68- Intensamente

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Fabrizzio

Mis pulsaciones frenéticas parecen sonar de manera amplificada. ¿Alguien más podrá oírlas?
De pie mirando hacia la gran puerta de madera espero ansiosamente la aparición de mi más fuerte anhelo. Un anhelo con nombre de mujer que hace ya más de dos años me quita el aliento.

Cass se demora demasiado y de pronto todo el mundo parece haber desaparecido, convirtiéndose en sombras difusas sin ninguna entidad para mi.

¿Le habrá sucedido algo? ¿Se habrá arrepentido? No, las novias suelen retrasarse o sólo habrá tenido un contratiempo y pronto va a llegar.

¿Pero qué tipo de contratiempo?

A nosotros nos sobrevienen contratiempos del tipo apocalíptico y el temor se apodera de mi de manera irracional.

Siento una gota de sudor frío resbalando por mi espalda y acomodo el cuello de la camisa que por alguna extraña razon no permite el suficiente paso de aire.

Mis piernas intentan sostener un peso que parece exceder el mío. De verdad siento que estar aquí de pie supera mi capacidad y mi paciencia.

Soy extrañamente conciente del recorrido de la sangre en mi cuerpo, y a medida que corre por mis venas un calor me va quemando poco a poco y sin embargo siento frío.

Observo a una sola personita entre la gente, y me sonríe como dándome ánimos.
Augusto está en brazos de mi suegra y aunque también se ve ansioso y no deja de sacudir sus piernas regordetas la expresión de su rostro es tan feliz que me infunde seguridad.
Según se dice, los bebés son muy perceptivos y si algo anduviera mal él lo sentiría...
Bueno, son perceptivos no videntes.

A su lado la sonrisa de Luli y un gesto divertido en sus cejas elevadas e inquietas me confirman cómo me debo ver. Es que no puedo controlar mis nervios.

Cargo mi peso de una pierna a la otra sin darme cuenta y luego vuelvo a pararme derecho.
Quiero verme elegante cuando Cass entre y me vea de pie esperándola como su caballero andante, su príncipe azul, su esposo.

Un movimiento general y murmullos en el ambiente dan paso a la apertura de las puertas en el fondo opuesto a mi y la sonrisa perfecta acompañada por todo un conjunto de perfección que hoy parece haberse multiplicado me roba el poco aire del que aún disponía.

Cuando al fin puedo reaccionar presiono mis labios intentando dejarlos un poco más firmes pero el temblor es incontrolable.
Me considero bastante sensible pero hoy me siento superado.
Mucho tiempo en vilo, muchos cambios, mucha incertidumbre... lo vivido en estos años se proyecta en mi mente como una película.
¿Estaré por morir?
Sin duda moriré feliz.

Cass parece una princesa sacada de un cuento de Disney. Una dulce canción en vivo apenas susurrada es justo lo que necesito para terminar de quebrar mi escasa coraza de tipo duro y de a poco unas lágrimas van dejando un tibio camino sobre mi rostro.
Cierro un segundo mis ojos y aspiro con intensidad para rearmarme y seguir el camino que mi mujer recorre hasta llegar a mi lado.
Sin duda es muy largo ese camino, metros y metros de alfombra roja que parece reflejar exactamente lo que nos costó llegar hasta este momento.
Lo primero que me dio fue su sangre. Y hoy lo que me parecía horroroso se vuelve un símbolo.
Ella me devolvió la vida. Literalmente y de todas las formas posibles.

Soledad

No es que me importe demasiado no ser inolvidable. Pero el odio que siento va más alla de una historia de adolescentes inconclusa.
Desde que desapareció casi de un día para el otro mi cabeza no dejó de maquinar un reencuentro.
Saber que me quería en secreto fue rarísimo porque durante casi cinco años fuimos inseparables y jamás vi una señal de su parte.
Cuando lo conocí me acerqué a él porque me gustó, pero fue él quien se puso en el papel de amigos y finalmente me sentí bien con eso.
Esa fue la razón por la que me empecé a fijar en Ulises que aunque era muy diferente en su forma de ser sin duda siempre fueron dos gotas de agua.
Y fue Ulises quien después de esquivar mis intentos una y otra vez dejó a entrever que nunca iba a pasar nada conmigo por lealtad a Fabrizzio.
De eso hace tantos años que ya perdí la cuenta y mi vida tomó caminos distintos que me llevaron lejos, mis metas fueron elevándose más al reconocer mis posibilidades y alcanzar el éxito y la riqueza que nunca hubiera alcanzado al lado de alguien como Fabro.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora