41- Todo está bien

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Cassandra

A primera hora de la mañana nos dirigimos a la habitación de Fabro para proceder a la transfusión.
Anoche no pude dormir y mi corazón está desbocado.
Intenté por todos los medios que aceleraran el proceso pero el protocolo de aprobación fue muy burocrático.
Espero que no sea tarde.

A diferencia de ayer, cuando llego a verlo, Fabro está tranquilo. Parece dormir.
Aunque más que aliviarme me preocupa. Enseguida tomo su mano y apoyo mi mano en su pecho comprobando que su respiración es lenta pero constante.
El doctor Quiroga y dos médicos más están atentos a las reacciones.
Cuelgan dos bolsas de sangre conectadas entre sí y también con una manguera fina larga que introducen en su boca colocando una cinta.
Desajustan una pequeña canilla en la manguera para dejar pasar apenas unas gotas de sangre.

- Esperemos a comprobar sus reflejos de deglución. Si puede tragar normalmente podremos ir abriendo más la vía.- Indica uno de los médicos que están con Quiroga.-

Me siento mal al estar presente porque sé cuánto le incomoda a él que lo vea en esta situación, pero necesito comprobar que todo marcha perfectamente y de todas maneras sé que no es conciente de mi presencia.

Fabro va tragando las pequeñas gotas que van liberando y de a poco van abriendo la vía para dejar pasar más cantidad.

Cuando va por la mitad de la bolsa me voy alejando hacia una esquina de la habitación al ver que comienza a moverse.
Lo escucho respirar con más firmeza y seguridad,  tragando sin dificultad y los medicos siguen abriendo la vía hasta que ambas bolsas se vacían.

Quitan la cinta y sacan la fina manguera limpiando algunas manchas que rodean su boca pero él aún no despierta.

- No sabemos cuánto tardará hasta que reaccione, nosotros le avisaremos doctora Barón.
- Me quedaré hasta que lo haga.- Se miran entre ellos.
- Puede demorar.
- No tengo nada mejor que hacer.
- Ajusta las cintas.- Ordena Quiroga a la enfermera.
- Afuera hay dos hombres de seguridad, no se preocupe.
- No me preocupo. Gracias.
- Haré que le alcancen una silla...
- Es muy amable.-

Tenía miedo que no me permitieran quedar, pero después de la tensa conversación de ayer se mostraron mucho más accesibles.

No quito mi vista de él y pasan dos horas exactamente iguales, sin ningún tipo de reacción, hasta que noto un leve movimiento en su mano.

- Fabro...
- Tenés que irte...
- ¿Qué?- ¿Me está echando?
- Tenés que escapar Cass... nos descubrieron... tomá el avión.-

Comprendo que tiene pesadillas.

- Ya estamos a salvo amor. Ya está todo bien Fabro...-

Vuelve a quedarse en silencio. Ya no se mueve y su respiración es pausada.
Me acerco más a él y me sorprende como están cicatrizando sus heridas. La hinchazon de su boca remitió y sus cortes están apenas visibles.
Creo que respiro por primera vez en semanas.
Su pierna sigue viéndose mal pero confío en que también se recuperará.

Al llegar la noche un grupo de varios médicos me piden que salga para hacer una revisión.

- No voy a molestar. Me alejo pero quiero quedarme acá. Por favor...
- Está bien. No se acerque. Vamos a soltar un poco sus cintas para moverlo.-

Lo hacen y Fabro no reacciona ante ninguno de sus intentos de reanimación. Le hacen una revisación exhaustiva y con dolor puedo ver a fondo cada una de sus heridas y no puedo imaginar por todo lo que tuvo que pasar.
Yo creí que mis días habían sido los peores... Otra vez me equivoqué.
No tengo idea lo que es el dolor. Pero si se puede comparar con el dolor del alma puedo llegar a entender porque la tengo desgarrada.
Una vez más pido a Dios por él... porque no sólo pueda salir de ésto sino sobre todo, pido que su espíritu no se doblegue, que después de tanto pueda volver a llevar una vida normal.
Todo esto puede volver loco hasta al más cuerdo...
Pero sé que Fabrizzio es fuerte. Tengo que confiar que lo superará.

Un pacto "Amor Y Sangre"  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora