Más tarde, Alicia consiguió una gasa dentro de la vivienda de los supuestos familiares del desaparecido. Entró junto con Tarrant y notó una herida grave cerca del ojo de él. Colocó la gasa húmeda pero el Sombrerero se negó.
-¡Quedáte quieto!-le dijo Alicia.
-Estoy bien-habló el Sombrerero mientras frotaba con su mano sobre la herida causando que pintara un pequeño rastro de rojiza sangre.
-No te lastimes-volvió a decir la joven.
-¡Estoy bien!-contestó el Sombrerero.
-¡Calla y déjame colocarte la gasa!-respondió la rubia preocupada.
Tarrant no tenía de otra más que aceptar forzado. La joven hablaba mientras colocaba la venda sobre la herida.
-No debiste Tarrant. Te dije que lo dejaras así-le dijo Alicia.
-Soy alguien amable y le di su merecido-respondió el Sombrerero.
-Pero no de esta forma-dijo Alicia.
-¿Entonces que pretendes?-alzó la voz el Sombrerero una vez que alejó la gasa de su rostro y mirando a la campeona-¿que le permitiera hacerte lo que se le antoje?.
-No lo vale-dijo Alicia.
-Pero tú sí-le dijo Tarrant.
Alicia miró a su estrambótico amigo. Tarrant nunca se había de preocupado de esa manera por ella. Quizás y él en verdad sea un amigo que vale oro. Es una amistad única.
-¿Hablas en serio?-dudó ella
-No, acabo de mentir que lo hice por ti porque te quiero mucho-le respondió.
La campeona se limitó a ceder un abrazo a su querido Tarrant. Él por su parte, correspondió al abrazo. No estaba acostumbrado, pero lo haría estando Alicia.
-Te quiero Tarrant-le dijo Alicia.
-Lo mismo digo. No es para nada fácil encontrar a una joven tan muchosa como tú-habló una vez que se separó de la joven, ella no pudo evitar sonreír.
Era la segunda ocasión en que Tarrant la llamaba linda, y lo más curioso es que a ella le encantaba escuchar eso.
-Sé que lo dices sólo como método de tranquilizarme-aclaró la joven.
-No, enserio, sabes que te estimo demasiado, eres única, tu muchosidad no se compara y además-Tarrant comenzó a hablar rápido.
-Tranquilo-lo calmó Alicia.
La joven colocó su mano sobre la de Tarrant mientras lo miraba. Él por su parte, se detuvo sacudiendo sus cabeza y volviendo a su estado normal.
-Estoy bien-habló el Sombrerero en aguda voz.
-Supongo que con la gasa te sentirás mejor-dijo Alicia.
-Espera-la detuvo el Sombrerero.
Alicia estaba dispuesta a salir de la habitación. Sin embargo, su amigo habló mientras ubicaba su mano sobre el brazo de la joven con la intención de detenerla. Ella lo miró y ambos quedaron mirándose a los ojos. El corazón de Tarrant estaba palpitando muy rápido, mirar a los marrones ojos de la joven causaba una revolución de emociones y pensamientos extraños.
Desgraciadamente, alguien interrupió la estadía del dúo de modo que sin previo aviso, abrió con desesperación la puerta.
-¡¿Qué sucedió?!-dijo Mia finjiendo estar asustada.
La joven y el Sombrerero se separaron inmediatamente.
-¿Qué quieres Mia?-dudó la campeona.
-¿Como que qué Alicia? escuché gritos y a propósito, ¿qué hacen aquí tan solos?-preguntó Mia entre risas.
-Nada, estábamos por salir-le dijo Tarrrant.
-Sólo recuerden que hay trabajo por hacer-habló con la intención de alejar al Sombrerero de Alicia. El trío salió y se enfocaron en su objetivo.
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Alicia: Guerrera Del País De Las Maravillas
FantasíaNo todo resultó armonioso desde la tercera partida de la campeona con áureos cabellos y marrones luceros. Un nuevo viaje a lo casi a posible viene, acompaña a Alicia en la misión de que el "Miedo'' deje de perturbar al país de las maravillas, ocasio...