Un pacto "Amor Y Sangre"

2- Sangre🌷

¿Un pacto?
Jamás.
Que me coma en pedacitos.

─No lo creo.

Sus ojos se afilan cual cuchillas enfrentadas. Puede perforar el alma con esa mirada.

─No entendés. No es una pregunta.
─Para un pacto hacen falta dos... prefiero morir que vivir en el infierno.─ Lo desafío.
Estoy desquiciada, ya sé. Siento mis latidos acelerarse aún más de lo que se considera posible y el vello de mi cuerpo erizarse. Percibo cada reacción de mi cuerpo de manera amplificada, siendo conciente de cada una.
El parece suavizar la expresión. Me mira con curiosidad.

─Sin grises...
─Exacto.
─Podría entender tu idea...─ Sonríe cínicamente congelándome la sangre.
─Pero no se trata sólo de tu vida. Son muchas vidas las que dependen de este pacto.─ ... demasiadas.─
No respiro. Definitivamente robó mi capacidad de responder a los reflejos básicos e inconcientes de supervivencia. Voy a morir antes de que me mate.
─Sé que salvás vidas...─Tomo algo de aire para responder. Sabe que trabajo en el hospital.
─No sé si tanto. Sólo intento ayudar.─

¿De verdad estoy hablando con un... vampiro? ¿Es que en realidad siquiera existen? Estoy soñando o alucinando.

Sí. Esto debe ser una alucinación. Me doy cuenta cuando es un sueño y ésto no lo es... ¿Esquizofrenia?

─Escuchame antes de decidir.─ Trae de nuevo mi atención a sus palabras. Asiento con la cabeza. Cada vez estoy más atrás, hasta que me topo con la pared.
─Necesito que accedas al banco de sangre del hospital.
─No voy a hacer eso.
Como si hubiera sido teletransportado en una fracción de segundo, lo tengo parado frente a mi y suelto un grito agudo.

─¿Cassandra fuiste vos?─ grita mamá desde su habitación.

Él se acerca amenazante con el dedo índice cruzando sus labios y su otra mano tapando mi boca.

Después de un gesto afirmativo por mi parte, aún intimidandome con su mirada, me suelta.

─Es la tele del vecino mamá...─ logro decir.
─Ah... está bien...─ Apenas se oye y seguramente sigue durmiendo.

─Muy bien. Nos vamos entendiendo... ¿Te preocupa la seguridad de tu madre?─ Deja asomar sus colmillos apenas, pero lo suficiente para sentirme amenazada. ¿Dónde hay una estaca de madera cuando la necesito?
─Mañana voy a venir por dos litros de sangre... de cualquier tipo.

Voy a quejarme cuando apoya su frente en la mía y me habla con sus ojos fijos en mi. Creo que voy a orinarme encima.

─Estoy famélico...─ Aspira profundamente. Yo sigo sin lograr respirar adecuadamente.
─...mañana será aún peor. No me hagas esperar. A la una voy a estar acá.-
Una vez más logro decir un par de palabras apenas audibles.
─Está bien.
─Así me gusta. ─ deja un beso en mis labios y prácticamente desaparece en una ráfaga hacia la ventana.
Me toco los labios no entendiendo lo que acaba de pasar.
Estoy volviéndome loca. Nada de esto puede estar sucediendo realmente...

Cierro la ventana y voy a la cocina a servirme un vaso de leche tibia. Tengo que tranquilizarme.
Lo peor de esta situación es comprobar que en realidad estoy bien despierta y no hay una explicación lógica que fundamente la veracidad de los hechos que acabo de vivir en mi habitación.
Me aturde imaginar que pude haber enloquecido.
Vuelvo a mi cama pero no logro volver a dormir.
Trato de recordar cada momento de la conversación para entender siquiera algo, pero sigo sin lograrlo.
Cuando llego al final de la rememoración de esta noche, aún conservo la sensación de sus labios fríos sobre los míos.
Tiemblo ante ese recuerdo.

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Después de no poder dormir en el resto de la noche no tengo coraje para salir del departamento.
No olvido que lo crucé en el ascensor, sabe mis horarios y tengo varias calles hasta el hospital para caminar durante las solitarias horas de la madrugada.
Tal vez pida un taxi... pero tendría que bajar los tres pisos...
Estoy aterrada.
No voy a ir.
Llamo al hospital para avisar que no voy a ir hoy.