64- Capacidades extraordinarias

85 12 8
                                    

Fabrizzio

- ¿Qué quieren?- Pregunto al fin.
- Fácil... mi jefe necesita algo y tú puedes conseguirlo.- Pronuncia Zaira.

- ¿Y qué es lo que quiere?
- Una joya. Va a estar en exposición el jueves en el museo de Victoria & Albert de Londres.
- Están locos... Yo no puedo hacer eso.
- Sabemos que tienes habilidades especiales.
- Ya no las tengo. El doctor Quiroga lo certificó.

- El doctor Quiroga...- Zaira ríe a carcajadas.- Acabo de verte en acción.
- No hay manera de que me obliguen a hacerlo.

Zaira me da un sobre. Lo abro y saco su contenido. Son fotos.
Cass en el hospital, Cass y Augusto en la plaza, Cass paseando con Augusto en su carrito. De pronto se me congela la sangre...

Hijos de mil putas.

Cass con Augusto en casa. ¿Cómo mierda tomaron esas fotos?

Gira una computadora portátil y me deja ver unas imágenes en video... en la esquina superior izquierda está la fecha y la hora.
Son imágenes del comedor de casa.
Está transmitiendo en directo.
Veo a Cass vistiendo solo la remera que yo llevaba puesta anoche. Se dirige a la cocina y vuelve con la mamadera de Augusto.
Desaparece otra vez unos instantes del cuadro y regresa con Augusto en brazos, se sienta en el sillón y lo alimenta.
La cámara está muy cerca de ella. Deben haberla escondido en el jarrón que está sobre la mesa ratona del living.

Seguramente Soledad la puso ahi.
Maldita.
Cass tenía razón en desconfiar, ella dijo que era más que un ataque de celos... se olía algo más.
Debo agendar confiar más en su intuición femenina.

- Está bien, voy a hacerlo.
- Esta noche viajamos a Londres.
- Tengo que avisarle a Cass.
- Sí cómo no...- Ironiza.
- No le voy a decir la verdad por supuesto.
- No te vas a separar de mi hasta que lo hagas... no te voy a dejar hacer algo estúpido.
- Si desaparezco sin avisar, Cass va a llamar a la policía.
- Para cuando la tomen en cuenta ya habremos cruzado el océano.
- Por favor, aunque sea permíteme una llamada telefónica.

Como si tuviéramos telepatía Cass me llama a mi celular.
Antes de poder atender Zaira me lo quita y se lo arroja a Soledad haciéndole una señal.

- Hola... Ah, si si soy Sole, Fabro no puede atenderte...

Sonríe y me descompongo al imaginar lo que puede estar pensando Cass.

- ... Es que se está bañando justo ahora.- Pone cara de cínica sorpresa.- Me cortó... ¡Qué maleducada!- Ríen las dos.

¿Cuándo se va a terminar toda esta mierda?

Me llevan a una habitación y cierran la puerta con llave. Tengo que idear algo...
La habitación tiene un baño en suite, entro y pongo llave. Miro alrededor y sólo veo un pequeño ventiluz con rejas.
Una vez abierto el ventiluz desprendo las rejas de un sólo tirón y las coloco en el borde de la bañera.
Me hago a un lado y abro la ducha.
Salgo por el ventiluz y salto desde los casi cinco metros hasta el jardín del fondo amortiguando la caída para no hacer ruido.
Tengo que ser rápido y alertar a Cass antes de llamar la atención de Zaira.

No puedo ir a casa porque hay cámaras. Entonces corro en apenas segundos hasta el piso de Marcos y en pocas palabras le explico todo lo que pasa.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora