Capítulo 10

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(...)

Luego de haber estado caminando por las calles principales del pueblo mientras conversamos de banalidades, volvemos hacia la cafetería porque para ambos era el camino de vuelta. 

 —¿Tienes que volver a tu casa?-pregunto pateando las piedrecitas de la acera

—No necesariamente ahora, ¿Por qué?

—¿Bajas conmigo a la playa?

Parece meditar mi pregunta, haciéndome sentir muy tonta por haber pensado siquiera que querría acompañarme. Seguramente me había invitado a un café solo por amabilidad y nada más.

—Está bien, vamos a la playa

Instantáneamente sonrío, casi involuntariamente. Atrevidamente engancho mi brazo al de él haciéndolo caminar más rápido de vuelta a la playa. Shawn no se queja y se deja arrastrar por mí hacia la playa.

Prefiero pasar por debajo del muelle para ir al sector menos usado de la playa, pasando de los yates y botes de pesca estacionados en la orilla, casi en las faldas del cerro y las rocas.

—Se puede escuchar el mar aquí—comenta Shawn con cierta sorpresa—.Creí que nunca se oía

—Lo mismo pensaba pero cuando vinimos con mi hermano descubrimos que el agua acá tiene más movimiento y choca con las rocas

Me dejo caer en la arena ni muy cerca ni tampoco demasiado lejos del mar, lo suficiente para poder mirar todo a mí alrededor. Shawn se sienta al lado mío provocando que nuestros brazos se toquen ligeramente. Afirma los brazos en sus rodillas y contempla el mar con detenimiento.

De alguna forma termino haciendo un pequeño análisis del chico. Llevaba una camiseta de tirante gris por lo que podía ver como sus músculos sobresalían al flexionarlos, su piel se veía blanca como si no ha tomado el sol en todos los días que lleva aquí. Sobre su cabello castaño lleva unas gafas negras que a esta hora son bastante inútiles. Pero, lo que seguía dándome curiosidad era su estatura.

—¿Cuánto mides?-pregunto de pronto sin pensarlo siquiera. Nuevamente siento que me arden las mejillas y río para disimular la vergüenza.

—Eh, no lo sé, como un metro ochenta y ocho—responde extrañado por la pregunta—¿Por qué?

—Sentía que eras bastante alto—comento—.Luces más grande que mi papá, pero en realidad no lo eres

—¿Cuánto mide él?

—Un metro noventa y cinco

—¿Y tú? Porque de bajita no tienes nada, eres bastante alta también

—Uno setenta y nueve—hago una mueca volteando a verlo—, me faltó un centímetro para ser del club del metro ochenta

—Pero estás bien—dice—, quiero decir, muchas chicas quisieran medir como tú y no pasan del metro cincuenta

—Es verdad, no tengo de qué quejarme—acepto estando de acuerdo. Estaba conforme con mi altura de todas formas—¿Tienes tu celular?

—Sí, aquí está—lo saca del bolsillo y lo agita en el aire

—¿Y tienes buena música?

—Para mí lo es—dice encogiendo los hombros—¿Quieres que ponga algo?

—Ajá

—No sé si te gusta la música de...

—Solo ponla, Shawn. Toda la música es buena si la sabes apreciar

Me mira como si hubiese revelado el mayor secreto de los humanos y un rato después reacciona y le da play a la canción. No tengo idea de quién está cantando pero su voz me relaja haciéndome sonreír por milésima vez en la reciente hora.

ONE WORD: DESTINY ★ |S.M| |TERMINADA| |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora