Un tiro al corazón.

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Caminaré cada día; como si fuese el último, ansioso esperando encontrar el amor a primera vista.

Narra Santiago. (Padre de Samuel)

Seguía en búsqueda del tipo que anda detrás de mi hijo y de su novio. Lo he buscado y seguiré buscando hasta encontrarlo.

-Señor de Luque, para ir por las armas.

Era uno de esos tipos que vio cuando le pegaba a Samuel, recordaba que no paraba hasta dejarlo inconsciente.

-Mi hijo ha dicho que sin armas. Esa promesa la respetaré.

Bajé de la moto.

-Disculpe, desde cuando usted le hace caso a lo que diga su hijo?

Era un tono burlón, detestaba la burla.

-Es mi hijo. Lo único que me queda, lo único que realmente importa.

*---Flashback---*

Finales de junio.

Escapaba de la escuela. Este no era un entorno al que pertenezco.

Iba camino a cualquier sitio que no sea este.

Frené de pronto al ver a un tipo llevando a la fuerza a una chica.

-SUELTALA!

Empujé a aquel tipo.

-QUIEN TE CREES HIJO DE PUTA!

La rabia recorría mi cuerpo, un solo golpe y quedó en el piso sin pararse.

-Ven conmigo...

Incline mi mano a la suya, era una incitación a salvarla.

-... Gracias.

...

...

Tenemos más de una hora de besarnos en la cochera de casa.

Tenemos más de una incitando cosas que no deberían de pasar tan rápido según ella.

-Espera...

Escuchaba como quería parar pero no es que detuviese sus manos al tacto de mi cuerpo.

-Adelante...

Sonreía notando como ella no puede parar.

-No... no se tu nombre...

Se separó un segundo de mis labios.

-Santiago...

Agitado, sujetando su cintura con leves movimientos para luego apretar pausadamente.

-Samanta...

Superaba con fuerza no tomarla a lo salvaje. Sin embargo ella era delicada, no era como las otras chicas del instituto nocturno.

Amaba este momento.

Amaba saber que ella es tan sutil con esto que está pasando.

...

...

Siete meses han pasado.

Terminé ese maldito instituto con años de más, ya alquilo un lugar pequeño al que solo voy a dormir mientras trabajo para un tipo mal visto en la ciudad.

-Santiago, tenemos que hablar.

Samanta estaba en la esquina del lugar donde trabajo.

Estaba feliz de verla.

Rompe mis alas. /RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora