Alicia: Guerrera Del País De Las Maravillas

Obsesionado

El dúo gozaba cada segundo que pasaban. Sin embargo Mia estaba dispuesta a hacerle una, cordial visita al Sombrerero. Aunque no contaba con que Alicia había madrugado y a pocos centímetros de tocar la puerta apreció como se escuchaban risas de hombre y mujer. Simplemente se detuvo y abortó esa idea.

-No quiero arruinar su alegría.

Habló para ella mientras se alejaba y se dirigía hacia el merendero real.

-Buenos días majestad, saldré un poco ¿de acuerdo?.

-Por supuesto Mia.

Mia deseaba salir, le pesaba permanecer el día completo dentro del castillo. De repente alguien la toma bruscamente del brazo y voltea a la joven.

-¡Peter! No soy un saco de patatas, no me trates así.

Dijo Mia molesta después de mirar al brusco hombre.

-Sólo quiero advertirte, que estás demorando mucho y...

Habló Peter antes de ser interrumpido por ella.

-¡Qué desesperante! trabajo en hacer caer a Alicia.

Dijo Mia.

-No hablo esta vez por la reina, sino por mi. Estás demorando mucho en cumplir muñeca.

Dijo Peter.
La muchacha se zafó del brazo de Peter.

-Debería cortar tu cabeza.

Dijo Peter.

-Atrévete. Ni siquiera para eso sirves.

Confirmó Mia.

-Lo digo porque es imposible que me dejes con el deseo de hacerte lo que quiero.

Dijo Peter con una ronca voz cerca del rostro de la muchacha mientras intentaba acariciar la tersa mejilla de ella. Sin embargo Mia botó la mano de él bruscamente.

-Nunca. No tengo por qué cumplir tus apuros.

Respondió Mia.

-Al parecer sí te conviene cumplir. Porque la reina está furiosa, y por lo que veo aún no tienes a Alicia.

Dijo Peter.

-¿Y? ¿Piensas que con sólo eso arreglarás cualquier problema?

Habló una Mia molesta.

-Bueno....

Peter ubicó su mano sobre la mejilla de la muchacha y acariciaba esa zona.

-Tal vez lleguemos a un acuerdo.

Susurró. La muchacha frunció su ceño permaneciendo en un extrañado silencio.

-Tú cumples con eso y yo le miento a la reina con el hecho de que la rubia ya es tu amiga.

Le propuso.

-No eres alguien de fiar. Eres tan ingenuo si, ¿crees que con satisfacer tus apuros salvé un poco mi cabeza?.

Dijo Mia.

-¡Claro que sí! Es la salida menos agotadora a todo, ¿no crees?

Le respondió.

-Pierdes tu tiempo conmigo

Respondió la muchacha.

-Mia, eres tan fácil.

Dijo Peter entre risas.

-Me importa poco tus comentarios. Y si quieres dile a la reina que aún no ha caído. No temo de tí, ni de ella.

Agregó la chica de cabellera azulada y verdosa mientras se alejaba de Peter.

-Tienes agallas de hacerte la valiente

Se dijo a sí mismo mientras notaba como la muchacha se alejaba luciendo su combinada cabellera.