[Finalizada / Corrigiendo] Ahora la quiero de vuelta - AU[MLB]

32. Padre, por favor✔️

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En los días siguientes, Marinette se mantuvo alejada de sus padres, evitó hablarles prefiriendo ausentarse de su hogar, quedando en el hospital, el siguiente en la casa de Alya, pero al tercero no sabía a donde huir.

Ella era consciente de que no podía evitar para siempre a sus padres, pero tenía el suficiente rencor como para preferir vivir bajo un puente, pero aquello pudo ser una posibilidad si su única responsabilidad fuese cuidar de ella misma, pero era madre y eso se anteponía a todo.

Ante el agobio de su bella novia, Adrien se ofreció a pagar los gastos del hospital, a pesar de que Marinette se mostró reacia acotando que le pagaría café centavo con sus ahorros, pero él no lo permitirá, el gesto fue genuino de corazón y por todo el amor que le tenía a ella y a Emma jamás le cobraría nada.

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En el proceso de la hospitalización de Emma, Adrien intentó convencer a su padre de permitirle a su novia hospedarse sólo un tiempo en la mansión. Pero a pesar de los reiterados intentos e insistencia, incluyendo negociaciones sobre el aumento de horas laborales para el joven modelo, Gabriel Agreste se negó rotundamente.

Pero, el rubio sabía lo que quería y ser constante por conseguir sus metas era un rasgo que compartía con su padre y por ello no se daría por vencido.

—¡Adrien! ¿Por qué debería dejar vivir a tu novia aquí? — alzó la voz el hombre de cabellera plateada.

—Porqué ella está teniendo problemas en su hogar, padre te lo suplico— solo hacía falta que Adrien se arrodillase para poder intentarlo todo.

—Si esa jovencita tiene problemas en su casa, quiere decir que no es lo que aparenta— decretó severo —. ¿Con que clase de chica se ha involucrado un hijo mío? Es por eso que has vuelto a faltar a tus clases de mandarín— Gabriel retomó su postura relajada y con voz monótona agregó antes de darle la espalda a su hijo —. Creo que he sido muy blando contigo— el hombre clavó su mirada fija al cuadro familiar colgado en lo alto de la pared principal.

—¡No te atrevas a alejarme de ella, padre! — Adrien gritó enfadado.

Aquella imponente voz dejó sorprendió al mayor provocando que lentamente regrese su atención sobre Adrien.

—¿Acabas de desafiarme? — preguntó el empresario mirándolo con los ojos entrecerrados.

—¡No, padre! — Adrien respondió firme —. Pero quiero luchar por alguien que es importante para mí y yo amo a Marinette.

El señor Agreste analizó a su hijo sin darle una sola pista sobre que estaba pensando en ese momento. Su fría mirada atravesó a Adrien que tratar de adivinar qué era lo que cruzaba por la mente de su indeleble padre.

—Padre por favor— suplicó una vez más luchando contra el silencio descomunal —. No quiero darle la espalda justo ahora, haré más sesiones de fotos, con tomas extras si quieres y a tiempo completo— Adrien ya no sabía que más ofrecer, se sentía un fracaso, esa discusión ya se había alargado no sólo en horas, sino también en días pues de Marinette era lo único que se hablaba en ese hogar.

—Quiero hablar con ustedes dos— Gabriel habló con voz gélida.

—¡Sí!

El Agreste de cabellera plateada atravesó las escaleras con rumbo a su oficina como era usual día a día. Pero Adrien vio un rayo de esperanza, una pequeña oportunidad, o al menos era eso lo que parecía.

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