[Finalizada / Corrigiendo] Ahora la quiero de vuelta - AU[MLB]

48. Yo ya tenía un papá [Arco final]

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—Ya no sé qué hacer con Emma— se quejaba Félix al entrar a la habitación que comparte con su prometida —el maestro de inglés dice que hoy estuvo insoportable, no puedo creer que Marinette no le haya puesto disciplina— hablaba con los ojos cerrados mientras abría el armario para guardar su corbata.

—¿Qué haces? — dijo al darse la vuelta y ver toda la ropa de Bridgette en la cama más una gran maleta.

—Me voy— Contestó la fémina sin mirarlo— y ella si ponía disciplina, pero también le daba amor y es lo que ella necesita ahora, no aprender inglés — continuaba guardando su ropa con rapidez.

—Espera, ¿A dónde vas? — interrumpió la repetitiva acción de la mujer agarrando su brazo y obligando a que lo mire a los ojos.

—¡Me voy a cualquier otro lado lejos de ti! — respondió soltándose del agarre —estoy cansada de esto, casada de ver como arruinas la infancia de tu hija, para eso la separaste de su madre y su padre — dijo haciendo énfasis en la última palabra.

Cerró la gran maleta dejando aún cosas sin guardar en la cama —¡Adiós! — con tono frío y mirada indiferente caminó hasta la puerta del cuarto, la abrió y cerró de golpe.

—¡Bridgette! Espera ¡Bridgette! —Gritaba el rubio desde las escaleras mientras la perseguía.

La alcanzó a un metro de la puerta de salida, la tomó del brazo con brusquedad haciendo que la mujer se gire quedando cara a cara —toma — habló Bridgette poniendo en la palma de la mano de Félix aquel anillo de oro que le había entregado hace tres años al pedirle matrimonio.

—Bridgette, no me hagas esto... por favor — habló el rubio con las palabras pausadas al ver que su pareja estaba decidida a abandonarlo.

—Te has convertido en un monstruo... No eres el Félix del que me enamoré hace seis años —lagrimas se empozaron en aquellos hermosos ojos azules.

La mujer dio media vuelta encaminándose a abrir la puerta dejando a su ex prometido inmóvil aún con la mano estirada donde ahora yacía el anillo.

Antes de abrir la puerta sintió que algo le atrapó las piernas —¡No te vayas por favor! ¡Por favor!, no me dejes — era Emma quien lloraba aferrada a las piernas de Bridgette —llévame contigo, llévame con mi mamá — gritaba; parecía una típica niña malcriada haciendo una rabieta, pero a ojos de los adultos era una niña desesperada, infeliz que había estado sufriendo desde el mismo instante que se le dio la noticia que sería separada de sus padres.

Ambos se miraron preocupados, el llanto lleno de sentimientos desgarraba sus corazones.

—Mi niña, ¿No quieres quedarte con tu papá? —Preguntó Bridgette agachándose para estar a la altura de la niña.

—¡No! No quiero quedarme con él, quiero a mi papá Adrien y a mi mamá, a mi hermanito —la niña lloraba soltando todo lo que sentía.

Cada que escuchaba que de los labios de su hija solo salían palabras de desprecio hacia él, su corazón se llenaba de dolor.

—¿Por qué mi vida? —Bridgette secaba las lágrimas y quitaba los cabellos azabaches que se pegaban a su rostro producto del sudor y las lágrimas.

— Félix no me quiere, desde que vivimos aquí ya no es bueno conmigo, solo me grita, me tiene encerrada aquí —sollozaba sin parar frente a su única aliada en esa gran y solitaria casa —no me deja ni hablar con mis papás, los extraño.

—Mi amor, tu papá te ama demasiado; el solo quiere lo mejor para ti — besó su frente —yo tengo que irme, pero tu papá te dará todo el amor que necesitas... te lo prometo.