Enemigos inesperados 1/2

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-Espero que no olvidaras el pedido de sombreros que te encargué hace tres días-le dijo la reina.

Tarrant permaneció pensativo, aunque no por mucho. La muchacha de melena combinada se acercaba hacia el grupo, con propósito de escuchar claramente de lo que trataba el tema de su conversación.

-¿Lo olvidaste Tarrant?-se preocupó Mirana.

-No, por supuesto que no lo he olvidado, no mal interprete. Pero sucedieron varias cosas y...-Mirana interrumpió al Sombrerero.

-Te comprendo querido, no era mi intención presionarte. De igual manera igual lo hice-dijo Mirana.

-Pero ¿qué tan grave es el asunto?-dudó Tarrant.

-Acumulaste un día atrasado. Y si no lo entregas a más tardar mañana antes del mediodía a su respectivo comprador, se pierde-dijo la reina.

-Pero es mucho por hacer, no creo que la noche sea suficiente para terminarlo-dijo el Sombrerero.

-Majestad, si me lo permite. Me ofrezco en ayudar a Tarrant con lo pendiente-sugirió Alicia.

-No Alicia-se apresuró Tarrant a decir-es mi responsabilidad, en verdad aprecio tu ayuda, pero no acepto.

-Concuerdo con Tarrant, querida. No es por rechazar tu ayuda, pero tampoco queremos abusar de ti-le dijo la reina.

-Lo sé majestad. Pero no le vendrá mal si le doy una mano-insistió Alicia.

-No, Alicia. Y no insistas-le dijo el Sombrerero.

-Por favor, déjame darte una mano-le dijo Alicia.

-He dicho que no querida-replicó.

-¡Oh! Lo tengo, Alicia podría encargarse del orden en los sombreros dentro de los paquetes-sugirió Tweedle Dum.

-No Tweedle Dum-añadió el Sombrerero disgustado.

-No suena mala idea-respondió Mirana sonriendo de costado.

-¿Qué tal te parece Alicia?-e preguntó el sabueso.

-No me agrada conformarme, pero creo que está bien-asintió Alicia.

-No lo sé Alicia. No quiero abusar-dijo el Sombrerero.

-Vamos Sombrerero. Después de todo, terminaré ayudándote-le dijo Alicia sonriendo triunfante.

Él devolvió la sonrisa. De una vez, ambos se dirigieron al despacho del Sombrerero. Una vez que ingresaron, él le indicó a la joven los sombreros que debía colocar en las cajas.

Dicho esto, el dúo comenzó su tarea. El Sombrerero confeccionaba, mientras que Alicia ordenaba los curiosos accesorios en su respectivo lugar. En verdad, les esperaba una tardía noche. Pero finalmente terminaron. Aunque era casi hora del amanecer, ambos se sintieron orgullosos de su esfuerzo.

-Te agradezco, en verdad tu ayuda, mi Alicia-le dijo Tarrant.

-No es nada, además, no tenía sueño-dijo la joven sonriendo.

-Traviesa-le respondió Tarrant.

Ante el comentario de la joven ambos se dirigieron a sus respectivas habitaciones a dormir. A pesar de que no sería por mucho.

Alicia: Guerrera Del País De Las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora