Londres

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El dolor que sentía Alicia era irremediable, pero debía irse. La joven con sumo cuidado fue separándose de su amado sombrerero hasta sentarse sobre el lecho y comenzar a vestirse. Una vez que lo hizo, dedicó una última pero entristecida mirada al sombrerero. Acarició los casi grises por completo cabellos y besó la mejilla del sombrerero

-Creí que era capaz de evitar esto pero...lo hago porque deseo que vivas querido. Recuerda que jamás, nadie ocupará tu lugar-dijo Alicia en un susurro

Mia se encontraba despierta junto a Peter fuera de la habitación de la joven. Alicia con todo el pesar de su corazón tuvo que separarse del sombrerero. Esa maldita excusa de mundos distintos era un impedimento. Una triste campeona salió de su alcoba para toparse con Mia y Peter

-¿Lista?-dudó Peter con ironía

La joven no respondió, únicamente se dirigió hacia la habitación de la nívea gobernante a tomar la famosa sangre del Jabberwocky (algo debo hacer querido, no es posible separarme de ti) era el pensamiento que reinaba en la mente de la joven. Alicia estaba nerviosa, pensando en la manera de solucionar todo, pasaron varios segundos en que tomara la decisión de beber el contenido.

Finalmente el cuerpo de la joven sólo fue espuma al disolverse entre el viento. Mia no logró evitar que lágrimas cayeran por sus ojos, Peter salió del lugar dejando a Mia desconsolada. Esa madrugada, fue la más triste que Alicia pudo haber vivido.

Mientras tanto, en un mundo exterior a miles de kilómetros de Infratierra, la joven con dificultad logró salir de la madriguera hasta mantenerse definitivamente en Londres de nuevo. La joven de áurea melena, miró por última vez la madriguera y se limitó a recordar ese esponjoso amigo que la había guiado hasta ahí tiempo atrás.

Las lágrimas no cesaban de caer, sin embargo la campeona debía tranquilizarse, puesto que habría las acostumbradas críticas. Se dirigió al interior de la mansión Kingsley pero uno de los jardineros logró verla

-¡Señorita Kingsley!-exclamó alegrado aquél hombre-¿donde ha estado?, su madre la señora Helen está muy preocupada por usted

-Estoy bien, gracias Arturo-dijo Alicia

-Pero...usted necesita que le informe de esto a su madre, ella...-dijo el hombre

Antes de que el hombre continuara, la angustiada madre de la joven logró encontrarla charlando

-¡¡Alicia!!-exclamó la mujer angustiada-¿Donde has estado? ¡¿como se te ocurre irte así?!

-Tranquila madre, estoy bien. Si volví obvio que no es por gusto-dijo Alicia

-Pues más te vale que sí lo sea, te marchas sin ni siquiera avisarme-dijo la madre de Alicia

-Madre, fue algo soberano. Claro que ni siquiera yo sabía que pasaría-dijo Alicia

-Ven conmigo-habló la madre de la joven

Alicia fue encaminada por su madre hacia el interior de la mansión. En donde ambas iniciaron su conversación

-Alicia, fui muy paciente contigo y no comprendes. Sé que necesitas ayuda-dijo la madre de Alicia

-Yo no necesito eso madre. Lo único que necesito es que creas en mi-dijo la joven de áurea cabellera

-Alicia, ¿de qué estás hablando?-dudó su madre

-Del motivo por el cuál me fui y el por el que volví-respondió Alicia

-Si tienes algo que decirme Alicia, sólo de una vez-respondió su madre

-Sé que es complicado de entender, pero debes confiar en mí-dijo Alicia

-¿Qué sucede?-habló la madre de la joven

-La última vez que nos vimos, a través del espejo me llevó a mi otro mundo madre, donde lo imposible no existe y tuve que ayudar a mis amigos-dijo Alicia

Aquella confesión de la joven extrañó mucho a su madre

-Entonces quieres decir que es algo...¿mágico?-comentó su madre

-Sí, se podría decir-respondió Alicia

-Alicia es posible que alucinaras. Es por eso que te llevé ahí-dijo su madre

-Madre, te pedí que confiaras en mí respecto a lo que te dijera-dijo Alicia

-Pero Alicia, ¿te das cuenta de lo que dices?, un mundo mágico. Hija, ¿cuando madurarás? tienes una vida de negocios aquí-dijo su madre

-Lo sé. Negocios que acaban conmigo, ¿alguna vez te has preguntado qué es lo que realmente quiero?-dijo Alicia

-Claro que sí. Pero lo que yo hago es lo mejor para ti-respondió su madre

-No lo es madre. Todo acaba conmigo misma y soy una Alicia completamente diferente-habló la joven

-No Alicia. Lo que sucede es que no sabes aprovechar las oportunidades que se te dan aquí-dijo su madre

-Sabía que no me entenderías. ¿Por qué, toda mi vida nunca supiste lo que era mejor para mí?-dijo Alicia

-Alicia, no tienes por qué hablarme así. Una cosa es que yo sepa exactamente lo que es mejor para ti y otra muy diferente es que aún no madurez y no comprendas la realidad y lo ficticio. Date cuenta que esta es la realidad.-dijo la madre de la rubia joven

-Me doy cuenta de lo real y lo fantástico. Es por eso que yo no pertenezco aquí-habló Alicia

-No se te ocurra volver a irte-dijo su madre

-Aquí no me siento aceptada tal y como soy madre. Y eso es lo que no observas, allá todo es distinto-dijo Alicia

-¿Allá donde Alicia?-habló la madre de Alicia

-En el Submundo, en Infratierra-respondió la joven

-Alicia deja de hablar con mentiras-dijo su madre

-¿Lo ves?, jamás me crees, desde que era una niña ¡es imposible hablar contigo madre!-habló Alicia antes de partir hacia su habitación

-¡Alicia!-exclamó su madre

La joven se dirigió hacia su alcoba en donde cerró el portón a sus espaldas y no podía hacer más que dejar caer llanto por sus marrones luceros tras recordar que su amado sombrerero se encontraba allá y Londres ahora era su enemigo.

Las cosas en el Submundo no eran tampoco felices, el sombrerero no demoraba en despertar y darse cuenta que su rubia dama no se encontraba junto a él.

Alicia: Guerrera Del País De Las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora