55- Incertidumbre

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Fabrizzio

Me encuentro muy aturdido aunque a lo lejos puedo percibir todo el movimiento de la sala llena de guardapolvos, gorros y barbijos celestes.
Mis sienes golpean tanto como mi pecho con latidos acelerados y audibles para mi, como un eco amplificado.
Siento mis colmillos emerger y agradezco que también llevo el barbijo que me cubre la mitad de la cara.
Pienso que tengo que respirar profundamente para tranquilizarme pero al instante temo que surta el efecto contrario.

No puedo perder el control.

Si lo hago perderé a Cass, perderé a mis hijos... Si pierdo el control perderé mi vida.

- ¿Se siente bien?- Alguien me pregunta.
- Si... un poco mareado.
- Es normal.- Sonríe y me da un apretón en el hombro animándome. Enseguida sigue ponieniendo toda su atención en Cass.

Pasan por mi mente las imágenes del último año y creo que voy a hundirme en la deseperación cuando un grito me hace volver al momento presente.

- Muy bien Cass... ¡Un último esfuerzo!.- Es la voz del obstetra que la alienta y yo también vuelvo a concentrarme en ella.
De a poco logro controlarme y mis colmillos comienzan a retraerse lentamente.
Aún siento mis labios superiores un poco abultados pero ya no sobresalen las puntas de los colmillos hacia afuera.

Cass presiona mi mano, prácticamente se sienta al hacer un último puje acompañado por un grito y enseguida se escucha el llanto de Augusto que tiene unos pulmones generosos.

Paso mi lengua sobre la fila de mis dientes superiores y me tranquilizo al sentir el tacto uniforme.
Veo a mi dulce doctora que llora y se ríe al mismo tiempo mientras le acercan al bebé apoyándolo sobre su pecho.
A pesar de haberlo higienizado antes de acercarlo aún siento el olor de la sangre, por eso cuando lo ponen en mis brazos contengo la respiración y aún con cierto temor bajo el barbijo para poder besar su pequeña cabecita.
Es tan hermoso como su mamá y siento como si una piedra atravesara mi garganta a la vez que una cortina húmeda y transparente inunda mis ojos... pura emoción sumada al alivio de verlos bien a los dos.

Enseguida lo llevan para hacer un primer control.

- Lo hiciste tan bien mi amor...
- No sé muy bien que hice...- Murmura con una tímida y nerviosa sonrisa.- ...ni me acordé lo que aprendimos en el curso.
- Sin embargo hiciste todo lo que te enseñaron. Estoy orgulloso de los dos. Lo hicieron muy bien. Es hermoso ¿Viste?
- Sí. Se parece a vos.- Sus ojos brillan como nunca.
- Me parece que es rubio como vos princesa...
- No tiene cabello.- Ríe.
- Ah... con razón se veía clarito.
- Pero sus ojos son verdes como los tuyos.- La ilusión reflejada en su rostro me emociona hasta las lágrimas.
- ¿De verdad? Creo que tendremos que esperar para asegurar eso.- No me molestaría que fuera un Cassandrito.
- Quiero que se parezca a vos.- Tan linda ella...
- Seguramente va a tener una mezcla de los rasgos de cada uno.- Asumo y estoy sintiendo la glucosa sobrepasar mi sistema con tanta dulzura... Sonrío feliz. El momento lo merece.

Ya en la habitación me siento mucho mejor pero de todas maneras aún estoy bastante preocupado.
Creí que todo el asunto de la sangre estaba superado y lo que sucedió en la sala de partos realmente me descolocó. ¿Volverá a pasar? ¿Podré continuar con mi vida normalmente? ¿Qué pasará con mi familia?

- Estás muy ojeroso Fabro. ¿De verdad te sentís bien?
- Si vida, me bajó un poco la presión y...- Me acerco a hablar a su oído.- ...al ver los mensajes corrí desde casa hasta acá en dos minutos para llegar a vos, seguro es también un poco de cansancio.- Asiente con una mirada cómplice y me abraza.

Apoyo mi cabeza sobre su hombro y cuello tomándola por la cintura, mientras ella juega con mi pelo enredándolo entre sus dedos.

Casi nos quedamos placenteramente dormidos pero no nos dejaron disfrutar mucho tiempo de esa paz ya que media hora más tarde la habitación se encuentra llena de gente.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora