67- Invencible

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Fabrizzio

Cass no deja de mimarme. La sorprendo a cada rato mirándome de una manera que me desarma.
Y no voy a decir que me molesta, al contrario, me encanta.
Ahora toca mi pelo que está un poco más crecido de lo que suelo usar. Lo peina con sus dedos hacia atrás...

- Es como un cepillo suave. Me relaja.- Dice sonriendo ante mi mirada también risueña.
- Es tuyo, relajate todo lo que quieras con él.

No me contesta, sólo se queda mirándome y ahora continúa "relajándose" con mi barba.
Al fin apoya su rostro de lado sobre mi pecho y pasa los brazos por debajo de los míos cruzándolos detrás de mi espalda con un abrazo.
La abrazo también y beso repetidas veces su cabeza.
Suspira con cierto temblor y más que un suspiro es como un pequeño sollozo seco.
No quiero que sufra por mi ni una sola vez más en la vida. Necesito verla feliz y realmente relajada.

- Ahora vienen los capítulos felices Cass... te lo prometo.
- Lo sé amor, lo sé. Es que necesito tenerte asi y no soltarte por un buen rato. Vas a tener que soportarme.

Una pequeña carcajada termina en un beso necesitado y le hablo aún sobre sus labios.

- Sos el mejor castigo que podría tener que soportar... espero que no te canses de mi porque esto podría volverse un vicio.

- ¿Cómo podría cansarme de vos?- Sigue dejando un camino de besos por mi rostro y cuello mientras acaricio el suyo con mi nariz para llenarme de su perfume.
Por Dios cuánto la necesité estos días en los que por momentos temía que las cosas no salieran bien. Pensar en la posibilidad de no volver a verlos era una tortura, pero si hacerlo los ponía en el mínimo peligro estaba dispuesto a resignarme a perderlos.
Cierro mis ojos sintiendo dolor de sólo imaginarlo.

- ¿Qué pasa amor? ¿En qué pensás?
-Sólo recordaba cuando no estabas asi conmigo... y eso es insoportable. Te necesito.

Nos interrumpe un golpe en la puerta de la habitación.

- Adelante.- El doctor Smith nos avisa que ya podemos marcharnos. Tomo mi bolso, lo cargo en uno de mis hombros, abrazo a Cass y nos vamos directo al aeropuerto.

Viajamos junto a Marcos y a Julia y decidimos que el próximo viaje será de placer. Definitivamente nos debemos un viaje de esos.

- Pero primero será nuestro viaje de bodas.- Aclaro.
- Ay... luna de miel. ¡Qué bello!- Dice Julia emocionada tomando las manos de Cass.

- ¿Quién nos iba a decir cuando empezó todo esto que terminarían siendo grandes amigas?- Me pregunta Marcos en confidencia señalando a ese par.
- ¿La verdad? No imaginé nada de lo que pasó. Todo resultó bastante bien.
- Y se veía complicado.
- Muy complicado.

Mientras reflexionamos en estas cosas, Cass y Julia se enfrascan en una conversación animada sobre los últimos detalles de nuestra boda.

Al final me asombra nuestra capacidad de resilencia. Ya no es sólo pasar página sino hacernos cada vez más fuertes ante la adversidad. Son tantas nuestras ganas de alcanzar la felicidad que no hay nada que pueda ya impedirlo.

¿Vienen pruebas? Las pasamos.
A su lado me siento invencible.

Llegar a casa y encontrar a mi mamá y a mi futura suegra juntas es extraño.
Las veo interactuar compartiendo la atención de Augusto y miro a Cass con la misma expresión que ella a mi.
Es increible como sin palabras sabemos exactamente qué piensa el otro.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora