Un pacto "Amor Y Sangre"

26- Enfrentamiento

Cassandra

Fabro se despidió de Navarro y aprovechó sus nuevos lentes para salir de día.
Hizo las compras y en una hora y media ya estaba de regreso.

Pone las bolsas del supermercado sobre la mesa y juntos vamos guardando todo.

- Esto es lo tuyo.- Dice extendiéndome varias bolsas de cartón.
- Gracias Fabro.

Voy sacando la ropa y a primera vista creo que todo va a quedarme bien. Estuvo atinado en comprar un par de calzas y algunas remeras que serán muy útiles hasta que vuelva a lograr llegar de nuevo a mi peso. Un jean del talle que le pedí... un pijama, zapatillas y... ropa interior.
Y no cualquier ropa interior.
No la sosa ropa de algodón que suelo usar.
Nunca usé algo tan sexy.
Me lo quedo mirando con una de las finas prendas de encaje en la mano.

-¿Y esto?
- ¿No necesitás?- Me dice con su mayor cara de inocencia.
- Si, por supuesto. Pero pensé en algo más simple...
- No sé lo que es más cómodo para ustedes... Traje lo primero que vi.

Fabrizzio

No sé si fui convincente o no. La verdad es que tardé más de la mitad del tiempo en elegir la ropa interior. No sé para que.
El inconciente me traiciona.
Voy a la cocina a guardar las últimas cosas que quedaron y de paso evitar quedar más en evidencia con ella ya que como un chico pillado in fraganti me arden las mejillas que deben haber subido tres tonos de rojo.
Cass va al baño con algo de ropa y cuando vuelve yo estoy con mis notas haciendo planes.
Ya tengo una computadora portátil pero no perdí la manía de mis notas.

- ¿Qué vas a hacer?
- Hay un par de cosas que tengo que hacer antes de buscar al profesor.- Decido no ocultarle nada.
- ¿Lo tenés que buscar sí o sí vos?
- Si Cass, no es un tipo común. Hay algo más...
- ¿Qué?
- La razón por la que es tan fuerte es directamente proporcional a la sangre que consume. No se qué cosa originó a la otra, pero no tiene límite. Va a seguir exprimiendo lo que pueda para mantenerse de la misma manera.
- ¿Cuánto más fuerte?
- No lo sé. La fuerza no es todo... la velocidad, el sigilo, la percepción de los sentidos exacerbada... no sé que capacidades habrá desarrollado. Yo sólo tomé lo imprescindible para sobrevivir y potenció mis habilidades un cien por ciento en unas cosas y más en algunas otras.-
Cass pellizca su labio inferior mientras piensa y su expresión es muy seria.
Quisiera saber qué está pensando.
- ¿Qué vas a hacer?
- Beber más cantidad de sangre.
- ¿Confiás en tus límites?
- ¿Qué querés decir?
- Quien sabe si cuando pruebes lo que se siente ser tan poderoso no puedas detenerte.
- Lo único que quiero es una vida normal.
- Espero que siga siendo así.
- Cass...
- ¿Qué Fabrizzio?- Me exige.
- No tengo opciones.
- Entiendo.
- Y necesito tu ayuda.
- ¿Cómo puedo ayudarte?
- Voy a publicar un aviso buscando personal. Vos vas a hacer la primer entrevista y yo te voy a dar las preguntas.
Las personas que estén aptas para ser donantes involuntarios van a pasar a la siguiente entrevista que estará a mi cargo.
- ¿Y entonces...?
- Obtengo mucha sangre y nadie sale perjudicado.

Efectivamente mucha gente se presentó a la entrevista.
Alquilamos una oficina céntrica por un par de horas y solicitamos personal para un Pub que estaría por inaugurar.
Se necesitaría personal de seguridad, personal para las barras, para limpieza, promotores...
A la ocho de la mañana la fila para las entrevistas daba vuelta la esquina.
Casi el ochenta por ciento de los entrevistados
era apto.
Cuando entró el primer candidato que me mandó Cass hablamos un rato y le pedí que transportara una bandeja con tragos de un extremo al otro de la habitación.
Cuando se inclina a levantar la bandeja aprovecho para hundir mis colmillos en su garganta y tomo unos cuantos mililitros del líquido rojo tan apreciado por mi en estos momentos.
Luego de unos segundos de aturdimiento, el joven se recompone y toma la bandeja.
- Muy bien. Como le comentó mi secretaria el Pub aún no esta en funcionamiento. Si es seleccionado le avisaremos una semana antes de la apertura.-