No me toques!

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Suele pasar que estando tan cerca de la persona que nos puede amar aun no sepamos que hacer; es como si el cerebro se quedase sin descargas y el corazón se quedase en un sillón comiendo palomitas. No se coordinan, esto le pasaría a uno de nuestros protagonistas hoy, uno con mal humor en la vida general.

-Narra Cheeto.

Alistaba todo, es que debía estar perfecto para cuando llegase Alex.

Vi que llegaba, él con tantas cosas en las que pensar y solo una lo podría poner contento. Quisiera saber cuál sería, y si tengo oportunidad en sacar provecho.

-Pasa...

Dije algo nervioso y muy contento.

Las chicas sabían que algo pasaba aunque no lo dije.

Alex ha entrado poco al local, se la pasa trabajando en una empresa de video juegos y suelo ser el que le lleva la comida, poco lo veo pero me conformo con eso. Sin que seamos novios, con las ganas eternas de partirle la boca cada vez que lo veía y me cancelaba después de pagarme pese a que le dije que no era necesario.

-Solo quisiera que pudiésemos hablar un rato a solas, crees que podamos ahora?

Él como siempre serio, me preguntaba cuándo fue la última vez que lo vi sonreír?

-Vamos a la oficina.

Seguí primero.

Abría la puerta para que entrase.

No sabía que era lo que desea, con Alex es complicado. Realmente complicado.

Vi como su mano izquierda la puso en mi abdomen.

La derecha quería avanzar a mi rostro.

Esto era tan extraño de su parte.

Sabía de sobra que si hago algo sin que él lo consienta se enojara. Ajá, mucho más de lo que sabe hacerlo normalmente.

No dije nada.

Su mano se sentía caliente, él tenía aroma a libros nuevos. Siempre tiene ese olor.

-Que no sé cómo se hace esto Cheeto!

Ya ven, se ha empezado a enojar.

-Solo dime que buscas y podrá ayudarte.

Hice lo que no se debía, avance hasta su rostro y lo bese.

-NO ME TOQUES!

Me empujó y salió del local, pero esta vez no lo seguiré, ya no...


Narra Luzu.



Tomaba a Leia con tanta alegría sabiendo que vera a su conejito.

Lana conducía después de llevar sus cosas a la casa. Espacio es lo que nos sobrará, adoraba este paso grande que hemos dado.

-Y Samuel está bien con Rubén?

Diría Lana al faltar un semáforo para llegar a casa.

-Pues lo que vi antes de que fuesen a casa sí, ellos merecen ser feliz. El policía ha dicho que el padre de Rubén sabe que su hijo está bien y por ello ha hecho una amenaza que ha quedado grabada.

-Ese tipo no sé cómo puede tener o pudo haber tenido a alguien como Rubén, es que no entiendo.

-Ya ves, ahora viviremos con un niño emancipado en cole de quince, un chico de corazón grande que hace tatuajes, una gatita, un conejito y una hermosa rubia.

Rompe mis alas. /RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora