Capítulo noventa y tres

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Meses después.

Fuerzo una sonrisa mientras por dentro me sentía fatal.

-Si estoy bien, solo que el bebé está algo mañoso -Dije en una mueca.

Mi madre me lleva insistiendo que tengo que ir al doctor a verme. Se que tengo el estómago demasiado gigante y me duele pero es parte de el embarazo. Que más esperábamos ya al estar a días para tener al pequeño Thomas.

Ha pasado ya demasiado tiempo. Y ha pasado volando, ya me acuerdo cuándo llegue aquí y ahora ya llevo largos meses.

Aún que quisiera pensar en Harry era imposible porqué el tema de el bebé le tenía demasiado preocupada. Tenía que verle la ropa, las cosas, y más que nada prepararme cuando venga.

Mi madre me insiste que es el dolor más grande de la vida, pero cuando vez al bebé todo el dolor pasa. Aunque ya sabemos que mi madre es una exagerada.

Ya exagero en parte por decir que era el dolor más grande de la vida. ¡Ay dios! Eso si que es meter miedo de mala gana.

Y para que hablar para elegir el nombre de el pequeño que esta por venir. Thomas Cox Styles Vans.

Pero ya saben que no pondré el "Styles". Aunque saben que moriría por hacerlo no pueden existir dos Styles, uno de mi parte y el otro de Rossie.

Si que el nombre de el varón completo sería; Thomas Cox Vans Vans. Genial, pobre bebé que no tiene apellido paternal.

Ya es lo de menos. Lo más importante es que nazca sano, que no tenga ningún problema de salud.

-¿Se te antoja algo para prepararte, cariño? -Pregunta mi madre.

Niego con la cabeza. Luego de otros dos largos minutos cambio de opinión y ahora esperó unas tostadas con mermeladas que hará mi madre.

Tú, si tú, pequeño. Me harás quedar como un gran bolita y más gordita de lo que estoy.

Me imagino que pensaría Harry si me viera. Luego comienzo a reír, me toco el estómago tratando de calmar todo el revoltijo que hizo este pequeño travieso.

Pongo mi fría mano en el estomago y al minuto la manito sobre sale. Sonreí mientras reía, ya quiero tenerlo entre mis brazos, no sabes el amor inmenso que te tengo.

-Listo, hija -Deja en la pequeña mesita el plato con tostadas.

-Gracias madre. Por cierto, ¿No te molesta acompañarme? -Preguntó.

-Claro que no. Pero con la condición que no empieces a quejarte por el dolor y luego digas que no es nada, aunque no lo creas me preocupas. Ya veo que en cualquier momento se te rompa la placenta -Indica ella.

-No son dolores. Sólo que me siento incómoda, también en las noches tengo que despertar por los calambres en los pies. Madre, son nueve meses con el pequeño dentro de mi, es obvio que cuándo estas ya a días de tenerlo ya quieres que eso pase -Dije en una mueca.

Luego sigo comiendo de las exquisitas tostadas que hizo mi madre. Debo admitir que si tenía hambre y mucha.

Sólo Dejame Amarte [2 S.E.M.J] |H.S| [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora