Cuatro.

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Un año antes me vida era perfecta. Iba al instituto, tenía un lindo novio y mi futuro parecía brillar tanto como el sol cada mañana. No tenía otros planes que no fuera asistir a la universidad y hacer orgullosa a mi madre. ¿Todo era fácil, no? Mi única preocupación era mantener mi promedio y conseguir una beca, eso era todo. ¡Y lo hice! Fui aceptada en una de las universidades de Periodismo más importantes en el país con una beca y un sinfín de nuevas oportunidades.

No obstante ahora Columbia parecía tan lejano.

Me dejé caer sobre mis almohadas y miré hacia la ventana abierta y me percaté de lo perdida que estaba. Por un instante la opción de Nicholas de marcharme con él a NY me pareció atractiva.

Podía estudiar, el hecho de que estuviese embarazada no significaba que estuviera lisiada o que padecía repentinamente una enfermedad mental. También podía conseguir un empleo y podría valerme por mí misma en lo que daba a luz y después, posiblemente le buscaría una familia adecuada al bebé aunque eso significara romper la promesa con mi mejor amigo.

Y luego también estaba mi madre. Conociéndola no me dejaría tampoco dar en adopción al bebé y si le comunicaba en ese momento acerca del embarazo, estaba cien por ciento segura que no me dejaría marchar por ningún motivo a Nueva. York.

Entonces tomé la decisión. Repentinamente la sabiduría se apareció en mi cabeza.

Me iría a Nueva York. Evitaría a mi madre nueve meses. Daría al bebé en adopción. ¡Y nadie saldría herido!

Sonreí, aliviada.

¿Cómo no se me había ocurrido eso antes? Era perfecto.

Estiré mi brazo y alcancé mi mochila que estaba rezagada en el piso. Saqué el teléfono móvil y le mandé un mensaje a mi mejor amigo:

"Nueva York siempre es una buena idea. Iré a Columbia, tengo un plan. xx"

Al par de minutos él respondió:

"¿Es en serio, El? Diablos, cuando dices que tienes un plan nada bueno pasa..."

"¿Quieres dejar de ser un jodido melodramático? Todo saldrá bien."

"¡Extrañaba tanto a esta Eleanor! Joder, hoy te vi realmente mal por lo del bebé. ¿Ya procesaste la idea de ser madre?"

"Algo así."

"¿Y tu mamá? ¿Ya se lo dijiste a la gran Sugar?"

"No, aún no es el momento. Temo que le de un infarto o algo."

La realidad era que no se lo planeaba decir.

"Jajaja, infarto es el que le dará a mi madre. Charlie fue aceptado en el ejército. Inicia en dos meses."

"¡Joder! Felicítamelo. Mierda, ¡wow! Estoy muy emocionada por él."

"Yo también. Me abruma la idea un poco porque prácticamente no lo veré en un tiempo pero se ve tan emocionado... Cien dólares a que regresa desesperado por salirse en Navidad."

"Que sean cien y un desayuno en el Tiffany si lo hace antes de Acción de Gracias."

"Estás jugando con fuego, Evans. Si alguien conoce a mi hermana soy yo y te advierto que te estás arriesgando."

"Cierra la boca, Nicholas."

"Me tengo que ir, mi padre y mamá ya volvieron de la Iglesia y Charlie ya va a decirles, ¡quiero fotografiar el momento en el que mi madre se entere! Será oro puro."

Sólo tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora