Que es, quiero escapar de esta felicidad.

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Al llegar a casa papá no estaba. Pero su mensaje de que no está de buen humor al haber huido de la misa no me atormenta.

Agarré ropa, tomé dinero de lo que he guardado.

-Rubén!

Escuchaba sus gritos al entrar él a casa, pero me oculte. Evitaría a toda costa que él se dé cuenta que estoy en casa.

El seguiría llamándome hasta que escuche que se metió al baño ya que como es costumbre él se va a duchar a las nueve.

Tomé el dinero, dejé las llaves, agarré la mochila sin dejar nota ya que no solo dejaba a papá, también aunque mi corazón se parta en dos era parte de este plan evitar que la vida de Samuel cambie.

Salí, cerré la puerta dejando esa cadena que la he llevado desde que inicié por un amor a esta religión, pero que por papá sé que no seré aceptado.

El primer día o más bien la primera noche no se dieron las cosas bien.

Caminé demasiado hasta llegar a casa de unos amigos que se dieron cuenta de la vida que he cambiado, de mi situación con el chico de los tatuajes.

El móvil sonaba, no. Evité responder ya que este es el que tengo por Samuel y no por papá.

Comprender por qué tengo el móvil aun conmigo es un sufrimiento ya que en el camino pensé en tirarlo, tal vez si fuese fuerte como quisiera lo hubiese hecho.

-A qué punto llegaste con el tipo de los tatuajes?

Preguntaría un tipo de barba que vive con el primo de un compañero llamado Alex que salió de la escuela, sí Alex se emancipo.

-Ha pasado todo. Y cada vez que recuerdo lo que viví es una mierda.

-Pero llámalo, estoy seguro que él podría ayudarte.

-Sé que él lo haría pero también sé que lo metería en muchos problemas. Seguro es que papá se ha ido a casa de Willy, han de ir a la ciudad a preguntar o cosas así.

-Tu padre no sospecha de tus preferencias?

-No. Él está seguro de que soy normal.

-Es que eres normal, tu preferencia sexual no te define.

-Eso trata de explicárselo a papá.

Las horas pasarían muy lentas, Alex me ha explicado que puedo ayudar en la bodega del negocio de ropa de Cheeto. Que nombre tan peculiar para el tipo con abundante barba.

El móvil seguía con las llamadas, los mensajes no paraban de llegar.

Samuel ha empezado a insistir cada vez más.

Quise apagarlo, sin embargo eso era imposible. Disculpa ya que he sido yo el causante de hacerte sufrir pensando que no te querías arriesgar a romper mis alas cuando estoy siendo injusto al tratarte como un mortal, nunca lo fuiste, jamás lucirás como uno.

Fui donde un abogado ya que ha sido Alex el que ha dicho que debo emanciparme para volver a estudiar por mi cuenta.

Lo hice, la charla fue sencilla y pese a tener un saco de vergüenza al explicarle las causas el abogado entendió.

-No eres el primer menor que teme a sus padres, a intentar que las cosas funciones.

-Ha funcionado si es que intentan por las buenas hacer que los padres acepten estas preferencias?

-Cuando es un caso que involucra a la religión como es tu caso no, jamás se soluciona o acepta. Lo mejor que puedes hacer es emanciparte.

Salía del despacho del abogado cuando el móvil dejo de sonar.

Rompe mis alas. /RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora