muy imprudente por mi parte, pero el castaño era tan inocente que podía enseñarle una daga, decirle que es un cuchillo especial para cortar judías, y se lo creería.

Una puerta completamente abierta a su especie.

Una puerta que no podía abrir mientras estuviera Jungkook en mi casa.

Rodé los ojos y dejé el móvil a un lado, bloqueándolo sin haber llegado a responder. Después agarré el mando y me dispuse a seguir jugando una partida que ya tenía perdida desde que había empezado. Realmente, no me importaba en absoluto.

- Tu móvil está vibrando –declaró Jungkook sin despegar la vista de la tele.

- Lo sé.

- ¿No vas a cogerlo?

- Es Taehyung –respondí como si eso lo explicase todo. No explicaba nada, pero aun así, a Jungkook le sirvió para pasar del tema y seguir jugando sin preocupación alguna.

Hasta que cometió un fallo. Un fallo del cual me percaté porque él gritó un par de insultos y maldijo a los cuatro vientos a cada ser existente en la tierra. Tardé casi dos minutos en comprender que había fallado su último tiro y no le quedaban más balas, por lo que tenía que volver al punto de encuentro para recargar. Una tontería de la cual un friki como Jungkook era capaz de montar un mundo, y lo hizo.

- ¡Ah, ha sido tu maldito móvil que no para de vibrar y me distrae! –sin pensarlo dos veces, se lanzó al teléfono y descolgó la llamada entrante. Intenté evitarlo, pero apenas me dio tiempo a procesar lo que ocurría hasta que empezaron a hablar. – ¡Eres un pesado, por tu culpa he perdido un tiro, llama en otro momento y piérde-

- ¡JUNGKOOK, DAME ESO! –me lancé encima del pelinegro y le arrebaté el móvil antes de que terminara la frase, cosa que probablemente no había servido de nada, pues con las palabras anteriores, todo había quedado bastante claro. – ¿Taehyung?

- ¿Hoseok? –suspiré aliviado. Aún seguía al otro lado de la línea.

- Perdona. Era Jungkook. Está ligeramente estresado con un videojuego.

- ¡EL CAPULLO ESE ME HA HECHO PERDER UN TIRO! –exclamó desde el suelo. Sí, medio segundo le había llevado el volver a agarrar el mando y seguir con la partida. A mí me era más cómodo de esa forma.

- Ignórale –murmuré al teléfono, caminando lentamente hasta la habitación continua. Era de invitados, pero yo la utilizaba casi como trastero por toda la basura y cajas que había almacenadas ahí. – Siento no haberte respondido, estoy ligeramente ocupado.

- Pero estoy en tu puerta...

Me quedé sin habla. Fui directamente al balcón y me asomé, sacando casi medio cuerpo por él, cosa que ni habría hecho falta. En frente mía, estaba Taehyung, saludándome con el móvil en la mano desde la acera. Le devolví el saludo con ligera incomodidad, adecuándome a la situación. Por suerte él no notó mi sorpresa.

Milk FangsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora