El azúcar de mi té

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Mientras tanto en la planta baja de la mansión Kingsley, multitudes de personas de clase alta se mantenían charlando entre ellos. Una valiente dama de rubios mechones en compañía de un extrovertido hombre pelirrojo, se presentaron sostenidos en el barandal de las escaleras ante las personas.

Un sonido de sorpresa emitían los labios de las personas, trazando grandes ojos y sus bocas abiertas aunque no por mucho. Incluso la madre y la hermana de la joven.
¿Y por qué las expresiones? pues...se toparon con Alicia y el sombrerero.

-No soy la marioneta de nadie. Pueden juzgarme de loca incluso rara, yo soy como soy y así me gusta. Nadie me obligará a hacer lo que les plazca. Mi padre Charles Kingsley fue un gran hombre, decidido, pero jamás hubiera deseado que yo fuera infeliz. Mi verdadero hogar es el Submundo, donde soy libre-dijo Alicia.

Los presentes rieron tras el comentario de la joven, ella resultó extrañada.

-Alicia esto es absurdo. Lo siento por mi expresión, pero creo que eres una mujer inmadura-dijo Hamish trazando una burlona sonrisa.

La joven entre cerró sus ojos pero no por mucho.

-Qué aburrido es todo aquí. ¿Acaso no conocen los colores?-dijo el sombrerero.

De inmediato el sonriente y sarcástico gato se presentó con la acostumbrada manera de neblina junto a la sonrisa ante las personas. Resultando aún más asombrados por lo que sus ojos acababan de mirar. Hamish estaba a punto de ahogarse con el vino que había bebido a causa de la sorpresa que lo esperaba.

-En mi mundo, las cosas que son no lo serían y lo que no es, lo sería. Existe un lugar como ninguno en la tierra, donde hay gatos que sonríen...-dijo Alicia mirando a Cheshire.

Absolem se dirigió hacia la joven y aterrizó en el terso dedo índice de ella, la joven lo miró.

-Sabias mariposas...-volvió a decir la joven

Absolem despegó del dedo de Alicia mientras que ella miró a su amado Sombrerero.

-Y sombrereros que trabajan para la reina blanca-habló Alicia.

Ahora la joven volteó en dirección de los demás.

-¿Desean que presente al resto de mis amigos para que sea suficiente evidencia?-dudó Alicia con una sonrisa, está vez hablando en general.

La madre de la joven sonrió triunfante a pesar de la sorpresa que se llevó. El silencio reinaba en la mansión Kingsley y un burlesco Hamish tragó saliva tras el comentario de la campeona. El sombrerero ofreció su brazo para que Alicia lo tomara y ambos finalmente bajaron.

-Alicia, no intentes ir a ningún lado que esto es imposible, además requiero una explicación respecto a este ridículo hombre-dijo Hamish señalando al sombrerero

-Lo dice el hijo de mamá-habló el sombrerero con sarcasmo

Alicia rió tras el comentario de su amado sombrerero

-Una vez alguien me dijo, sólo es imposible si lo crees-dijo Alicia

En seguida Alicia tomó la mano del sombrerero y ambos corrieron hacia el jardín en busca de la madriguera acompañados por Absolem y por supuesto el gato, pero...

-Les dejaré tarea mis queridos amigos, averigüen ¿en qué se parece un cuervo a un escritorio?-habló el rodando en el aire antes de partir junto a Alicia, el sombrerero y Absolem.

-¡Alicia!, ¡vuelve aquí!-exclamó Hamish antes de ir tras ella y los demás

-¡Hamish espera!-exclamó la madre del cínico hombre

Alicia: Guerrera Del País De Las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora