Sólo Dejame Amarte [2 S.E.M.J] |H.S| [Terminada]

Capítulo noventa y cuatro

Hoy me siento fatal. No es como los demás días, no quiero levantarme de la cama.

Mis ojos caían solos, el sueño invade todo mi cuerpo. Sabía que en una hora más tenía que levantarme, no podía estar en cama por la simple razón que me incomodaba.

Cuándo reconcilió el sueño nuevamente duermo medía hora, luego con las pocas energías que tenía me levantó para ir a lavarme la cara.

Me dirijo a living, luego a la cocina y mi madre estaba cocinando. Le preguntó si puedo ayudarla, se niega como siempre y me manda a cambiarme de ropa.

Sin nada más que decirle de vuelta decido ir a cambiarme. Es el desafío de todos días, pensar que me caerá a la perfección y más que nada que me acomode.

Sacó mi teléfono y le marco a Harry. No he hablado con el hace meses y decidí saber que ha pasado con el bebé. Lo más lamentable es que siempre me envía a buzón de voz. Me preocupa no saber nada de él, pero también tenía la preocupación de que ya no quiera saber nada más de mí.

En realidad no se. Ya va a pasar un año sin verlos, han pasado demasiados meses sin hablarle. Pero insistiendo en llamarle, lo último que supe de él es que iba a ser padre.

Yo tengo meses de adelanto que Rossie. Si que se que después de unos meses de tener a Thomas nacerá el hijo o hija de Harry. El único bebé que tendrá el amor de él, tal vez mi hijo no tenga un padre pero la madre que tendrá valera por los dos.

Cuándo estoy lista me dirijo al jardín a regar las plantas. Me quedó pensado en lo caluroso que está el día, pero tranquilo, no ahí mucho ruido del tráfico, las calles solitarias.

Me quedó quieta un segundo. Miro mis píes inquieta, muerdo mi labio inferior nerviosa, no sabía como actuar o que hacer.

¡Mierda Hilary actúa luego! -Mi subconsciente me grita.

Joder. Se me ha roto la placenta. Mierda, mierda y más mierda.

Cuándo tengo que reaccionar no lo hago. Me estaba ahogando en mis propias palabras, el momento que esperé esta pasando, no pensé que iba a ser tan pronto.

-¡Madre! -Lloriqueo. No responde y insisto.

-¿Que pasó, cariño? -Pregunta preocupada.

-¡Thomas ya viene! -Chilló. Ella al instante entra a la casa en busca de las llaves.

Me ayuda a subirme en el auto. Comienzo a repirar profundamente y soltar. Dios, esto se siente terrible.

-Todo saldrá bien, pequeña.

-¡Apurate que en cualquier momento me muero! -Comienzo a gritar co histérica. Si ella estuviera en mis zapatos entendería.

Es que no hayo el momento de llegar al hospital. Ya veo que tendré el bebé en el auto, ¿Podrian imaginarse eso?, que terrible.

Cuando llegamos al hospital lo único que quería era que todo esto pasará. El sudor en mi frente corría, mis ojos se forzaban por seguir abiertos. Mientras me llevaban en la camilla quedo mirando al doctor.

-Todo saldrá bien -Me anima.