Momento de partir.

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Vi este día como lo más hermoso que nunca creí posible. Era momento de irme, de dejarlo, en el exterior él no era parte de esto que es vivir.

Narra William.

Cinco de la tarde.

Frank no llegó.

Dejé el móvil encima de la mesa de noche.

Caminaba ya tranquilo con la maleta y la poca ropa que tengo. Debía salir lo antes posible para no cometer infidelidad, Frank es bueno como obtener esto de mí.

Aunque llamase solo escucharía el móvil en la recamara.

...

...

Faltas diez minutos para las seis de la tarde, el aire era ya frio.

Tocaba la puerta de la casa de Cheeto.

-William?

Era claro que tengo pocas personas a las que acudir.

-Podrías tenerme en tu casa?

Esto él no podía comprender, de hecho tampoco yo podía.

-Adelante.

Tenía que aclararle esto. Al menos a alguien debía de decirle.

...

...

Cheeto ha puesto la mesa, al parecer la cena temprano.

-Puedo hablar de algo complicado contigo Cheeto?

-Debo de guardar el secreto?

Obviamente debía de hacerlo.

-Sí...

Estreche una mano a la otra para luego caminar a la mesa.

-Pues si crees que puedo ayudarte escuchándote, adelante. Soy bueno guardando secretos, dispara...

Se sonrió pero notaba que podía confiar en sus palabras.

-Acepto que me gusta el novio de mi amigo.

Cheeto paro un momento al dejar de servir jugo en el primer vaso.

Su mirada apunto tan directo que notaba que comparte ese penetrante, eso que te apunta solo a decir la verdad sin opción a esquivar para que las palabras sean dichas.

-Q... Que amigo?

Quise romper el contacto, mas no pude. No pude...

-R...

-Rubén...

Cheeto se sentó, haría las indicaciones para que también me siente.

-Creía que salías con Frank. Se te veía enamorado de él.

-Lo estoy, amo a Frank. Por ello he salido de casa, Samuel se está quedando en casa, la tentación es tan fuerte, realmente fuerte que mejor salí.

-Entonces no ha pasado nada?

-DIOS NO!

-Entonces?

-Es mío el problema, Samuel se ha portado como un caballero. Quiere ganar mi amistad pero no puedo, en serio no puedo...

Suspire para alejarme de la mesa. Esta vez era claro que Samuel me tenía loco, pero estaba a tiempo de medicarme para dormir este raro sentir, algo que aunque quiera que debe ser no tiene futuro. Tal vez en otra ocasión él y yo tuvimos esta conexión que yo no terminé de romper.

Rompe mis alas. /RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora