Infernales llamas

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Mia olvidó que debía proseguir con su plan. Se encontraba en la entrada del castillo, pero una famosa voz llamó su atención.

-No soy un genio, pero si te quedas afuera te congelarás-dijo Dylan a espaldas de la muchacha.

Mia lo miró.

-No puedo entrar al castillo, no tengo por qué-dijo Mia.

-Pero dijiste que tenías que hablar con Alicia-habló Dylan.

-Será mañana-dijo Mia.

-Pero yo creo que la reina puede darte al menos sólo esta noche, de hospedaje-dijo Dylan.

-No. Eso sería abusar de su amabilidad. Además no era nada importante-dijo la muchacha.

-No puedes vagar como si nada cuando sabes que Witzen está en peligro-insistió Dylan.

-Oye estaré bien. No tienes por qué preocuparte tanto-dijo Mia.

La muchacha habló mientras daba los primeros pasos para retirarse.

-Espera-habló Dylan tomando la mano de la chica y ella lo miró extrañada.

Él soltó la mano de la Mia.

-Bueno, tampoco pienso obligarte. Sólo quiero estar seguro de...-dijo Dylan.

Pero un exclamo lo interrumpió.

-¡Hermanita!-exclamó Peter.

El hombre se acercó a la muchacha mientras que ella lo miraba confundida y enojada. Con el brazo izquierdo de Peter rodeó la espalda de Mia hasta tomar su brazo izquierdo.

-Nos esperan en casa Mia-dijo Peter con ironía.

A Dylan le extrañaba lo que pasaba. Frunció su ceño y cuestionó preocupado.

-¿Estarás bien?-dudó Dylan.

-Sí, lo estaré. Él es mi hermano-habló la muchacha.

Peter arqueó su ceja y la chica miró por última vez a Dylan. Finalmente Mia y el demente hombre partieron. Y una vez lejos de Mármoreal, la muchacha se zafó con odio.

-¿Qué demonios te pasa?-dijo Mia molesta.

-A mí nada, pero sabes que lo menos que la reina hace es tolerar hermanita-dijo Peter.

-Yo no soy tu hermana ni de broma-respondió la muchacha.

-Pues si quieres que tú cabeza permanezca sobre tu cuello, más te vale entrar en el papel de mi hermana-amenazó Peter en la cara de Mia.

Una vez en el famoso calabozo, la amargada reina roja parecía estar furiosa y Peter lo notó.

-Tú ve a descansar. Debe estar furiosa y si se da cuenta que aún no has hecho nada...no lo quiero ni decir-susurró Peter en el rostro de la muchacha.

-¿Qué me dices de ti?-dudó Mia en susurro.

-Estaré bien. Bueno, eso si no me abofetea-dijo el hombre.

La muchacha sonrió y salió del sitio. Peter llegó al viejo trono cerrando bruscamente la puerta.

-¿Por qué entras de esa manera? ¿no sabes tocar acaso?-dudó Iracebeth molesta.

-Sí, pero depende de qué es lo que voy a tocar-respondió Dylan.

-¡Silencio! conmigo nadie juega-respondió la reina roja.

Peter calló.

-¿Qué me dices de Mia?-dudó la malévola mujer.

-Pues si la he tocado, aunque no tengo ni la menor idea del por qué últimamente se hace la difícil-respondió Peter.

-¡¿Quieres dejar de decir estúpideces?! ¡traerá a Alicia o no!-exclamó la reina en un tono como si se tratara de un berrinche.

-Estaba a punto de entrar al castillo cuando la vi, supongo que recién se le ocurrió algo. Majestad, debe entender que tratándose de algo complicado como ganar la amistad de alguien importante y poderosa como Alicia requiere tiempo-dijo Peter.

-Sí lo sé. Y es lo que me preocupa, que esta niña estropeé todos mis planes por ser tan torpe. Más le vale que su plan de traerme a Alicia resulte tan fácil como ella-dijo la reina roja.

Después de unos segundos, Peter habló.

-¿Por qué la odia tanto?-dudó él.

La enfurecida mujer abofeteó a Peter.

-¡¿Como te atreves a hacerme esa pregunta?! Me expulsó de mi reino, acabó con mi Jabeberwocky, hizo que abrazara a mi enemiga y por si fuera poco se entrometió en ¡mi pasado!-habló Iracebeth.

-No la rubia, me refiero a Mia. Tal como ella dice, ¿que te ha hecho?.

Usted fue quien acabó con la vida de sus padres y aún así ¿la trata como basura?-dijo Peter.

-Calla, tu no tienes idea de lo que sucedió-habló la mujer.

-Sólo sé que le estás mintiendo. Ella aún está consciente de que eres su salvadora. Cuando en realidad fuiste quien acabó con lo único que tenía. Si no fuera por mi, ella igual hubiera muerto. Tanto por susto, como por el mismo ataque.
El Jabberwocky atacaba al clan Hightopp, incendiando a todo Witzen mientras que los naipes amenazaban a los habitantes con no huir si no, eran destinados a ser degollados. Sólo acabamos con vidas inocentes unicamente por odio hacia su hermana la reina blanca. Estaba soltando llanto aterrorizada ante la cruel escena en la incesante búsqueda de su madre. Una niña llorando mientras observaba sin la compañía de alguien como todos perecían quemados.
Pero...¿donde estaban sus padres?, ¡oh cierto! fallecieron tras ser quemados por los ataques del dragón mientras la protegían en un pequeño escondite siendo ella una pobre inocente. La tomé abrazándola cubriéndola del polvo y cenizas que dejaron las infernales llamas-dijo Peter.

La reina de frío corazón resultó sin palabras. Únicamente analizando lo que el hombre le hizo recordar.

Alicia: Guerrera Del País De Las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora