48- Desesperación

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Fabrizzio

Sin explicar demasiado dejo la reunión para volver al departamento.
En lugar de tomar el transmilenio corro a máxima velocidad y compruebo que aún conservo esa habilidad. En minutos estoy abriendo la puerta con la imperiosa necesidad de verla a salvo.

No puedo soportar siquiera pensar qué podría pasar si este tipo la encuentra.

- ¡Cass! ¡Cass!-

Ver el vacío en el comedor me quita el aliento y el miedo me paraliza.
Enseguida escucho algo en la habitación.

- ¿Qué pasa Fabro?-

Escucharla me devuelve el alma al cuerpo y voy corriendo, entonces la encuentro apenas despertando de su siesta.
La abrazo en un desesperado impulso que logra asustarla.

- Fabro mi amor... ¿Estás bien?- Yo solo la beso e intento recuperar el aire.

- Soltaron a Valhousen.
- No...
- Sí Cass, no había pruebas suficientes contra él.
- Pero él me amenazó con sus hombres. Me llevaron a la fuerza y me apuntaron con un arma en la cabeza.- Exclama perpleja por la noticia.
- Hay videos donde se ve que se despidieron amistosamente en el aeropuerto...
- Pero... Sólo intentaba escapar.- Se oye abrumada.
- Lo se Cass, parece que no es suficiente una declaración. Sin demasiadas pruebas y con dinero el resultado es éste.
- ¿Qué vamos a hacer?
- Voy a intentar conseguir el alta antes para volver enseguida a Buenos Aires. Mientras tanto no nos vamos a separar ni un momento.
- Está bien.- Cass está asustada y sé que no es bueno en su estado, pero peor es no estar prevenida y necesitamos extremar los cuidados.

Una hora más tarde nos encontramos discutiendo con Quiroga.

- Entienda que es demasiado riesgoso y con sólo unos controles más nos aseguraremos que te vayas tranquilo y sin posibilidades de recaídas. Serán sólo un par de semanas más.
- Es demasiado. Ya casi fueron diez días sin problemas doctor. ¡Diez días! De verdad ya estoy bien...- Parezco un niño tratando de negociar un castigo.

El doctor Quiroga mira nuestras manos unidas y una duda nubla su mirada. Sé que nos entiende pero también comprendo sus temores.

- Podríamos a hacer una revisión intensiva y puede ser bastante dura Mutti.
- Por mi está bien.
- ¿Qué tan dura?- Indaga Cass.
- Dura. Vamos a llevarlo al límite con pruebas físicas y psicológicas.-

El entrecejo de Cass se frunce en demasía y me mira inquisitivamente. Está recordando seguramente mi comentario acerca de mis últimas pruebas de esfuerzo y continúa preguntando al doctor.

- ¿Qué se espera encontrar con esas pruebas? Como dijo Fabro ya pasaron diez días sin ningún episodio luego de casi cinco meses de abstinencia...
- Son otras dudas. No tengo permitido hablar de eso.-
- ¿Otras dudas?- Intervengo y abro la boca para repreguntar pero me detengo.- ...Y no puede hablar de eso.-

Une sus labios en una fina línea y con gesto de disculpa.
Esto no me gusta nada.
Otra vez estoy dudando si confiar o no confiar plenamente pero en cuanto muestre mi desconfianza van a temer que huya, y ya aprendí a controlar mi impulsividad. No voy a arriesgarme a que me dejen otra vez encerrado, internado o como quieran llamarlo.
Sé que puedo controlar las pruebas físicas no dando al máximo de mis fuerzas, aunque con las psíquicas no sé a qué se referirán decido arriesgarme a estar lo suficientemente cuerdo como creo que es el caso.

Cass me mira con desesperación en su mirada y quisiera evitarle esta última complicación pero no puedo. Lo que puedo intentar es tranquilizarla y hacer lo que creo más seguro para ambos.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora