35. Los niños no tienen la culpa✔️

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art by: huffiestrikes.tumblr.com

Marinette no sabía si volvería por ellas, se quedaron solo las dos en la arena, ese día había poca gente, alcanzaba a ver a dos personas surfeando pero nadie más a la vista, solas sin nada más que el bolso que bajó del auto donde la mayoría era cosas de Emma, y aquello la tranquilizó un poco, pues su bebé era lo más importante.

—Ven princesa hay que limpiarte y vestirte para volver a casa— dijo con la voz quebrada, con suerte el dinero de su billetera le alcanzaría para un taxi de regreso.

Marinette recordaba el momento en que Félix la abandonó con Emma en su vientre, y otra vez un Agreste la había dejado sola con su hija.

—Ma— repetía Emma con sus pocas palabras aprendidas —. Papi — la voz de su hija la sacó de sus memorias.

—Sí princesa papi ya vendrá— las lágrimas amenazaban salir, mientras la vestía con ropas más cubiertas, sabía que Adrien no volvería, se arrepintió mil veces de no haber sido ella quien le contara la verdad. Pero aun se preguntaba

<<¿Cómo se enteró?>>

De repente vio el carro de Adrien estacionarse, había regresado, y el alma le volvió al cuerpo a la joven, pero también miedo

— ¿Acaso volvió para buscar pelea?— susurró, pero que más daba, había vuelto por ellas —. ¿Ves preciosa? Te dije que papi volvería — le dijo a su hija besando su cabecita.

Adrien se acercó a toda prisa y Marinette sintió mucho miedo, sintió que su bonita relación se había fracturado.

—PA — seguía repitiendo Emma mientras se impulsaba hacia adelante querido a toda costa llegar a los brazos de Adrien.

El modelo llegó y de inmediato abrazó a las dos arrepentido de lo infantil, egoísta y despreocupado de su actuar.

— Perdóname , no debí dejarlas aquí, perdóneme — las apretaba entre sus brazos y escondió su rostro en el cuello de la azabache.

Emma quiso ir a los brazos de su padre quien la recibió con gusto, seguido continuó abrazando a sus princesas.

—Soy un idiota my lady —Marinette sintió gotas rodar por su hombro, intentó separarse, pero Adrien no se lo permitió —. Por favor no me mires... Todo esto me duele Marinette.

La azabache soltó las lágrimas que trataba de retener, pues sabía que estaba por enfrentar la mayor prueba en su relación.

—Adrien... Permíteme explicarte —respondió ella entre sollozos —. Yo te amo — pero Adrien no respondió con las palabras que quería escuchar en ese instante.

—Vamos, hablemos en casa— contestó él limpiando sus lágrimas y las de ella.

El regreso a casa fue incómodo, no dijeron palabra alguna, la pequeña se durmió y Marinette miraba el paisaje que cada vez se oscurecía a través del vidrio con lágrimas silenciosas cayendo de sus ojos azules y disimulando sorber su nariz húmeda, temía que su relación no volviera a ser la de antes, una vez más lo había arruinado por sus mentiras y ocultar la verdad.

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Llegaron en la noche a la mansión, hablaron, gritaron y lloraron, Nathalie se vio obligada a llevarse a la pequeña lejos de los jóvenes.

La vida de la asistente también cambió con la llegada de las dos azabaches, pero no importaba lo tan ocupada que el señor Agreste la mantuviera, ella se sentía gustosa de cuida a Emma, tanto era el placer de cuidar a la bebé, que se ofrecía por voluntad propia para cargarla.

[Finalizada / Corrigiendo] Ahora la quiero de vuelta - AU[MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora