7- ¿Completamente loca?

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Fabrizzio

No....No.¡No!

─¡Cass! ¿Quién te hizo esto?
─No... lo sé...─fueron sus últimas palabras antes de desplomarse sobre mi.
La llevo en brazos hasta mi habitación y la acuesto en mi cama.
Aflojo su calzado y se lo quito.
Me quedo sin aire al quitarle el abrigo y ver las marcas en su cuello, los moretones en la clavícula... Si no hubiese llevado el grueso abrigo hubiese sido mucho peor.
¿Quién puede haber sido tan animal de golpearla así?
Corro a buscar un cubo con hielo y unas toallas.
Limpio la sangre de su cara... y le coloco hielo para desinflamar.
Voy a matar a quien hizo esto.
Después de curar lo más que puedo sus heridas cubro con una manta su maltratado cuerpo.
El sol aún no se puso y no sé si podré salir. Pero Cassandra necesita atención médica. Si llamo a emergencias y no la acompaño al hospital será muy llamativo. Tal vez hasta sea posible que me detengan por sospechoso. Lo más prudente será esperar que recupere la conciencia.
Casi una hora más tarde sigo sentado a su lado en mi cama con una de sus manos entre las mías. Todo esto es mi culpa.
─Fabrizzio...─de repente su voz me saca del ensimismamiento en el que me encuentro mirando un punto fijo en la pared. Volteo para verla y la noto aún confundida.
─¿Viste quién fue? ¿Te dijeron algo?
─No vi bien. Eran dos. Quisieron robarme.
─¿Ladrones? ¿Estás segura?
─Si... querían dinero y como no llevaba efectivo se enojaron y me golpearon...

No sé por qué pero dudo de sus palabras.

─¿Podés moverte? Deberías recibir atención.─mira alrededor donde todavía está lo que utilicé para aliviar un poco su dolor e inflamación.
─Se ve que ya recibí atención...─sonríe.
Definitivamente la quiero fuera de todo esto. Ahora sé que no son sueños y yo me encargaré de descubrir qué es lo que sucede.

─No quiero que te involucres en nada que tenga que ver conmigo y lo que me está pasando... sólo te pedí ayuda con la provisión de sangre porque de verdad no sé que hacer, pero lo demás dejámelo a mi. Ahora vamos a ir al hospital.
─No tengo nada roto. Lo sé. Son solo golpes.
─Pero perdiste el conocimiento.
─Eso fue por otra cosa. Una suma de cosas.
─¿Qué cosas?
─No te preocupes. Solo necesito comer algo para reponer fuerzas.
─Voy a prepararte algo.
─Gracias...

Busco en la heladera y no hay gran cosa. Verduras, queso, huevos.
Mientras pongo dos rebanadas de pan en la tostadora, salteo unas verduras y preparo un omelette de queso al que le agrego las verduras. Espero que le guste.
Golpeo y me hace pasar.
─Es tu habitación.─ Sonríe.
─Pero la estás ocupando vos... No sé si estará bien lo que te preparé.
─El aroma que llega desde la cocina hace ya un rato me está torturando. Me encantará.-
Le alcanzo la bandeja y le ayudo a incorporarse, colocando detrás de su espalda algunos almohadones.
─¿Mi bolso?─pregunta.
Se lo alcanzo y busca sus llaves. La miro confundido cuando me las da.
─En mi heladera está lo que necesitás... al costado de la mesada hay una heladera portátil para que puedas transportarla.─duda.
─¿Me puedo quedar hoy? Mi mamá va a estar fuera toda la semana y no quiero estar sóla.
─Por supuesto.─tomo sus llaves.─ yo estoy bien... creo que aún no necesito... eso.─ Es tan macabro que no puedo nombrar el líquido rojo por su nombre.
─Es más... hasta tengo hambre real. Hoy comí pastas...─le cuento.

Escondo mi cara entre mis manos y luego cepillo hacia atrás con los dedos mi corto cabello en una rara mezcla de deseperación y calma.
─Estuve recordando cosas. Fui anotando todo lo que pude.
─Excelente. Sin embargo sería bueno que trajeras "la medicina" a tu casa para tenerla a mano cuando la necesites.

"La medicina". Una forma piadosa de hacerme ver menos monstruo.
Le agradezco internamente y voy a su departamento mientras ella termina su súper omelette.

Abro la puerta de su departamento y me afecta ver el lugar donde vive, donde están sus cosas. Su perfume está en el aire. Veo fotos suyas. Algunas de niña, otras más actuales. Suena el teléfono. Dejo que salte el contestador.

Cassy ¿qué te pasa que estás perdida? Ni siquiera contestás el celular. Creí que irías a la fiesta de Roque... Estoy preocupada amiga. Llamame."

Pienso en cómo le compliqué la vida... Me siento responsable por perturbar de esta manera su mundo. Si lo hubiera pensado sólo un poco nunca me hubiera acercado.
Recién ahora soy conciente de que esto no es parte de  una pesadilla, la arrastré a ella y sé que tengo que ser frío para saber cómo seguir.
Busco la bolsa sellada en la heladera y la pongo en la portátil. Busco los sobres de gel congelado para mantener la cadena de frío.
Antes de salir siento el impulso de ir a su habitación.
Es juvenil... Casi parece el cuarto de mi hija. Salvo la ausencia de los posters de Cnco y Márama. Los colores pastel en las paredes, los libros, las plumas de colores colgando de las cortinas.
Cada vez siento más culpa.
Busco en el placard algo de ropa para que pueda cambiarse y llaman mi atención unas cuantas bolsas cerradas con lo que parecen ser insumos de laboratorio.
A medida que analizo su contenido voy comprendiendo lo que Cass ha estado haciendo.
La sangre de la que me provee no es del banco de sangre del hospital... Es su sangre.
A eso se refería cuando dijo que el desmayo era por otra cosa. Todos estos días ha estado sacándose sangre... ¿Cómo piensa seguir? Sabe que no puede donar tanta cantidad de sangre en poco tiempo.
Y yo que pensaba que no podía sentirme peor.

Cass

Creo que nunca comí algo tan rico. O jamás tuve tanto hambre. Estos días fueron muy intensos. Y sin mamá creo que me salteé más comidas que las que debería. Sumado a la cantidad de sangre que me extraje esta semana, fue demasiado.
Si bien me aseguré de tomar vitaminas y mucho líquido sé que no es suficiente.

Fabrizzio vuelve a entrar al departamento y lo escucho ir hacia la cocina.
Mi corazón se acelera al oir sus pasos acercarse nuevamente a la habitación.
¿Qué me pasa?
Verlo asomarse cauteloso me provoca una sonrisa, que él devuelve con signos de tristeza. Sé que se siente responsable por lo que me pasó y no quiero que eso lo aleje.
A pesar de toda esta locura me alegra que Fabrizzio haya recurrido a mi.
Se acerca para retirar la bandeja y me mira con una profundidad que me abruma. No está convencido de mi historia de ladrones y se nota.
─¿Estás mejor?
─Lo estoy... muchas gracias. Sos un excelente cocinero.─le digo señalando la bandeja con el plato vacío.
─Me alegro que te haya gustado... Voy a hacer un pedido on line al supermercado. ¿Hay algo en especial que quieras que compre?
─No gracias... no quiero complicarte.─
Su gesto es de triste resignación con una medio sonrisa de lado.
─Me devolverías el favor... Más de lo que yo te compliqué sería imposible.

No le digo nada y sólo sonrío. Es verdad que me complicó, no puedo negarlo pero no me pesa, aunque no se lo voy a decir.
Me mira preocupado y esquivo su mirada. No puedo dejar que lea en mis ojos todo lo que me hace sentir.

Hay cosas que no me animo a preguntarle.
Como por qué me besó en los labios antes de irse por mi ventana el día que lo conocí... O por qué le preguntó sobre mi a Benjamín antes del accidente. Seguro fue a Benjamín porque es el único que sabe de mi vida en el edificio.
Aunque ahora mantiene  distancia y eso me confunde mucho.

Fabrizzio me inquieta... y me fascina. Estoy para el manicomio pero realmente cuanto más me acerco a él, más me atrae su persona.
Es que no solamente es de verdad atractivo, sino que me sorprende la manera en la que trata de manejar toda esta maraña de imposibles acontecimientos que hicieron un desastre en su vida.
A pesar de todo trata de mantener la calma cuando todo es una locura.
Me enternece ver la preocupación por su hija, su sensibilidad. Su preocupación por mi... ¿Por qué no lo conocí antes?. No me importa que todo sea un desastre, quiero permanecer a su lado. Conocerlo más. Si se cumple la regla de lo que viene sucediendo día tras día hasta ahora, sé que vale la pena el riesgo. Él vale la pena.
Ni siquiera siento temor. Estoy completamente loca pero voy a seguir con esto hasta las últimas consecuencias... Voy a encontrar las razones y las soluciones.
Esos matones no me van a asustar ni a detener. No se bien por qué, pero estoy completamente segura que no hay nada sobrenatural en esta historia. Existe una respuesta a esta incoherente pregunta y yo la voy a encontrar.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora