[Finalizada / Corrigiendo] Ahora la quiero de vuelta - AU[MLB]

26. In the Rain✔️

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-Adrien, el fotógrafo se ha estado quejando sobre tu ánimo en las sesiones- reprochó Nathalie, la secretaria del señor Agreste-. ¿Acaso es por la chica con la que siempre andabas? - asumió obviando la razón

-La chica tiene nombre y es Marinette -replicó un poco indignado por la falta de propiedad al referirse a Marinette. No se dignó a despegar la mirada de la calle mientras se dirigían en auto rumbo al instituto.

-Bien, entonces es por Marinette, te pediré de favor que separes tu vida personal con el trabajo... Tus sentimientos se ven reflejados en cada sesión... Sabes que eso no le va a agradar a tu padre tu eres -fue interrumpida por el rubio.

-La imagen de la compañía y mi hermano la futura cabeza de la compañía... ¡Ya lo sé!... Sé que a papá solo le importa la compañía antes que todo- clavó su mirada melancólica a la mujer de aires apáticos.

-Tú padre se preocupa mucho por ustedes y los ama... Todo lo que hace es por ustedes.

-No parece, Natalie- dio un sonoro suspiro de melancolía -. He perdido a la única persona que me demostraba afecto.

-Adrien, tienes a tu familia.

-¿Cuál familia?... Mi padre se la pasa trabajando, es verdad que hace un tiempo ha dejado de ser tan severo, pero sigue refugiándose en su trabajo... Y Félix... sabes a la perfección que... Me odia -se lamentó el rubio.

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Días posteriores al último encuentro de los dos ex amantes, nada cambió entre ellos, a excepción de que Adrien dejó de insistirle a Marinette una oportunidad para ser escuchado. Ambos habían decidido dejar morir esos bonitos sentimientos.

Sin embargo, una noche el modelo no podía dormir, llovía a cántaros y su cerebro no paraba de recrear recuerdos, su corazón dolía como si un puñal estuviera incrustado en el desde hace casi un mes y sus ojos no dejaban de brotar silenciosas lágrimas que caían a los costados de su rostro hasta su cama. Su mirada perdida en el techo de la enorme habitación lo hacía ver miserable.

La extraña, no ¡Las extraña! ... Su vida empezó a dejar de ser monótona desde que su lady había llegado para sentarse detrás de él en el salón de clases. Antes de eso se sentía apartado de su pareja de amigos, ellos ya traían algo entre sí y Adrien sentía con frecuencia que sobraba. Sentía que Nino y Alya se merecían momentos a solas para que su relación empiece a tomar forma, pero eran incapaces de hacer al rubio a un lado.

Hasta que Marinette llegó y al fin después de un largo tiempo se sintió parte de un grupo de amistad, eran casi citas dobles, le gustaba tanto esa chica misteriosa que no podía disimular y ella tampoco parecía molestarse, valoraba su presencia, sus ojos se perdían en esa belleza, se deleitaba al sentir esa piel de alabastro y esa pequeña niña que siempre los acompañaba le habían hecho sentir las locas ganas de tener muchos hijos.

Además, había descubierto que sus diecisiete años ya le empezaran a gustar los niños, cosa que nunca había sentido; Emma era tan bella, tan tierna que las ganas de consentirla y malcriarla no se las quitaba nadie... En ocasiones se imaginó como si fueran una familia cuando compartían momentos solo los tres.

Quería engañarse a sí mismo cada que salía con sus curiosas y ridículas preguntas sobre Emma, pero prefería escuchar las excusas de la boca de la azabache, que sea ella quien le confirme la mentira en la que amaba vivir; aun así, se sentía traicionado al no deber la verdad en ese año.

¿Acaso parecía un hombre con mente cerrada?, Si le hubiera contado desde el inicio el amor por ella no disminuiría... Pero él también fue culpable al demostrar su miedo casi suplicante ante la idea de que esa pequeña fuera algo más que su hermana.