39- Dolor

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Fabrizzio

Parece que al final todo termina casi como al inicio. Al menos para mi.
Tengo la satisfacción de saber que no se la van a llevar de arriba. Terminé mi trabajo.

Hace casi seis horas estoy en este lugar. Lo sé porque el único objeto que puedo ver es un reloj justo frente a mi en una pared desnuda y húmeda.
Es de verdad un método de tortura porque el tiempo parece ser mi enemigo y por momentos parece detenerse.

¿Cass habrá llegado a salvo? Dios, ruego que sí.

Sé que no será todo en vano y aunque esto termine así para mi, haberla conocido valió el esfuerzo. Puedo decir que algunos de mis deseos me fueron concedidos increíblemente  y vivimos muchas cosas buenas aún entre tanto desastre.

Cuando los veo entrar ya comienzo a sentir dolor porque sé que se viene otra terapia provista de agujas y bisturíes en mi cuerpo que de a poco va quedando insensible ante tanto flajelo sistemático y contínuo.
Me resigno pensando que nada puede ser peor que la última incursión... O eso espero ya que mi pierna al final fue despojada de un buen trozo de carne, como intentara Costa la primera vez.

¿Para qué mierda será eso?

Después de esa fileteada no recuerdo si me hicieron algo más porque tuve la bendición de desmayarme.

Ya pasó casi un día y medio y no es el dolor lo que me enloquece sino la necesidad de alimentarme.
Creo que voy a morir como un animal... Así de primitivo me siento.

Las cadenas con las que me amarraron se están incrustando en mi carne y soy yo mismo quien torpemente lo está provocando.
Es inútil. Pero no puedo evitarlo.
Es como si un animal dentro mío luchase por salir y mi parte racional no puede dominarlo, logrando sólo hacerme más daño...
Por momentos vuelvo a perder el conocimiento.
Y entonces sueño.

Cass sonríe. Y caminamos tomados de la mano.

Son las cinco... No sé de qué día, ni sé si es de día o de noche.
Mis colmillos se clavan en mi propia boca... la sangre que intento beber es mi propia sangre.
Mis gritos me aturden. No quiero gritar...
Diablos.
¿Por qué lo hago de todos modos?

Hace mucho no veo a nadie. Todos se fueron...

Cass me besa... ¿Otra vez me desmayé? ¿O estoy muerto?

Me duele mucho la cabeza. Siento que va a estallar.
Los golpes son insoportables. Golpean y golpean.
¿Quién golpea? Por favor basta... Basta.

Están entrando. No sé quienes son pero están entrando.
Escucho voces que gritan mi nombre.
Y nada más.

●●●

Creo que estoy en otro lugar. Los ruidos son distintos. El olor es distinto.
Intento abrir los ojos y una vez más siento el ardor que me provoca la luz blanca.

¿Dónde está el reloj? No lo veo frente a mi.

No. No estoy en el mismo lugar.

¿Adónde me trajeron?
Alguien se acerca. Intento moverme pero sigo atado...
Sigo atado.

Sin embargo el rostro que me mira desde arriba es compasivo.
¿Quién es?
Tengo hambre. Tanta... Siento que voy a morir.

Trato de recorrer con mi vista la habitación. Lo único que puedo mover son mis ojos. Tengo puesto un suero... Alguien se está ocupando de mi.

Me duele tanto la cabeza y no puedo dejar de gritar.
¿Por que no puedo dejar de gritar? ¿Por qué este animal que habita mi cuerpo no se rinde? Y golpea... golpea... grita.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora