Papá seguía insistiendo con el abogado, pero él no le daba señales de querer hablarle ya que ha demostrado su ignorancia.
-Señor ya ha quedado la emancipación de su hijo, por favor deje que siga su vida.
-Usted jamás entenderá lo que ese mal agradecido está haciendo con mi vida.
-No ha hecho nada, si siquiera vive en la misma ciudad.
-Ya todos lo saben; han pedido que deje la iglesia.
-Lo lamento.
-Usted no me interesa que lo lamente, es él! Rubén me pagará este infierno que ha hecho, con lágrimas de sangre me las pagará.
El abogado quitó la reproducción de lo que ha grabado.
-Tranquilízate Rubén, ya estas a salvo.
-No lo siento así, aún tengo miedo de lo que pueda hacer. Papá es un hombre con poder.
-También lo tienes tú, recuerda que eres su hijo y si no acepta lo mejor que puedes hacer es defenderte.
Al terminar esa platica iría a buscar los papeles que papá le ha entregado a la policía ya que no ha quedado bien visto que tenga un encuentro con él.
Enseñe los papeles con estricto asunto confidencial al colegio donde terminará los estudios. Nadie puede saber mi nombre verdadero fuera de los policías ya que he dicho que papá es un hombre impredecible.
Al terminar el primer día de clases podía percibir la tranquilidad de las aulas, sin estar en miedo constante por ir a esa iglesia y que se me escape o que papá descubra lo que vivo con Sam.
Pensarte era llamarte, estabas esperándome en la salida.
-Estaré en el centro comercial, planta baja por un local que se ha puesto mi jefe.
-Desde cuándo?
-Ayer, he terminado mi turno.
Camine hasta el centro comercial al ver el local. Entregué el informe de los lugares donde me pueden encontrar.
-Ven...
Sam tomó mi mano.
Era una decisión muy simple si es que solo pudiese pensar en este sentimiento.
-Deja de pensar tanto, acaso no estas feliz con el resultado?
-Sí, solo que es difícil de haberle dado ese golpe a papá.
-Crees que hubiese sido mejor si las cosas se diesen por el dialogo?
-No, claro que no.
-Lo siento.
-No te excuses por papá. Él me hubiese matado luego de esta confesión.
-Y como está él?
-Willy me ha dicho que todos saben de lo ocurrido. Le han dado una segunda oportunidad, seguirá de pastor ya que al no estar cerca no soy mal ejemplo para otro adolescentes.
-Acaso creen que esto es contagioso (Tono burlón), son unos idiotas!
-Ya ves.
-Vale, dejemos de pensar en tu padre que no le hará bien a mi estómago.
-Sam, te puedo hacer unas preguntas?
-Claro.
-Donde están tus padres.
-Porque me preguntas eso?
-Es que solo tienes 18, me has dicho que desde los 13 te emancipaste.
-La respuesta está en cada tatuaje, es mi vida.
-Él te maltrataba?
-Ellos, mi madre también lo permitía. Soy alguien que ha vivido tu historia, solo que en mi caso hubo toda clase de maltrato.
-Yo, siento haber preguntado esto...
-No tienes la culpa, ahora que lo has hecho me conocerás un poco mejor.
-Cuando tenía 11 di mi primer beso, era una fiesta con una niña muy guapa pero la realidad es que me había enganchado de su hermano de 16. Ya es esa parte de la vida sabía muchas cosas, nunca fue un secreto que me llamasen las dos cosas.
-Tus padres lo sabían?
-Solo la parte que quise, ellos se enteraron un año después, me rompieron dos costillas. Fui al hospital y una protectora de los derechos infantiles me interrogó.
-Se lo dijiste.
-Todo, desde ese momento no los volví a ver. Trabajé, terminé el colegio a los 14 ya que adelanté dos años por la recuperación.
-Desde cuando haces tatuajes?
-Siempre supe que podía dibujar pero fue nuevo desde que solicité el trabajo con el dueño de ese local hace dos años.
-Porque te rehusaste en estar conmigo tantas veces?
-Era tu inocencia, solo quería no confundirte.
-Jamás sentí confusión. Desde que te vi supe que era real lo que sentía.
-Enserio? (Ruborizado)
-Sí, no fue solo algo superficial. No debiste de temer por romper mis alas.
-Gracias.
-Gracias a ti, lograste todo con anticipación, aunque hoy parezca difícil sé que mañana esto será gracioso de recordar.
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Rompe mis alas. /Rubegetta
FanfictionUna sensación nueva por un tipo desconocido. Que eran las advertencias que decía papá (Las ignoraba al pasar las manos por sus tatuajes)