Alicia

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Tres años transcurrieron desde que la malévola mujer con voluminosa cabeza fue derrotada. Igual desde la alegre ceremonia entre nuestra querida Alicia y nuestro guapo Sombrerero. Acaba de anochecer en Infratierra, la bella luna siendo adornada por una cadena de luminosas estrellas, el viento volaba los dorados mechones de Alicia. Mientras que en su mente se mantenía reflexionando sobre todas sus vivencias. Fue una tarea difícil acabar con los maléficos planes de la reina roja, sin embargo no hay nada imposible para Alicia.

Las castañas perlas de la joven halagaban el estrellado cielo, como una pintura cubierta por acuarela. Tan nítido y hermoso. Se preguntaba, ¿qué pasaría si su padre estuviera con vida?, ella anhelaba que él la acompañara en la nueva celebración que se preparaba en el albo castillo. Pero una dulce voz arrebató sus pensamientos.

-¿Mami?, papá dice que ya es hora-habló una dulce niña de rubios y verdes mechones, anaranjados luceros como el atardecer.

La joven miró a la tierna niña, o mejor dicho. A su hija.

-Vamos con papá mi bella Tarice-dijo la joven alegre.

El sombrerero acudió a la habitación de la joven con una sonrisa.

-¿Están listas, mis dos estrellas?-dudó el sombrerero.

Ambas asintieron, el sombrerero tomó a su pequeña Tarice en brazos y junto a Alicia bajaron las blanquecinas escaleras del castillo donde los aguardaban otra alegre pareja.

-¡Mia, Dylan! qué alegría que asistieran-dijo Alicia.

El cuarteto ofreció abrazos, después se separararon para encaminarse hacia un iluminado por las buenas vibras jardín. En donde los súbditos de la reina blanca estaban festejando.
Un alegre niño con cabellos color cobre y verdes, sus azulados ojos como brillantes diamantes acompañaba a Mia y su amado Dylan.

-Se ven tan felices-dijo Dylan hacia Alicia y el sombrerero.

-Mi familia es mi felicidad-respondió Alicia.

La música no cesaba de sonar y una única y brillante luna resplandeció iluminando el oscuro cielo. El sombrerero abrazó a la joven de áureos mechomes por detrás de su cintura.

-Cada luna en esa condición es una buena oportunidad para desear algo querida.-dijo el sombrerero en el oído de la joven.

Alicia miró al sombrerero y sonrió.

-No, no desearé nada.-respondió Alicia.

-¿En serio?, ¿por qué no?-dudó el sombrerero.

Alicia volvió a sonreír.

-Porque...tengo todo lo que podría desear. Aquí-respondió la joven ubicando su mano sobre la mejilla del sombrerero.

-¿En mi mejilla?-dudó el sombrerero.

Alicia golpeó levemente su pecho antes de reír.

-Tarrant-dijo Alicia.

Él frotó su nariz con la de su rubia amada, tomó sus manos y en compañía de los infraterranos inició un alegre baile mientras la música se encargaba de mantener con vida los corazones de las personas. Las luminosas aves volaban por el cielo, trazando líneas que deletreaban Todo es posible si lo crees adornado con brilloso tono.

Entre la multitud de alegres parejas danzando, apareció el padre de Alicia. Su espíritu se encontraba junto a su curiosa niña. Sonrió alegre tras observar la alegría que invadía el corazón de su niña. De su compañera que siempre le ocasionaba motivos de vivir. Ver esa sonrisa que hacía juego con su rubia cabellera.

El sombrerero giró junto a su amada de acuerdo al paso del baile logrando difuminarse la presencia del padre de la joven. Las buenas vibras flotaban rociando brillo difuminado en el viento. Los ríos no cesaban de brillar. Se podría decir que la alegría y sobre todo, la vida volvió al Submundo.

Y aquí nuestra historia termina, si algo debemos aprender, es que el miedo puede ser un complicado problema sin respuesta. Pero si tomamos el suficiente coraje para vencerlo, la respuesta la encontraremos en nuestras narices.
Nuevamente el país de las maravillas fue salvado gracias a...una niña que sólo perseguía un conejo debido a su incalculable curiosidad. Pintó de rojo las rosas, cantó alegre junto a unas vanidosos flores de un jardín y al llegar a una peculiar fiesta, bebió té junto a un grupo de locos.

Con el paso del tiempo, se convirtió en una bella dama. Única e indomable, derrotó a una feroz bestia conocida como  Jabberwocky, logró rescatar a la familia de su amado sombrerero, quien su locura. Y finalmente, sin previo aviso regresó por sus amigos y venció su miedo. Hablamos de...Alicia.












FIN....


Alicia: Guerrera Del País De Las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora