10. Quiero volver✔️

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Cuando Marinette informó la petición que sus padres le hicieron, la anciana Ming y Tian se opusieron a que dejase China. Sobre todo, la orgullosa anciana, quien detestaba a los padres de su nieta, pues detestaba ver sufrir a quienes ama. Sin embargo, sabía que no podía imponerse a la decisión de la azabache, pues, al fin y al cabo, Tom y Sabine eran sus padres. Estaba consciente de que Marinette quería recuperar su amor.

A pesar de los consejos sobre que un cambio de ambiente muy distinto no era lo más adecuado para ella y la bebé, Marinette convenció a su tío para que la deje viajar sola. Ella lo prefería de esta manera, no quería molestar a nadie. Wang debía atender su restaurante y Tian ya había entrado al nuevo año escolar en el internado. La responsabilidad caía plenamente en ella, pues estaba empezando a actuar como una adulta.

El viaje fue un poco pesado, se sintió asustada en todo el vuelo, pues si era sincera, nunca había estado sola con Emma en un lugar público, temía que llegase alguien y le robase a su hija, eso y entre otras paranoias que las hermanas d Tian le habían contado. Además de eso, estaba ansiosa por cómo sería su relación de ahora en adelante con sus padres y de toda su nueva vida.

Al llegar al aeropuerto Tom Dupain las estaba esperando ansioso. El hombre había estado esperando a su hija con su bebé por bastante tiempo, no quería que ella se encontrase sola al llegar, además debía ayudar a cargar el seguramente abundante equipaje.

Marinette miró a su padre quien estaba de pie, con la boca y los ojos verdes bien abiertos. No sabía qué hacer, se preguntaba si podía abrazarlo, y en el caso de que lo hiciera, su padre sería capaz de corresponderla o apartarla. Y con aquella duda el mayor y ella permanecieron cruzando miradas a considerable distancia.

Tom veía a su niña cargar a otra niña y aquella escena le partía el corazón, ¿Qué habían hecho mal?, tal vez el error fue mandarla lejos de ellos cuando aún tenía diez años. Siempre la habían criado con amor y ella era una niña que obedecía a sus mayores, quizás un poco confiada siendo eso la posibilidad que la hizo errar. Pero no podía ignorar que haberse separado de ella a tan temprana edad, era algo que había repercutido para mal, pues sentían que no conocían a su propia hija.

Sin embargo, de ella no supieron nada por 9 meses, ni si quiera sabía cuál era el sexo del bebé, lo asumió al ver el color rosado de la colcha con la que Marinette cubría al fruto de su vientre.

El adulto acortó la distancia y Marinette se quedó petrificada viendo que su padre se acercaba con prisa, la verdad es que no sabía que pensar, sabía que cualquier cosa podía pasar con sus padres después de lo ocurrido en China.

A pesar del presentimiento negativo de Marinette, Tom la estrechó en un cálido abrazo provocando que las lágrimas de la joven se desborden de sus orbes azules. Para el corpulento hombre fueron tantos meses sin saber de ella y tanto tiempo sin verla. Era real que en años anteriores solían viajar a China para visitarla; no tan seguido, pero después de la última vez en la casa de Wang, lamentablemente ambos sintieron que habían perdido a su familia.

—Pa-Papá— la azabache soltó con llanto.

—Marinette, que cambiada estas— contestó el padre también con lágrimas en los ojos.

Ambos se permanecieron unos segundos abrasados así hasta que unos pequeños sonidos llamaron la atención. Tom se separó para fijar sus ojos en la manta rosada.

La joven sonrió al escuchar que su hija quería hacerse notar, así que debía presentarla de inmediato con su abuelo. Ella descubrió la manta revelando la existencia de la pequeña.

—Ella es Emma— sonrió la ojizarca—. Tiene 3 meses, es una dormilona y come mucho, pero en la noche le gusta jugar, no le gusta estar sola o si no se pone a llorar— dijo con ternura mirando a su hija quien estaba despierta con una radiante sonrisa mientras se chupaba un puño.

[Finalizada / Corrigiendo] Ahora la quiero de vuelta - AU[MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora