[Finalizada / Corrigiendo] Ahora la quiero de vuelta - AU[MLB]

33. Falsa felicidad ✔️

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Aproximadamente eran las 6:30pm y la cena estaba casi lista, pronto Nathalie iría a buscarlos para informarles que deberían bajar al comedor.

Sin embargo, no estaban conscientes de ello, pues hasta la hora se les había olvidado. Besos y suspiros podían escucharse haciendo eco en la gran habitación alumbrada por la tenue luz de la lámpara de mesa.

Comenzaron inocentes hasta que con más confianza Adrien empezó a introducir su lengua en la boca de su novia; en lugar de atraerla hacia su cuerpo, el chico recostó a Marinette en el largo sillón de la habitación que se aloja la chica con su hija.

-A-Adrien -clamó el nombre de su novio entre besos y agitada, pero él no la dejaba continuar con la oración, la silenciaba con los más deliciosos besos que jamás había degustado.

Su relación cambió desde que la azabache llegó a vivir como huésped de la familia Agreste, la mayor parte del tiempo pasaban solos, por su puesto asistían juntos al I instituto, Adrien continuó el mismo ritmo de vida, pero ahora al fin tenía una motivación para vivir la rutina con gusto, su preciada recompensa era llegar a su ya no vacío hogar encontrándose con su amada y su pequeña adoración.

A Nathalie se le delegó la tarea extra de cuidar a la pequeña Emma cuando su madre se dedicaba al estudio, mientras permaneciera en esa casa la infanta sería criada y educada tal y cual como lo fue Adrien.

Marinette sentía que había alcanzado una pequeña estabilidad en su vida, sin embargo, estaba consciente de que no era permanente, pero por ahora se sentía bien con ello. Tenía grandes planes para su futuro y el de su hija, y por ahora construiría los cimientos para ello; pero aun así sus padres le hacían demasiada falta.

-Espera... Mmm - intentaba recuperar la cordura.

-¿Por qué? -preguntó Adrien suspirando con los ojos cerrados sin separarse ni un centímetro, la tenía acorralada en el asiento manteniéndola prisionera con su peso; una de sus manos viajaba por el muslo de Marinette, subía y bajaba acariciando hasta llegar a sus caderas.

Poco a poco, en sus tiempos a solas el deseo se incrementaba y su acercamiento llegaba más lejos.

-Emma se puede despertar - respondió en susurro Marinette, pues ya había escuchado un pequeño quejido de su hija, había la posibilidad de que estaba soñando o que se haya despertado.

-Entonces no hagamos mucho ruido, princesa -Adrien no pensaba con claridad, en su cuerpo mandaba el deseo y en su cabeza rondaba aquella foto del padre de Emma. Le era imposible dejar de pensar en aquel hombre que había poseído primero a su novia.

Ese hombre le robó la inocencia a su princesa, como deseaba haber sido él su primer hombre, el padre de Emma, en su lugar nunca las hubiera abandonado, de hecho, sería el hombre más feliz del mundo.

Se sentía impotente al no poder preguntarle porqué aún conserva esa foto a pesar de estar dañada, ¿Será que aún lo quiere?

Podía ser, tan rápido una persona no podía sacarse del corazón a quién amó, sobre todo si es el primer amor y más aún si tienen una hija en común.

Sí alguna vez lo volvería a ver ¿Ese sentimiento renacerá?

Adrien solo quería marcar a Marinette como suya, que el mundo lo sepa y parecía que se estaba obsesionado con ello.

Su mano siguió subiendo por la cintura de Marinette, estaba seguro de que ella también estaba pérdida en el deseo, llevo su mano traviesa a intentar meterla por debajo de su blusa, sacándole en el proceso sonoros suspiros, sus dedos recorrieron la piel de su torso hasta llegar al sujetador, pensó en detenerse, pero parecía que ella lo disfrutaba; se atrevió a introducir su mano levantando el brasier de uno de sus senos mientras le besaba el cuello.