Nueva familia

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-Debemos irnos, estuvimos por el resto del día aquí-habló el señor Hightopp entre risas

-¿Tan pronto?-cuestionó Alicia

-¿Por qué no se quedan un poco más?-sugirió la nívea reina

-Sí, después de todo hace tiempo que charlamos-habló el sombrerero

-Pero, no queremos tomar más espacio-dijo la madre del sombrerero

-Para nada, además, sirve que mi palacio no se encuentra tan solo, amo escuchar risas y tener la compañía de las personas que quiero, aunque sea por un par de días-dijo la nívea reina con una sonrisa trazada en su pálido rostro

-No Majestad, le agradecemos mucho pero no será posible-dijo la señora Hightopp

-Aquí todo es posible-dijo el sombrerero

-Un par de días y no se hable más-respondió Alicia

-Les mostraré sus habitaciones-habló Mirana encaminando a los padres del sombrerero.

Mientras que Alicia y el sombrerero los seguían, se toparon con Mia y Dylan quienes estaban entrando y se notaban alegres. Todos encontraron sus miradas con los demás

-¿Donde estuvieron ustedes dos?-habló extrañada Alicia

-Sólo fuimos a caminar, nada más-respondió Dylan con una sonrisa

-Al parecer se divirtieron-dijo el sombrerero

-Igual que ustedes-habló la chica de combinada cabellera sin cesar de sonreír

-Me alegro por ustedes-volvió a decir Mia

El grupo finalmente se dirigió hacia sus respectivas habitaciones. Antes de que el sombrerero se despidiera de la dulce campeona, ella inició una conversación

-Me alegra que los Hightopp se queden por más tiempo. Son unas personas maravillosas, igual que su hijo-habló Alicia

La campeona dijo sus últimas palabras ubicando su mano sobre la pálida mejilla de Tarrant. Él besó tiernamente la frente de su dulce Alicia

-Desearía que mi madre me tratara tan dulce como lo hacen tus padres Tarrant. Nunca me entendió, en cambio mi padre era el cómplice de mis travesuras-dijo una Alicia desanimada

-Entonces, permíteme que sea yo el nuevo cómplice de tus travesuras-dijo el sombrerero

El sombrerero acariciaba con sus dos principales dedos la tersa mejilla de la joven. Ella miró al sombrerero con una linda sonrisa

-Siempre lo fuiste, pero...tengo más travesuras en mente para compartir contigo-dijo Alicia sonriendo de costado

-Curiosesco curiosesco-respondió el sombrerero logrando una risa en Alicia

El sombrerero se acercó al oído de la joven

-Hagamos travesuras, mi dulce cómplice-susurró el sombrerero con un tono de voz diferente provocando una risa en la joven

Ambos se unieron en un dulce beso que poco a poco fue aumentándose. El sombrerero tomó entre sus brazos a la rubia campeona e ingresaron en la alcoba de la joven. En donde el sombrerero cerró la puerta con ayuda de su pie.

Recostó delicadamente a la joven de dorada cabellera sobre el lecho mientras que él se ubicaba encima. Marcó un sendero de besos sobre el cuello de Alicia hasta llegar a su hombro. Las manos de Tarrant acariciaban las piernas de la campeona mientras intentaba subir el celeste vestido provocando que la joven emitiera armoniosos sonidos.

En aquella noche la hermosa luna brillaba como nunca, reflejándose a través del colosal ventanal en la alcoba de la campeona. El dúo se hicieron uno nuevamente, con pasión pero sin perder ternura.

Al día siguiente, después de una noche donde Alicia y Tarrant se entregaron en cuerpo y alma, la campeona con mechones áureos despertó al permanecer al costado atada a los brazos de su amado sombrerero mientras que él besaba la frente hasta llegar al cuello de ella.

-Sé que estás despierta mi Alicia-habló el sombrerero con una sonrisa

Alicia por su parte no dio respuesta, le encantaba que el sombrerero continuara con lo que hacía

-Despierta dormilona-susurró el sombrerero en el oído de la joven provocando que liberara una risa

La joven miró al sombrerero mientras que enredaba sus dedos entre los cabellos de Tarrant, él únicamente cerró sus ojos para gozar más de la caricia de la campeona

-Eres mi todo, querido-habló Alicia

-Cuando supe que llegarías aquí, fue la mejor noticia. Opacas a una estrella mi dulce Alicia-respondió el sombrerero

-¿Acabo de hacer una rima?-respondió nuevamente el sombrerero

Habló confundido y tono de voz distinto provocando una risa en la joven. Ella por su parte volvió a unir sus rosados labios con los de su adorado sombrerero

-Creo que deberíamos bajar-dijo Alicia una vez que se separaron uno del otro

-¿Tan pronto?-dijo el sombrerero

-Querido ¿piensas quedarte aquí por siempre?-habló la joven entre risas

-Claro, esperar hasta el mediodía no hace daño-respondió el sombrerero

Alicia volvió a reír. Sólo su sombrerero era capaz de pensar de esa manera

-Anda, debemos bajar. No creo que quieras que vengan a darnos una visita por causa de que ninguno de los dos baja-respondió Alicia

-Dame una buena razón para bajar-habló el sombrerero con una sonrisa

-Entre más pronto bajemos y transcurra el resto del día, más raudo te recopensaré-dijo Alicia arqueando su ceja mientras sonreía de costado

-¿Qué esperas?, Mirana debe estar esperándonos-dijo el sombrerero

Habló Tarrant después de depositar un beso sobre los labios de la joven. Ella se dignó a reír. Una vez vestidos, Tarrant dio un último beso sobre los labios de la joven.

-Debemos bajar ahora mismo, o no te soltaré mi niña-dijo el sombrerero

Finalmente ambos se dignaron a bajar en donde se encontraban los padres del sombrerero sentados tomando el desayuno

-Buenos días queridos,¿durmieron bien?-dijo la nívea reina con una sonrisa

-Perfectamente-respondió Alicia con una gran sonrisa mirando al sombrerero

-Acompáñanos a desayunar querida-dijo la señora Hightopp

Para Alicia sería un placer convivir con los Hightopp

Alicia: Guerrera Del País De Las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora