(Nicole) Estoy nerviosa. Año y medio después de la boda de mis dos hermanos aquí estoy. Preparándome yo para mi boda. Lore me ayuda a vestirme y prepararme. Y Leli está cuidando de Laia. Mi pequeña de un año. Y preparandola.
-Relájate Nicole. Estás muy guapa. Y Edgar va a querer hacerte de todo. -Habla la de las hormonas por las nubes. -Eso no es culpa mía. -Ahora la culpa será de Marc, ¿no? -Pues sí. Sabes que yo no quería. Desde que nació Laia se ha vuelto loco y... -Y por eso ahora voy a tener un sobrino. -Sí. -Estate quieta que al final te voy a hacer daño. -Vale Lore. ¿Sabéis algo de Àlex? -Está con Marc, con Izan, Vera y con todos, Nicole. -Estoy nerviosa. -Relájate. -Vale.
Casi estoy acabando cuando oigo gritar a Lorena.
-¿Qué pasa? - Tu hija. Mira que mona. Por Dios yo también quiero una niña así.
Me doy la vuelta para ver a mi hija sentada en la cama con mi cuñada y se me cae la baba.
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-Al final voy a llorar. -¡¡NO!! Llorar no que tengo que empezar de nuevo Nico. -Vale, vale. -¿A dónde vais al final? -A Australia no es Leli yo no soy tan aventurera. -Olvídate de lo lejos o no que sea y disfruta de tu marido. Bueno, futuro marido. Pero vamos que olvídate de todo que ya no encargamos yo y Àlex de los niños. -¿Podrás con ellos? Sino puedo suspender la Luna de miel, total ya no vamos a hacer nada nuevo. -Con dos hijos no lo creo. Bueno a lo mejor mandar a pedir uno nuevo. -Ni de coña. No pienso volver a coger otra baja. -¿Sólo te preocupa coger la baja por maternidad? -No. Pero es una buena opción para obligarle a Edgar a que use lo que tiene que usar. -Y yo que quería un sobrinito de nuevo. Jajajajajaja. -¡Lorena! Ojala Àlex se olvide. -¡Cabrona! -Tu madre está loca Laia.
Miro a mi hija que mira regañada a su madrina.
-Laia no hagas caso amor. Que tu padrino se cree tío Àlex. -¿Qué Marc qué? -Que tu marido tiene mucha puntería idiota.
Leli me mira mal y Lorena y Laia se ríen. Voy hasta donde está mi hija y la cojo en brazos. Ya estoy preparada.
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Las chicas se van con Marc que ha dejado sólo a Axel con los 3 monstruitos. Y Àlex ya está esperando por mí también. Será mi hermano quien me lleve hasta el altar. Lo he querido así. Me subo con mi hija pequeña en la parte de atrás del coche y llegamos al fin.
El sol ya ha empezado a bajar. La puesta de sol será preciosa justo cuando digamos el si quiero.
Todo el mundo está esperandonos. Sigo con Laia en mis brazos. Y llego con ella hasta al altar dónde la coje Àlex y se la lleva con él. No hago más que mirar a dónde está mi pequeña. Y cada vez que miro está con alguien diferente. De Àlex, paso a Lore, de Lore a Leli, y a Marc. Que es el que más la tuvo en brazos. Hasta que mi cuñado se supo de celoso y la niña acaba en los brazos de Axel y hasta dormida.
Y tanto miro a mi hija pequeña que cuando llega la hora del si quiero no me entero de nada.
-¿Qué?
Edgar se me acerca y me susurra al oído que no esté tan nerviosa. Y después digo claramente que sí. Mi recién marido casi me deja sin aire y todos aplauden. Vaya tontería la verdad.
Mi hijo pequeño se suelta de su padrino y corre hasta su padre que lo cojo en peso enseguida. Tiene casi 5 años pero a él sigue dándole igual la edad que tenga.
Tras la ceremonia y el banquete nos despedimos de todos pero sobre todo de nuestros hijos. Me da pena no llevarme a Laia. Pero Lore y Àlex de han empeñado en quedarse la también para que disfritemos bien de la luna de miel.
Y camino a Tenerife que nos vamos. No, no me he ido super lejos. Leli y Marc se fueron a Australia a ver canguros y koalas. Y Àlex y Lore a las islas griegas. Pero yo he preferido irme a un sitio cerca. No me tengo que ir a la otra punta del mundo para ser feliz con mi chico.
Y al final no tenemos noche de bodas, claro. Entre el banquete, el vuelo y llegar al hotel caemos rendidos en la cama. Ya por la mañana se verá que pasa.
(Àlex) Casi me falta empujar a mi hermana para que se fuera con Edgar a dónde sea que se fueran. Al menos yo le dije que me iba a las islas griegas. Pero ella no mu. Ya sabremos.
Volvemos a casa los 5 y mando a las literas a Izan y a Àlex. Una vez tapados y eso voy a la otra habitación y meto en la cama a la princesa de la familia. Esa de la que mi sobrina no se separa. Ahora que tiene una primita para jugar no se separa nunca de Laia.
Son tan monas mis sobrinas. Para comerselas. Ojalá tuviéramos pronto una Lore y yo. Pero no tengo fe ni nada yo. Con Izan Lore ya tiene por ahora. Y casi que mejor.
Laia se deja dormir y voy a la habitación con Lorena. Dónde parece que está animada.
-¿Has bebido demasiado hoy? -No. No estoy borracha Àlex. -¿Que te pasa entonces? -Te he visto la cara cuando tenías a Laia en brazos. A lo mejor...
Y ni me lo pienso. Ya no la dejo hablar más.
(Marc) Casi lloro. Mi hermanita se ha casado ya. Bueno eso es lo de menos ya.
Tras acabar todo volvemos a casa y Leli se queda dormida. Aunque se despierta a mitad de la noche. Por eso Laia se ha quedado con Àlex y Lore y no con nosotros. Leli ahora no está para cuidar de una niña tan pequeña. El niño que se está quieto y no la deja descansar bien.
