42- Mil veces si es necesario

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Cassandra

Solo vuelvo al hotel a bañarme y cambiarme de ropa.
No quiero alejarme de Fabro. Todavía no despertó y quiero estar ahí cuando eso pase, pero estoy hecha un asco y no me gustaría que después de tantos días la primera vez que me vea esté tan impresentable.

Evitando a mamá, Julia me toma del codo y me lleva al baño cerrando la puerta tras de si.

- ¿Qué pasa?
- ¿No pensás sacarte la duda?- Frunzo el ceño confundida y entonces saca de entre su ropa una tira reactiva de color rosa. Ya sé lo que es.
- No quiero...
- Si estás embarazada no hacerte el test no cambiará el hecho de que lo estés... Es mejor saber.
- No ahora. Tengo que concentrarme en Fabro.
- ¿De verdad?
- Ya lo haré más adelante.
- No te entiendo. Pero en fin... te lo dejo.-

Diciendo esto pone en mi mano el test de embarazo y se va dejándome con una sensación de cobardía en medio del pecho.
Tiene razón... Tengo que saber.
Me miro en el espejo con mil dudas en mente.
Por un lado me tranquiliza saber que usé un método anticonceptivo con bastante efectividad pero por el otro, el miedo a ese mínimo porcentaje de error me paraliza.

Después de hacer el test espero los cinco minutos que indica el instructivo.
No escucho ruidos en la habitación. ¿Se habrá marchado Julia?

Leo el resultado y siento que el piso se mueve bajo mis pies...

Estoy embarazada.

Me deslizo por la pared hasta quedar sentada en el piso y comienzo a llorar.
En ese momento la puerta se abre y Julia se arrodilla a mi lado abrazándome y acunándome como si fuera una niña.

- Todo va a estar bien...
- ¿Cómo voy a saberlo? ¿ Si mi bebé es... diferente? ¿Qué clase de vida va a tener?
- No te apresures... Los experimentos no se llevaron a cabo en el tiempo en que quedaste embarazada, sino bastante antes, probablemente no pase nada... no llores antes de tiempo que seguro es una buena noticia.
- ¿Vos crees? Lo que sea que le hicieron a Fabrizzio lo cambió y está en él... Calculo que está presente en su sangre, en cada célula, en todo.
- No lo sé. Pasaron muchas cosas malas... Toca una buena.
- Ojalá funcionara así.
- "Una de cal, otra de arena".
- ¿Cuál es la buena? ¿La cal o la arena?
- Ni idea. Pero aunque no se de construcciones calculo que es una combinación necesaria para bases firmes. ¿No te parece?
- Me parece. - Contesto al fin sonriendo. Voy a esperar para ver que nos depara el destino.
- No me voy a enloquecer pero tengo que hablar cuanto antes con el médico, para comprobar si todo está bien. Y si no...
- Nada. "Y si no" no existe. Te prometo que todo va a estar bien.- Julia vuelve a abrazarme y mamá nos mira desde la puerta entreabierta.

- ¿Qué está pasando?
- Sólo estoy un poco sensible mamá.-

Voy a esperar para decirle a mamá... Todavía no sabe ni la mitad de la historia.

Una vez en el hospital, camino hacia la habitación de Fabro con uno de los enfermeros que ayer se sorprendieron al verme abrazada a él.

- ¿Se despertó?
- No. Pero está muy tranquilo.
- ¿Es normal que tarde tanto en despertar?
- No lo sé... Pero ha tenido reacciones, algunos breves momentos de conciencia, así que seguramente ya falta poco.-

Mientras nos acercamos escuchamos hablar dentro de la habitación.

- ... ¿ Y dónde está ahora?
- Fue a bañarse a su hotel. No se despegó de usted en más de veinticuatro horas... No sea exigente.-
Se escucha un risa suave.
- Tiene razón.

Entro a la habitación como una tromba y voy hacia él.

- ¡Despertaste! Quería estar acá...
- Estás acá.- Dice estirando la mano que tiene libre y tomando la mía.
La llevo a mis labios y beso muchas veces no solo su mano sino también su brazo. Parezco demente y él sólo sonríe.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora