Capítulo 49

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Alex no sabía como reaccionar, sus labios se movían inconscientemente, sin saber cómo negarse. Soltó un suspiro, abrazando aquel cuerpo fuertemente.

Alex: ¿Qué haces aquí?- preguntó con una tonta sonrisa en su cara.

Ally: Tenía necesidad de verte.- murmuró escondiéndose en su cuello.- Al escuchar a esa chica contestando tu teléfono… Me dieron demasiados celos.- admitió, sonrojándose.

Alex: Mm, me alegra que hayas venido.- sonrió, volviendo a unir sus labios.-Te he extrañado, mucho.

Se hizo a un lado, dejándola pasar a su pequeño departamento. Sonrió cuando vio que Ally estaba usando una camiseta que ella misma había dejado, al propósito, en su casa, acompañado de unos simples jeans y converse, negras.

Alex: Estás muy hermosa.- sonrió.- Mi camisa no te queda mal. Me gusta.

Las mejillas de Ally se tiñeron de un color rojo fuerte, haciendo reír a Alex.

Alex: ¿Dónde dejaste a la torre?- vio como la pequeña hacía una mueca.- ¿Te hizo algo?

Ally: No. Digamos que me di cuenta que es un idiota.- rió.- En realidad, el y yo nunca volvimos. Sólo lo hacía para darte celos.

Alex: Funcionó a la perfección.- agregó divertida.- ¡Necesitaba verte!- exclamó sincera.

Vio como las mejillas de la pequeña se teñían de un tono rojo.

“Sonrojo dos veces seguido. Me gusta.” pensó Alex.

Se sentaron en el mueble a pasar el rato, después bajó Melo con sus “pulseras” seguida de su novia; Maria Cadepe.

Alex: ¿Segura que serás capaz de cuidar a los cuatro?- preguntó por octava vez.

Maria: Te ha dicho que sí, por Dios.- rodó los ojos, divertida.- Terminen de irse. Me tienen cansada.- murmuró esto último.

Melo: Ya viene Rush y Holly.- avisó entrando al departamento.- ¡Hemos abierto una hermosa guardería!

Alex y Ally se miraron dudosas de dejarlas aquí, más por el hecho de que, simplemente, Melo era muy infantil.

Ally: No quiero ver a mi hijo con un solo rayón.- le murmuró a Melo.- ¡Cuidado con las puntas! Está pendiente si se mete algo a la….

Alex: Si, si, relajate.- rió sacándola del lugar- Adiós, Melepe.

Las dos chicas se miraron entre sí, preguntándose en qué rayos se habían metido al ofrecerse a cuidar a cuatro niños.

Por otro lado, Alex, intentaba sacar a Ally del edificio, ya que se les haría tarde para ir al aeropuerto. A la ojiazul no le quedó de otra que cargarla como saco de papas en su espalda, así llevándola hasta su automóvil.

Ally: Eres una salvaje.- susurró cruzándose de brazos.- Me he golpeado la cabeza con la puerta de ésta cafetera, ¿Te parece poco?- cortó a la menor, quien se estaba riendo.

Alex: No te veo sangrando.- se encogió de hombros.- ¡Vamos! Ya son las… ¡Doce y cincuenta! ¡Normani va a matarme!

Ignorando la risa de la más baja, arrancó el auto directo al aeropuerto. Sería más fácil si Normani no hubiese traído consigo a las gemelas, ya que podría irse en tren, pero, en ésta ocasión, la morena tuvo que pedirle el favor.

Alex: No entiendo qué hacen ustedes aquí.- murmuró cuando las chicas se subieron a su auto.- ¡Nos vimos hace dos días! Se suponía que tenía que pensar bien las cosas y eso.

Las chicas la miraban incrédulas, y luego se encogieron de hombros.

Normani: ¡Las niñas te extrañaban!- se excuso.

Tan Solo Recuerdos• Ally Brooke° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora