13. Nueva vida en París✔️

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art by: ceejles.tumblr.com


Los días pasaron casi volando y el primer día de clases había llegado. Marinette estaba convencida que, si las personas en China eran frías e indiferentes, pues los parisinos eran muy metiches para su gusto.

Se preparó psicológicamente y endureció su corazón para poder decir que tenía una hermanita. Aquella decisión le había costado noches en vela, pues la conciencia no la dejaba tranquila.

Decir que Emma era su hermana en lugar de admitir con orgullo que era su hija, no era lo primero que le diría a alguien que recién acababa de conocer, pero de seguro alguien preguntaría y sus padres estaban dispuestos a ayudarla con la mentira.

Después de tantas semanas sin separarse de su hija, Marinette sentía que, desde un principio, las cosas ya estaban complicándose.

Emma se negaba a separarse de su madre. Afortunadamente una de las ventajas de la Françoise Dupont era su guardería para hijos e hijas de madres adolescentes y de profesoras o en algunos casos poco comunes, profesores.

Para facilitarle un poco la vida a Marinette, además de ser imposible de ocultar la verdad a las autoridades de la institución; el director Damocles estaba al tanto de la situación de la nueva estudiante, considerando un trato flexible para con ella.

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Llegó el primer día de asistencia a clases el cual fue un total suplicio, pues Marinette intentó dejar a Emma en la guardería. Lastimosamente la pequeña lloraba a todo pulmón.

La adolescente se enfrentó a la primera vez en que debía ser dura con su hija, por el bien de las dos. Con el dolor de su alma y unas cuantas lágrimas Marinette pudo separarse de su tierna hija.

—No te asustes, siempre es normal la primera vez— le sonrió una de las jóvenes que trabajaban en el área cuidando a los pequeños.

Marinette le dejó unos biberones con la leche que previamente había extraído de su pecho, pues la fórmula aun no le gustaba a la pequeña testaruda.

La azabache llegó un poco tarde a su salón. Por regla de institución las madres adolescentes debían mostrar un certificado que el director les otorgaba a las jóvenes, en el cual se indicaba que tienen a su bebé en la guardería del mismo establecimiento. Aquello les permitía que los maestros tuviesen para con ellas comprensión y un horario flexible.

Otra de las ventajas para las madres adolescentes era la promesa de que todo sería discreto, respetando cualquier decisión de la madre. Y a pesar de que todo sonaba conveniente, Marinette decidió que su maestra no debía enterarse de absolutamente nada.

—Jóvenes, a nuestra clase se unirá una nueva estudiante— la profesora llamó la atención del salón entero —. Ella es de París, pero ha vivido 4 años en China... Denle por favor la bienvenida a Marinette — culminó la mujer con entusiasmo.

Marinette entró un poco cohibida al salón, captando la atención de todas.

Ese día decidió ir con un atuendo que le recordaba a su antiguo hogar. Tiempo atrás se había desecho de las colectas que le daban un aire infantil, prefería dejar su cabello suelto, o en un moño alto, sin embargo, esa ocasión decidió dejar su negro cabello libre sobre sus hombros. Aplicó un poco de maquillaje en su rostro, más el vestido entallado la hacían ver mucho mayor que sus futuros compañeros.

Las caderas anchas con un poco más de busto confirmaban que el cuerpo de niña ya había quedado atrás y ahora era toda una mujer, más la figura delgada a simple vista, nadie podía sospechar que alguna vez esa joven tuvo un bebé en su vientre.

[Finalizada / Corrigiendo] Ahora la quiero de vuelta - AU[MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora