Iré por ti.

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Vinimos al mundo con la idea de ser felices por siempre; al menos lo intuimos siendo niños, al crecer las cosas empiezan a complicarse. Algo pasa, algo que nos va arrebatando las ganas de poder estar solo por tener eso de encontrar amor. Alguien nos espera?, al menos alguien trata de buscarnos?

Que complicado era crecer...

  Narra Frank.

Llegamos a casa.

En tan poco ha cambiado el entorno, que raro era ver a parejas felices y de pronto ya las sonrisas son impropias de ellos. Lejos de entender lo que ocurre, lejos de todo esto seguía con querer saber que hay en la mente de Willy.

-Willy?

Tenía rato llamando su nombre al verlo en el sofá con la mirada perdida en dirección a la ventana.

Las luces en la calle llevan quemadas más de 3 semanas, que está viendo?

Continúe llamando su nombre hasta que lo vi ir a la recamara de manera tan precipitada.

Que ocurría? Que te pasa?

Apuntaba las cosas en la laptop por pendientes que debo realizar en la oficina. Willy salió con la maleta y una chaqueta roja puesta.

-...

Me observó, pero no mencionó palabra.

Willy se marchó.

Narra William.

En la cabeza solo había culpa. Porque he hecho tal cosa como besar al novio de mi mejor amigo!?

Que se supone pasará ahora?

Miraba por la ventana y lo único que hacía era detener tal instante, el prófugo beso que ansiaba ser dado hace mucho.

Conseguí una opción, quizá esto no salve mi conciencia pero si el futuro de esa relación.

Iría tan de prisa a la habitación, tomé el pasaporte, guarde algo de ropa e iría a buscar a Rubén.

Al salir de la alcoba sabía que no podría ser capaz de decir adiós a Frank.

El silencio fue lo único entre ambos, perdóname Frank por ya no poder besarte.

Cerré la puerta e iría al aeropuerto.

Narra Mangel.

Solo en la sala.

Solo en la vida general.

Tomaba un tazón de frutas luego de haber hecho ejercicio; puede que aunque diga constantemente a los pacientes que el físico no es lo más importante pues si me preocupa, no me fijo en eso pero me he dado cuenta que me ven por ser gordo. Ya llevo perdiendo peso para los que no me conocieron hace unos años atrás.

Seguía con hambre, y mucha por cierto pero debo seguir en constancia.

Un mensaje llegó.

-Puedo llamarlo?

Era un número no registrado, no era del país.

-Claro.

Enseguida vi los vistos en celestes la video llamada llegó.

-Disculpe por llamarlo pero no tengo idea de lo que haré después de todo esto. Son muy difícil los cambios. Difícil y complicado el estar sin alguien que me decía a cada rato Chiqui.

Rubén lucia mal, no lo decía por sus palabras pues ya está avanzando en ver planes con sus estudios.

-Seguir... es lo que debes hacer...

Rompe mis alas. /RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora